Desde Tacuarembó, un taller virtual de títeres

Fernando Lorenzo.

Con muchos años de experiencia como titiritero, el tacuaremboense Fernando Lorenzo ha emprendido en las ultimas semanas la aventura de ofrecer un taller virtual de títeres, recurriendo a las redes y plataformas de Internet. La iniciativa se enmarca en el trabajo que lleva adelante como profesor en la Casa de la Cultura y en siete centros de barrio de Tacuarembó desde hace 4 años, explicó el artista desde esa ciudad. En esos espacios, ofrece cursos presenciales a los que asisten tanto niños como adultos, “incluyendo también alguna maestra de primera infancia”, dice. “Y van muchos gurises de escuela también. Los centros de barrio están muy vinculados a la vida social, y muchas veces las maestras llevan a los niños y hacemos títeres ahí. Por lo general trabajamos en las bibliotecas de los centros de barrio, y está buenísimo porque vinculamos todo: la biblioteca, los cuentos, los libros, el arte, el quehacer escolar”.
Ya antes del confinamiento que trajo el coronavirus se había propuesto hacer talleres virtuales. A fines de 2019 y principios de 2020 había propuesto a la Dirección de Cultura de Tacuarembó “implementar algo como esto. Siempre busco innovar, hacer cosas nuevas, y siempre ha salido bien, la gente ha respondido”. Los niños más niños pequeños, dice, “necesitan mucho más que sea presencial, así que habíamos pensado hacer algo virtual para los más grandecitos, que ya tenían la experiencia de cursos a distancia con Ceibal en inglés, y se podían aprovechar las herramientas tecnológicas disponibles. Así que este año yo les había propuesto hacer algunos cursos virtuales, y otros presenciales, para los niños que necesitan eso”.

Tratar de llegar a todos

Sostiene que el arte en vivo, con el artista y el público frente a frente, es irreemplazable. “Un titiritero, un músico, un actor, al estar ahí, generan un campo, una energía, que no la genera otra cosa”. Esto no significa que no se pueda aprovechar la tecnología, “y más con esta coyuntura que estamos viviendo. La propuesta calzó más todavía, y la gente se enganchó”. Los talleres son transmitidos en vivo, y aunque el tallerista no pueda ver a quienes están conectados, existe una comunicación. Por ejemplo, a través de los comentarios que van dejando. “Se siente la energía, hay una retroalimentación. No se compara a lo otro, hay un abismo, pero igual: al usar estas herramientas, me he sacado también yo las ganas de probar como es esto. Sin prejuicios, pero sin dejar lo otro tampoco”. Un aspecto positivo es que los talleres pueden llegar a lugares lejanos y a una mayor cantidad de personas. Hace unos días, relata, hubo quienes seguían la transmisión desde Tambores, “que está a casi 50 kilómetros. Y estaban haciendo los títeres ahí conmigo. Esa es la magia que tiene”.
Por otra parte, los videos pueden volver a verse. En YouTube, se los encuentra en el canal “Fernando Lorenzo”. Allí “están colgados todos los videos. Incluso hay algunos de las funciones de títeres que hago. Son cortitos, son como una muestra”. Los talleres también están disponibles en el Facebook personal del artista (Fernando Alvaro Lorenzo) o en el de la Casa de la Cultura de Tacuarembó. En este último sitio “hay también videos de otros profesores, de otras clases. En este ciclo, que se llama Cultura en Casa, todos los profesores se conectan con sus alumnos para seguir las clases por diferentes medios. Algunos por Skype, otros por Whatsapp… En mi caso, elegí esta modalidad de hacerlo más público, y en vivo. Me pareció una buena manera de no perder esa cosa del arte, de estar en vivo, respirando con la gente, en su mismo ritmo. Y eso se retroalimenta, veo los comentarios de la gente, que por suerte son muchísimos, y está buenisimo”. Además de comentarios, suele recibir fotos y videos de los títeres que la gente hace en sus casas.
La posibilidad de llegar a todas partes motiva a Fernando, quien muchas veces, con su compañía Títeres Mainoí (colibrí, en idioma guaraní), ha recorrido “la campaña, las zonas rurales. El tiempo físico y el dinero no dan para ir a todos lados, es imposible, así que está bueno al menos llegar de esta manera. Y se pueden seguir organizando muchas cosas en ese sentido”.