“Nunca me imaginé que me fueran a reconocer”

Momento inolvidable de “Lola”: abanderada en su primer Juego Olímpico.
Sin poder bajar al agua, pero frente al río, Dolores Moreira no deja de prepararse.

Está en casa. Con la familia y frente al río, ese lugar especial en el que dio sus primeros pasos en la vela, disciplina en la que nunca pensó llegar a ser una de las referentes de nuestro país.
Dolores Moreira aprovecha para mantenerse en forma, pero fuera del agua ante las restricciones de estas épocas de coronavirus y sus consecuencias. Y sabiendo que no hay nada por delante que la apure, teniendo en cuenta que los Juegos Olímpicos fueron pospuestos para el próximo año, y que en el horizonte no hay competencias para este 2020.
“Estoy tranquila en casa. Armamos un gimnasio casero y estoy entrenando. Y después, mucho tiempo libre. Pero lo tomo con tranquilidad. Lo miro desde el lado de que estoy clasificada a los Juegos, y no en que tengo que pensar a dónde tengo que ir para poder clasificar”, resumió rápidamente la laserista, que fue la primera deportista uruguaya en sacar pasaje para Tokio.
La fría realidad es que “Lola” respiró aliviada cuando se confirmó la postergación de los Juegos, en virtud de que debe recuperarse de una dolencia en la rodilla. “Hasta que no se solucione todo esto, no puedo hacer nada porque está todo cerrado. Pero estoy bajando las cargas para no forzar la rodilla, porque siento molestias. Pero el tema es cuando navego”, dijo, haciendo referencia no solo a cuando está en el agua sino también en el simulador casero que montó en su casa.
Igual, reconoce que “me vino bien la postergación, pero supuestamente esta lesión se solucionaba en dos o tres semanas”.
Pero la realidad es que, sin actividad y con mucha incertidumbre, se lo toma bien. “No sabemos nada, no hay ningún campeonato que veamos que se va a hacer, así que me lo tomo con tranquilidad”, tiró. Y tiene en claro que “no sé si voy a tener algún campeonato”.
Dolores tuvo apenas dos competencias en lo que va del año. La primera, una fecha en Miami del Circuito Mundial; la segunda, el Mundial de Laser Radial.
Pero poco balance puede hacerse. A la primera llegó tratada de esa lesión, y para la segunda infiltrada; pero no aguantó.
Por eso mira hacia adelante, dentro de lo que se puede. Por ejemplo, tiene en claro que los Juegos de Tokio serán impresionantes. “Sabiendo lo que son los japoneses de correctos y todo lo que dimensionan, será increíble. Conociendo Japón, va a estar tremendo, e imagino que será espectacular la ceremonia de apertura”.
Pero también piensa para atrás. Y reconoce, por ejemplo, que el punto más alto de su carrera fue estar en los Juegos de Rio de Janeiro. Sus primeros Juegos Olímpicos. Y en los que, por si fuera poco, fue abanderada.
Por eso no extraña que ese hito en su carrera fuera el más importante hasta el momento.

Las pesas son parte importante en la preparación mientras dura la inactividad deportiva.

“Los Juegos fueron los más importante. En el campeonato en sí no me fue tan bien como esperaba, pero la ceremonia de apertura valió la pena por todo”, dijo. Confesó que lloró al portar el Pabellón Nacional en medio del Maracaná y con los fuegos artificiales a pleno, mientras esperaba para salir a la pista, separada de sus compañeros.
“Para todo deportista de deporte menor los Juegos son la mayor cita”, dijo. Y más allá de que no se trata de fútbol, que se lleva todas las miradas, está claro que “Lola” ha trazado su propio camino y es reconocida por su desempeño en el agua.
“¿La verdad? Ni loca me lo imaginaba. Pero en realidad esto es por los logros obtenidos por la vela en los últimos años. ‘Jano’ (Alejandro Foglia) fue el que abrió todo el camino, nos abrió paso. Y después el ‘Oveja’ (Pablo Defazio), Mariana (Foglia), Dominique (Knupell), Nicolás González. Creo que con los resultados logrados por la vela se nos está teniendo más en cuenta. Pero yo nunca imaginé que me fueran a reconocer”, confesó.
“Lola” comenzó a navegar en 2008, con 9 años. Y recorrió un camino impensado, que la llevó a recorrer el mundo y a compartir experiencias con compañeras de todo el mundo.
Pero siempre en base al sacrificio, que le ha permitido hacer amigas de lugares increíbles, con las que incluso ha dormido en la misma cama en procura de abaratar costos. Por eso considera que el suyo no es un deporte solitario más allá de ser individual. “En la vela no te pagan por ganar un campeonato. Cada uno se hace cargo de su comida, de su alojamiento. Y me ha tocado dormir en la misma cama con una persona con la que el otro día me tengo que matar en el agua”, dijo.
Y eso forma parte de la experiencia extra del deporte. La que no tiene lugar en el podio. Pero tampoco precio.