Experto en estadísticas pone en duda las cifras de letalidad del COVID-19 en Italia

La altísima letalidad que ha mostrado en Italia el COVID-19, en teoría de más del 10% (mientras que en China fue del 0,7%), ha sido cuestonada por Matteo Villa, un experto en estadísticas del ISPI -Istituto per gli Studi di Politica Internazionale, un reconocido think tank de Milán.
Villa sostiene que se trata de un dato aparente y lejano de la realidad, resultado de un cálculo realizado en base al número de muertos y casos diagnosticados positivos. En verdad, sostiene, la letalidad real o plausible del COVID-19 para él en Italia es del 1,1%, publicó La Nación.
Esto se debe a que el número real de personas infectadas y no testeadas es varias veces superior a lo que dicen los números oficiales y ronda las 700.000 personas, muchas de las cuales son asintomáticas.
“Durante una emergencia es imposible para cualquier país estar detrás del número real de contagiados. Casi siempre se pierde el contacto con la realidad de la epidemia cuando esta se vuelve exponencial”, argumenta. “En Italia al principio se hicieron pocos test-diagnósticos y con el correr de los días nos enfrentamos al hecho de que nuestra capacidad de hacer tests-diagnósticos era limitada”, explicó Villa, en una entrevista vía Facebook con los miembros de la Asociación de la Prensa Extranjera.
Es por esta razón que no se están viendo los contagios totales, “podría haber 600.000 o 700.000 ya que, de acuerdo a nuestros análisis de datos, en Italia nueve personas sobre 10 no las vemos contagiadas”, agregó.
Villa recordó que en las últimas semanas algunos intentaron explicar la supuestamente alta letalidad del virus en Italia, en comparación con otros países, en base a factores como una mutación genética local, la presión del sistema sanitario local, las diferencias de temperatura y humedad entre regiones del mundo o las diferencias en los lazos intergeneracionales, esto es que los italianos –se dice– viven más a menudo y más tiempo junto a padres y abuelos, poniéndolos en riesgo de contagio.
El experto explicó que es importante no confundir los conceptos de letalidad y mortalidad.
“Cuando hablamos de letalidad por COVID-19 nos referimos a cuántas personas mueren sobre el total de personas contagiadas, o mejor dicho, sobre las que tienen test positivos. Mientras que si hablamos de mortandad por COVID-19, nos referimos a cuántas personas mueren sobre el total de la población”, precisó.
Villa fue más allá y explicó que en medio de una epidemia la única forma de entender quién se contagió es realizar un test. Y es natural que no se someta a un test a toda la población de personas contagiadas por al menos dos razones: ante todo porque puede existir una cuota de población asintomática y porque en momentos de expansión de la epidemia, cuando el número de casos crece en forma demasiado rápida, puede resultar imposible incluso hacer tests a ese subconjunto de personas sintomáticas que querrían hacerlo.
Más allá de que la letalidad plausible de Italia es del 1,1%, Villa –que admitió que muchos contagios tuvieron lugar en hospitales y residencias de ancianos–, advirtió que este porcentaje puede aumentar “si hay mucho estrés en el sistema sanitario”.
Por otro lado, en relación con lo que podría pasar en el sur de Italia, recomendó observar caso por caso. Además estimó que es imposible saber científicamente por qué la difusión del virus estalló en Lombardía y no en el sur del Italia. “Es claro que es una región muy dinámica, donde hay más intercambios con China y otros países, pero no se sabe aún. En el futuro podremos responder mejor al por qué de todo esto, pero hay que tener en cuenta que lo fortuito también es un determinante fundamental”, dijo.