Marcelo Copello cumple 20 años haciendo radio

Marcelo Copello cumple 20 años haciendo radio.

Marcelo Copello, más conocido como “Cabeza”, cumple 20 años haciendo radio. La historia comenzó en Más FM en el 2000, con un programa denominado “Hoy puede ser un gran día”, que iba de 0 a 2 de la mañana; en tanto que desde 2017 está con “La Felicidad del atardecer” en Radio Felicidad, que se emite de lunes a viernes de 16.30 a 18.30 horas. Por su parte, también hizo televisión junto a Fabián Giordano y tiene una destacada trayectoria dentro del Carnaval en donde además de subirse al escenario como artista, estuvo como presentador también durante dos décadas.
“Comencé en Radio Más porque Marcelo Tortorella quiso que yo haga radio de noche, en estos 20 años he entrevistado a muchísima gente y han pasado un millón de cosas”, contó Copello. “La radio te lleva a conocer mucha gente y a veces uno no valora el momento”, añadió.
En 2001 con motivos de los festejos del primer año de la radio –“que apuesta a difundir música uruguaya”– trajo a Jorge Drexler al Florencio Sánchez con entradas agotadas. “Uno a veces no valora a Aníbal Sampayo, te puede gustar o no, pero hay que reconocer lo que fue. Cuando Drexler llegó lo primero que dijo fue que quería conocerlo”. Se considera un fanático de la radio dado que escucha tanto radios sanduceras como de la región, además de entender que “la radio tiene que ser una compañía, que te hable, que te cuente, porque para escuchar música uno pone un disco, va a YouTube o Spotify y escucha lo que quiere; pero la radio te tiene que hablar”, indicó el “Cabeza”.
Dentro de su programa cuenta con un cuestionario que viene realizando hace muchísimos años y por él han pasado varias personalidades del deporte, así como también del arte, incluido algún presidente de la República quien “se enojó, se paró y se fue del cuestionario porque entendía que no debía hacerle algunas preguntas”, recordó.
Los medios de comunicación dejan varias anécdotas, pero Copello recuerda una en particular que “demuestra cómo soy, cómo es el programa y lo que es la radio para la gente”. En los primeros años de su programa, durante la despedida, contó una fantasía. “En tono de broma, haciendo referencia al calor, dije que vivía en una casa sin aire acondicionado, ni ventilador ni ventana, que lo único que tenía era un televisor de esos cuadrados grandes que tenían tres botones. Entonces conté que la única manera que tenía para descansar era ponerlo arriba de dos sillas y atrás le ponía una toalla fría, con eso descansaba hasta las 5 de la mañana, luego de que se secaba iba al congelador donde había otra toalla y con eso tiraba hasta las 6, cuando me levantaba para ir a la fábrica; y con eso me despedí del programa”, cuenta Copello.
Pero la historia no termina ahí dado que “cuando terminé, el operador Claudio me dijo que tenía una llamada, atendí y era una señora que estaba escuchando desde Estación Porvenir, que tenía un ventilador de techo y no sabía de dónde colgar la toalla, si yo la podía ayudar”, recuerda jocosamente. Con esto, el comunicador hace referencia a que la “gente cree en los medios de comunicación”. “Si lo trasladamos a las redes ‘morales’ o sociales, tienen una importancia porque la gente cree mucho en lo que se dice, tiene más poder a veces la mentira o una fantasía, que más allá de que después tengan que pedir disculpas públicas; pero cuando el daño está hecho, está hecho”, sentenció.
Además, dentro de la radio, realizó coberturas como movilero en la época del Paysandú BBC, recordando las dos finales disputadas ante Defensor y Salto Uruguay.

La llegada a felicidad

“Trabajar en la Felicidad tiene otra cosa, los oyentes de la AM son distintos”, reconoce Copello. Aunque, sus fieles oyentes continúan firmes en el medio en que él esté.
“Llegar a Radio Felicidad fue un cambio grande, algo diferente, trabajar en la tarde después de haber trabajado durante mucho tiempo en la noche, el cambio fue muy radical, poder llegar a casa temprano me cambió la vida”.
Además, sus programas tienen un tinte de colaboración, porque el “Cabeza” siempre está “para dar una mano”. “Me gusta ayudar en la manera que uno puede, que es abriendo el micrófono, sabiendo que desde la gerencia no hay ningún problema para ser solidario”, señaló.
¿Por qué el nombre La felicidad del atardecer?, “primero por la radio”, explica Copello, quien además cuenta que uno de sus hijos lo ayudó a elegir el nombre. “Y segundo porque hay que valorar los atardeceres de Paysandú, que es lo más lindo que tenemos”. “Además está esa felicidad de llegar a tu casa, con el deber cumplido del día”, finalizó.