Primeros rodeos terminados indican que “habrá mucha variación en los porcentajes de preñez”

Doctor Guillermo De Nava.

“En dos rodeos terminados las tasas de preñez van a contarnos de alguna manera lo que va a ser la zafra”, enfatizó a EL TELEGRAFO el doctor Guillermo De Nava tras realizar la ecografía en dos establecimientos de Salto y Paysandú, “dándonos la pauta de que será un año con mucha variación entre rodeos”. Y precisó que en un rodeo “tuvimos más del 91% de preñez y en el otro apenas superamos el 52%, y son rodeos que no están tan alejados uno de otro”.
Ambos rodeos están separados aproximadamente unos 80 kilómetros en línea recta. “Uno en el departamento de Salto y el otro en Paysandú (el que tendrá menor tasa de preñez), indicó el veterinario de la profesión liberal. Entiende que en este último caso “hay un componente de manejo, incidiendo fuertemente la carga animal, ya que tiene una carga extraordinariamente alta y un manejo un poco más pobre”.
En tanto el que se encuentra en Salto “es un rodeo mejor manejado, con carga animal más ajustada y a su vez recurriendo a alguna tecnología de destete precoz en vacas de primera cría, e inseminación artificial a tiempo fijo en muchas categorías, e incluso desde hace varios años, trasladándolo a muchas cabezas de parición”.
Recordó que en lo referente a la productividad de la cría, “influye la nutrición, que es muy importante cuando se ajusta la carga animal, y la clave del manejo del forraje cuando se hace el manejo reproductivo, explicando por qué los resultados son mejores”.
Hay un aspecto sanitario a considerar, sostiene el profesional, “porque bajan considerablemente algunas enfermedades, y la tasa de transformación de pasto a terneros en los predios”.
Agrega que “el aspecto menos reconocido por la gente, pero sin dudas a considerar y que tiene mucha repercusión, es la genética. Hay biotipos de animales y líneas de ganado que tienen mayor fertilidad y son más fáciles de preñarlas, y por consiguiente la genética también debería considerarse cuando se trata de mirar globalmente los aspectos que influyen en la productividad de un rodeo de cría”.
En cuanto a los registros de monitoreo que De Nava “lleva a cabo en el entore 2020-2021 en vacas paridas, vimos que había una mucha menor incidencia del anestro en los departamentos del litoral (Artigas, Salto, Paysandú), y a medida que nos íbamos al Centro y Este, en predios de Tacuarembó y Cerro Largo, ya la incidencia del anestro era mucho mayor, con variaciones lógicas entre establecimientos, incluso con necesidad de aplicar tecnología radical, que es el destete precoz, muy diferente entre predios”.
En general y considerando lo que puede suceder con los porcentajes de preñez en el país, De Nava expresa que “va a ser muy variable, y cuando vayamos a hacer las sumas y restas en todo el país, habrá una tendencia a tener menores tasas de preñez, con respecto a la del año pasado”.

Manejo reproductivo controlado

“Para la cría hemos elaborado lo que denominamos el Manejo Reproductivo Controlado, que procura controlar los procesos, de forma tal de lograr una preñez y que esta llegue a término y que nazca un ternero y la vaca posteriormente pueda destetarlo y preñarse nuevamente”, explica el veterinario. Hay una serie de tecnologías “que tratamos de aterrizar en los predios, y que van desde el monitoreo del entore, la revisación general para determinar el estatus fisiológico de las vacas paridas para ver si les cabe una tablilla o el destete precoz, y si ya quedó preñada o está ciclando y el toro ya la agarró”.
Es una tecnología que “cada vez más gente la está aplicando, y una vez que el productor se acostumbra a que el veterinario vaya al predio y haga este trabajo y categorice las vacas de acuerdo al estatus fisiológico en ese momento, tiende a adoptarlas más”.
Como consecuencia de ese manejo, lo que ocurre “es un control del amamantamiento diferencial de acuerdo al estatus fisiológico que tienen la vaca, determinado por el monitoreo del entore”.
Otro aspecto destacado por De Nava, es que “todo comienza con una buena recría de la vaquillona, porque uno de los secretos en el manejo de la cría es tratar de lograr que las vaquillonas lleguen ciclando al comienzo de la estación reproductiva. Es básico porque si las vaquillonas logran preñarse temprano, después todo lo demás es más fácil”.
Al tiempo de subrayar que se debe pensar a largo plazo, sostiene que “ya se deben observar los vientres que vamos a entorar en primavera”.
Otro aspecto importante es “tratar que la vaca para en la mejor condición corporal posible. Logrando esto, todo lo demás resulta más fácil, y sobre todo las preñeces terminan siendo más baratas”.

Resultados de la IATF

A fines de la década del 90, el entrevistado arrancó con la realización de Inseminación Artificial a Tiempo Fijo (IATF) en los rodeos. “Ya habían sido publicados los primeros trabajos a nivel mundial y ahí nosotros comenzamos a desarrollar los protocolos que hoy se están utilizando”.
Para que la gente lo entienda, indicó que un dispositivo intravaginal de progesterona, que es uno de los hormonales que se utilizan en este programa, “valía unos U$S 13 en aquel momento, en tanto hoy cuestan en torno a U$S 3, e incluso se puede conseguir por un poco menos”.
A esto se debe tener en cuenta que los kilos de terneros “aumentaron desde aquella época”. Pero acotó que “si medimos el impacto de la tecnología del mejoramiento genético en las estancias ganaderas, solamente por los kilos extras que se producen por el efecto de vacas que paren antes, al concentrarse la parición, y por consiguiente, los terneros tienen más días desde el momento que nacen hasta que se destetan, esos kilos son los que pagan todas las cuentas y todavía queda un buen margen para el productor”.
Por lo tanto, subraya que “los hijos de los programas de IATF, suelen sacar entre 20 y 25 kilos a los terneros de monta natural, y por consiguiente, si multiplicamos por el valor del ternero, no solo da para pagar toda la fiesta, sino que queda un buen margen en el bolsillo del productor”.
Reconoció que “hay varios equipos en Uruguay que están haciendo las cosas bien, aplicando la tecnología responsablemente y logrando muy buenos resultados en el campo”. En la región –entre Brasil, Uruguay, Argentina y Paraguay–, “hay 25 millones de vacas inseminadas anualmente”. En Uruguay ese número “aumenta, y estamos en el entorno de los 400.000”, aclarando que “son estimaciones porque no hay números oficiales”, dijo Guillermo De Nava.