Muchas veces “el jugador es usado y descartado”

La realidad de Matías Izaguirre hoy, paseando a su hijo León en bicicleta.

Todo iba sobre rieles. Había sido campeón nacional con la selección de Paysandú, y vuelto a defender el arco de Progreso en el ámbito local.
Pero el ir arriba a buscar la pelota tras un centro durante el partido frente a Bella Vista, terminó por cortarle la carrera.
Fue el 5 de octubre de 2019 cuando Matías Izaguirre sufrió la rotura de ligamentos cruzados, externo y meniscos.
Esas lesiones que, en el Interior, significa prácticamente dejar no solo de practicar deporte, sino también una vida normal.
Han pasado casi ocho meses desde que Izaguirre se pudo operar. Fue el 24 de julio del año pasado, en la Asociación Española, y gracias al pago del derecho de imagen de la Copa Nacional de Clubes A y B de 2019, por parte de AUF TV a la Asociación de Futbolistas Amateurs del Interior (Afai).
El día antes a su operación, mientras esperaba por subirse al ómnibus que los trasladaría a Montevideo, había señalado a EL TELEGRAFO que “futbolísticamente me entregué: sabía que no podía jugar nunca más, salvo que me operara. Pero cuando consulté, fue como haberme roto de nuevo: me cobraban entre 60 mil y 100 mil pesos”.
Y también comenzó a vivir otra realidad tras la lesión: la de la vida diaria. “Soy guardia de seguridad y trabajo parado; el dolor te mata. Para poder dormir bien, no puedo doblar la pierna porque el dolor es constante. Sueño con poder volver a la normalidad, porque no puedo hacer nada, bajaba el cordón de la vereda y se me salía la rodilla”, lamentó.
Hace ocho meses, Izaguirre confesaba que “ya no tenía esperanzas”, con todo lo que eso significa. Hoy, todo ha cambiado. Y mantiene la esperanza de volver a las canchas.
“El cambio se nota, sin dudas. Puedo andar… Puedo estar parado, caminar y no siento dolor ni molestia. ¡Hasta estoy andando en bici para fortalecer las rodillas!”, dijo el golero, que está dispuesto a volver a la cancha y que disfruta de los paseos en bicicleta con su esposa y con su hijo León.
“Está todo parado, pero mi idea es volver al club al que jugaba, Progreso, pero para eso tendría que hacer un poco de fortalecimiento con pesas para que la rodilla esté bien protegida. Pero la idea es poder jugar un poquito más”, expresó pensando en la cancha.
La vida de Izaguirre es diferente. “El cambio es grande, no es lo mismo. Si bien quiero volver a jugar, en la vida diaria todo me cambió y se nota. Puedo caminar subir escaleras, saltar…”, remarcó quien se alegró que la suya dio paso a una serie de operaciones para otros jugadores del Interior, de diferentes puntos del país.
Izaguirre volvió a remarcar la importancia del derecho de imagen también para los futbolistas del Interior. En este caso, el derecho de imagen por aquellos torneos fue pago en operaciones, según acordó Afai.
“La mayoría de las veces el jugador es utilizado y descartado como un objeto cuando te pasan este tipo de cosas. Muchas veces nadie se hace cargo ni para saber cómo estás o si precisás algo”, lamentó, y respaldó la actuación del gremio.
“Esto es un beneficio muy importante y ojalá se consigan muchos logros más. Hay que hacerse escuchar”, remató mientras se preparaba para encarar una nueva jornada de trabajo, sabiendo que no habrá lágrimas de dolor.