Un proyecto de ley presentado por el diputado Ope Pasquet procura regular en nuestro país las prácticas de eutanasia y suicidio asistido. La iniciativa se encuentra a estudio de la Comisión de Salud de la cámara, que en las semanas venideras comenzará a recibir a diferentes delegaciones que solicitaron expresar su opinión acerca de la propuesta.
El primer paso, que fue abrir el debate, considera el legislador del Partido Colorado que, a pesar que la pandemia ha capturado masivamente los espacios informativos, se ha logrado.
“Yo he tenido muchos debates en distintos ámbitos, he participado a esta altura en no sé cuántos Zooms, con distintas organizaciones políticas, con profesionales médicos, en el ámbito universitario, es decir que la idea ha generado interés”, dijo. Estimó que seguramente ayudó el que el mismo tema esté sobre la mesa en otras partes del mundo: “en España se acaba de votar una ley de eutanasia, en Portugal también, aunque el tribunal constitucional de ese país la observó y los legisladores la están revisando, para depurarla de inconstitucionalidades; en Perú, donde no hay ley de eutanasia, un fallo judicial declaró en vía de amparo, que una mujer que pidió que le dieran muerte por eutanasia tiene derecho a eso, de manera que el tema está en el candelero en el mundo entero, y es natural que acá la polémica se dé también”.
Pasquet considera que “eso es muy bueno, creo que ayuda a aclarar los alcances del proyecto y, a través del debate, ha quedado de manifiesto que hay una amplia mayoría de la sociedad uruguaya a favor de la eutanasia”. Aseguró que ya son unas cuantas las delegaciones que pidieron ser recibidas por la comisión para expresar su opinión.
FILOSÓFICO
El diputado espera que en la discusión y la votación pesen más las posturas filosóficas que la vinculación político partidaria. “Creo que acá el factor político partidario no debería pesar, y creo que no está pesando: tanto en el Partido Colorado como en el Partido Nacional, como en el Frente Amplio, hay votos a favor y en contra del proyecto”, dijo. Señaló en cambio que “en Cabildo Abierto no me animo a decirlo, porque hasta ahora solamente escuché voces en contra, pero en los demás partidos que le mencioné, que son la gran mayoría del parlamento, hay distintas opiniones, habrá distintos votos, y me parece natural, porque este no es un tema ideológico ni partidario, sino que en definitiva es un tema filosófico”.
Pasquet indicó que “lo que nos estamos planteando es hasta dónde llega la libertad humana, si somos dueños de disponer de nuestras vidas hasta en el último acto de esa vida, que es la muerte, o por alguna razón no tenemos esa libertad, no tenemos ese derecho, y otros tienen que decidir por nosotros cuándo y cómo tenemos que morir. Esa es la cuestión”.
Tampoco considera que este hecho de contar con el respaldo de la mayoría de la opinión pública termine siendo decisivo en la votación a favor de la ley, “eso lo hará cada uno según su conciencia, pero me parece que el dato de la encuesta sirve sí para frenar el argumento contrario, cuando se dice que los médicos están en contra la eutanasia, por ejemplo, eso no es así: hubo una encuesta del sindicato médico que dice que el 80% de los médicos está a favor de la eutanasia, entonces, que no se agiten cucos, porque no existen”.
APORTES
Si bien el trámite del proyecto no ha alcanzado la etapa en la que se proponen enmiendas, aseguró que sí ha recogido distintas ideas, “yo he tomado nota de unas cuantas de ellas, que espero que sirvan oportunamente para mejorar el proyecto. Yo aspiro a que haya unas cuantas propuestas de cambio, porque esa es la forma que esto salga de la mejor manera posible”.
RELIGIÓN
Consultado sobre el episodio en el que el embajador uruguayo en el Vaticano recibió un planteo de disconformidad a raíz de una serie de leyes aprobadas en el país en los últimos años (aunque no este proyecto en particular), el diputado afirmó que le llamó la atención “esa injerencia en asuntos internos del Estado Uruguayo, al Estado Vaticano no tiene porqué interesarle qué leyes votamos nosotros para regir en nuestro país”. Afirmó Pasquet que el embajador uruguayo, Guzmán Carriquiry, “no debió haber aceptado la pregunta”.
Agregó que “es cierto, hay sectores religiosos que están en contra de esta iniciativa, pero esta iniciativa no va en contra de las creencias religiosas de nadie, porque la eutanasia no es obligatoria, por definición es un acto voluntario” y que quien “por razones filosóficas, religiosas, ideológicas o de la naturaleza que sea, no quiera recurrir a la eutanasia, bueno, pues no recurrirá a ella y estará en todo su derecho, pero ya no está en todo su derecho cuando en virtud de sus creencias, de sus opiniones, pretende impedirle a otro que recurra a la eutanasia, cuando quiere hacerlo”. El diputado expresó que “la libertad de cada uno, el derecho de cada uno, termina donde empieza el derecho de los demás. Nosotros respetamos el derecho de cada persona a actuar según sus creencias, pero nos negamos a aceptar que las creencias de otros puedan imponerse sobre los que no las comparten”.
ABORTO
Preguntado sobre si este argumento de la libertad individual no es válido también para defender la práctica del aborto, Pasquet afirmó que se trata de temas “bien distintos, porque en el aborto no se toma en cuenta la libertad del embrión, porque por definición no la tiene”. En cambio, en esta iniciativa respecto a la eutanasia “hay un requisito esencial para que todo esto pueda hacerse, que es la voluntad libre, seria y firme de la persona que pide ayuda para anticipar su muerte”. Señaló que “es un requisito esencial y si ese requisito no está, no se puede sustituir de ninguna manera, acá no puede la familia sustituir la voluntad de la persona, ni puede hacerlo un médico ni puede hacerlo un juez. Si no está la voluntad expresa de la persona que libremente dice y repite que quiere poner fin a su vida, entonces la eutanasia no puede prosperar. Es una garantía fundamental que establece el proyecto”, concluyó.
PASOS
El proyecto prevé además una serie de pasos que garantizan que es realmente la voluntad de la persona el poner fin a su vida. “No es así nomás, tienen que intervenir dos médicos, que intervienen con absoluta libertad, no están obligados a acceder al pedido que se les haga, si deciden no aceptar ese pedido; tampoco tienen que dar explicaciones, basta con que digan que no y se terminó ahí. Esto se apoya tanto en la libertad de las personas que piden la eutanasia como en la libertad del médico que la ayuda a morir”. Esta decisión, “además, puede ser revertida en todo momento y de cualquier manera, sin ninguna formalidad, como tiene que ser”.
Prevé también que cuando se cumpla un procedimiento de eutanasia o suicidio asistido, “si es que finalmente se accede al pedido de la persona y se anticipa su muerte; deben remitirse todos los antecedentes y la historia clínica de la persona al Ministerio de Salud Pública, que va a estudiar si se ha cumplido con la ley. Y si entiende que no ha sido así, comunicarlo a la Fiscalía General de la Nación, para que la Fiscalía investigue lo que considere pertinente investigar”.
CÓDIGO
En la fundamentación del proyecto, al final del texto, se plantea que la práctica de la eutanasia puede suponer para un médico exponerse a una suspensión de hasta por diez años en el ejercicio de la profesión. Pasquet reconoce que existe este tema, por lo que tendría que ser modificado el código de ética en caso de aprobarse el proyecto. No obstante, indicó que “en ese tema no he querido meterme, porque entiendo que es un tema reservado al gremio médico, que aprobó en un plebiscito su código de ética”.
