A EE.UU., con Venezuela de fondo

La figura del presidente brasileño Jair Bolsonaro ha ido ganando espacio e influencia desde que está en el poder. No solo por el país que representa, sino también por su semblante que genera escozor en la izquierda latinoamericana, por su cercanía a Estados Unidos y por el pulso que mantiene con la Venezuela de Nicolás Maduro.
Pese a su perfil demasiado escorado a la derecha, marca los puntos sobre la patética situación venezolana y quiere acercarse lo más posible a una de las grandes potencias mundiales, algo que Uruguay debería tener muy en cuenta y ponerse lo más a resguardo posible de ese vínculo.
En este contexto, el mandatario de Brasil viajó este sábado hacia Miami, donde podría tener un encuentro con su homólogo estadounidense, Donald Trump, con una agenda centrada en los negocios, pero que lleva como telón de fondo a la crisis venezolana. Aunque no figura en la agenda oficial ni ha sido citada entre los temas que Bolsonaro tratará en su visita de cuatro días a esa ciudad de Estados Unidos, la situación de Venezuela es un punto central de la política exterior de Brasil, que ha dado un nuevo paso contra el gobierno de Maduro al anunciar que retirará a sus diplomáticos de Caracas.
Es que la aguda crisis venezolana también centra los intereses de Trump en América Latina, e incluso esta misma semana el presidente de Estados Unidos discutió la situación con el mandatario colombiano, Iván Duque. “Es un gran tema para nosotros”, manifestó Trump en esa ocasión, al tiempo que Duque pidió endurecer las sanciones contra Venezuela, lo que Bolsonaro parece haber hecho al anunciar la próxima salida del personal diplomático brasileño de Caracas.
Las relaciones entre Brasil y Venezuela comenzaron a erosionarse en 2017, cuando el entonces presidente Michel Temer impulsó la suspensión de Caracas del Mercosur, pero los lazos entre ambos países se tensaron todavía más tras la llegada al poder del presidente Jair Bolsonaro, el 1º de enero de 2019.
Bajo el paraguas del considerado ultraderechista, el gobierno brasileño, al igual que otros 50 países, reconoció al líder opositor venezolano Juan Guaidó como presidente de ese país, una decisión que fue duramente condenada por el Ejecutivo del mandatario Maduro.
La agenda de Bolsonaro en Miami es notoriamente “venezolana”, que deja aún más patente el interés por este asunto algo que, también, Uruguay –ahora con nuevo gobierno– debe tomar nota para así de una vez por todas terminar por la vía pacífica con la dictadura de Maduro.
Mañana, Bolsonaro visitará la sede del Comando Sur de Estados Unidos, que vigila la situación en Venezuela y es acusado por el mandatario caribeño de planear una “invasión” con Colombia y Brasil como “bases”, pero negada a rajatabla por esos tres países. En tanto, el lunes, el gobernante brasileño tiene otra cita en la que Venezuela será un punto central: un encuentro con los senadores Marco Rubio y Rick Scott, dos de los mayores activistas contra el régimen de Maduro en Florida y dentro del Partido Republicano.
Brasil, que no ha suspendido las relaciones diplomáticas con Venezuela como han hecho otros países hasta el momento, tiene este gran interés sobre todo porque es uno de los destinos de miles de migrantes venezolanos que huyen cada día de la crisis económica y social de la nación bolivariana. Según cálculos oficiales, en los últimos dos años más de 70.000 venezolanos se han instalado en Brasil, país que junto con organizaciones humanitarias y agencias de la ONU ha desplegado una vasta operación de ayuda en las zonas fronterizas, principalmente en el estado de Roraima.
De cualquier modo, para los intereses de Uruguay resulta igual de importante, o más, el hecho de que la visita de Bolsonaro a Miami tenga también una fuerte vertiente comercial y la intención de captar inversiones para una economía que no acaba de recuperarse de la aguda recesión del período 2015-2016, en que cayó siete puntos porcentuales. Según datos oficiales, la economía brasileña creció en 2019 un insuficiente 1,1%, incluso inferior a la tibia expansión del 1,3% registrada en 2017 y 2018.
Con la meta de atraer inversiones que potencien el crecimiento, el mandatario participará el mismo lunes en un seminario que reunirá a empresarios de ambos países y en el que expondrá las oportunidades de negocios que ofrece Brasil, especialmente en las áreas de pesca y turismo.
De acuerdo a la agenda difundida a los medios, el martes, antes de regresar a Brasil, participará en otro evento empresarial y visitará en Jacksonville las instalaciones de la empresa aeronáutica brasileña Embraer, que el año pasado vendió el control de su división comercial a la estadounidense Boeing. Aunque todavía no ha sido confirmado, en el marco de la visita de Bolsonaro podrían ser firmados “algunos acuerdos” bilaterales, según ha adelantado el portavoz de la Presidencia brasileña, Otávio Rêgo Barros.
De estas movidas brasileñas, nuestro país debería sacar partido. Para que Venezuela recupere de una vez la democracia y para generar nuevas oportunidades de negocio, en un ambiente de retracción y de compleja situación mundial.