Mientras las clases de Optimist volvieron a comienzos de mes en el Yacht Club Paysandú, aferrándose al protocolo sanitario que realizó la Federación de Yachting a Vela, y los veleristas pudieron al menos bajar al agua para navegar en solitario, se aguarda por la habilitación por parte de la Secretaría Nacional del Deporte para que se pueda volver a las competencias.
Y la Regata Meseta de Artigas – Paysandú está justamente a la espera de lo que pueda acontecer. Por lo pronto, la organización de la competencia está en un impasse pero bien encaminada, por lo que solo falta que se dé luz verde para poder retomar el trabajo.
Lo que está claro es que el club náutico sanducero apuesta todo a que la 71ª edición de la competencia, que debió desarrollarse los días 19 y 20 de abril, pueda correrse este año. Y hay un gran motivo: se han disputado hasta el momento nada menos que 70 ediciones de manera ininterrumpidas, y no hay intención de romper la racha que ha permitido que la regata sea todo un récord internacional al disputarse justamente de manera ininterrumpida durante tantos años, y siempre en el mismo lugar.
Mientras, se barajan algunas fechas pero solo tentativas dado que no existe seguridad alguna. Setiembre, que parece ser el mes en el que varias actividades puedan liberarse a su desarrollo, es una de las posibilidades, sabiendo siempre que se necesitará poder contar con al menos un fin de semana largo, en virtud de que las embarcaciones deben navegar 90 kilómetros río arriba, para luego afrontar dos días de competencia.
La incertidumbre, mientras tanto, es el común denominador. Y no solo de este lado del charco, dado que hoy se hace imposible poder pensar en que tripulaciones argentinas puedan integrarse a las competencias en conjunto, como sucede en cada temporada.
Lo que sobra son ganas de navegar, y la flota sanducera está expectante por conocer cuándo se podrán retomar las competencias que, en el caso del club náutico sanducero, seguramente sea con alguna regata de entrecasa para ir calentando motores pensando en la Meseta de Artigas – Paysandú.