Si aumentan los casos de COVID-19, podría faltar sangre en Paysandú

La médica hematóloga Sandra Pías, jefa del Banco de sangre de Paysandú.

En Paysandú disminuyó la cantidad de personas que donan sangre, aunque “no es tan grave como a nivel nacional, que es de un 50 por ciento”, dijo a EL TELEGRAFO la médica hematóloga Sandra Pías, considerando que “nosotros estamos alrededor de un 30 por ciento de disminución”, y afirmó que se necesitan doce donantes diarios para mantener el stock de sangre necesaria.
Si bien lo que hay es suficiente para las necesidades normales, “es así por ahora, pero si los casos COVID continúan agravándose, se necesitará” más sangre en el Banco.

Agregó que “las estrategias de captación de donantes son diferentes, y en el caso de Montevideo, está muy comprometido por el COVID-19, con un porcentaje mucho más alto. La pandemia tiene dos cosas, una que tenemos donantes habituales que han estado en cuarentena o enfermos, y otros que tienen temor de ir al centro hospitalario, más allá de que se han extremado las medidas de bioseguridad, y que se trabaja con agenda de donantes desde marzo del año pasado”.

EN MUCHOS CASOS ES NECESARIA

Considerando que el Banco de sangre de Paysandú es compartido entre ASSE y Comepa, y si esa merma del 30% no afecta a los servicios de salud, dijo que “no hemos tenido que diferir ni dejar de hacer ningún procedimiento por falta de sangre. Pero indudablemente que se necesita siempre para los recién nacidos, ayer y antes de ayer hicimos un recambio de sangre en un bebé por un conflicto de sangre, como también se da con embarazadas, los pacientes oncológicos, los siniestros de tránsito, los pacientes leucémicos, todos siguen requiriendo sangre. Y se suma también el paciente COVID porque uno de los problemas es la coagulación intravascular diseminada (CID) que lleva sangre de todo tipo, como plaquetas, plasma fresco, glóbulos rojos”.

Por estas buenas y humanas razones, “pedimos a la población que llame al teléfono directo, 47228383 de lunes a viernes entre las 7 y las 23 para agendarse, y siempre hay alguien para contestar las preguntas e inquietudes que pueda tener el potencial donante”.

Sobre cómo es el sistema de agenda, Pías dijo que “es algo que implementamos para utilizar mejor el espacio reducido del Banco de sangre y de la sala de espera. Y esta agenda vino para quedarse, porque ha sido bien vista por los donantes, porque llegan a la hora señalada y no deben esperar”.

EL CASO DE LOS COVID-19

Explicó que “el hombre puede donar cada tres meses, y la mujer cada cuatro, y por Ley todos los trabajadores públicos y privados pueden donar sangre dos veces al año y ese día descansa para recuperarse y se considera día pago por donación. Nosotros le damos el comprobante oficial después de la donación para que presente en su trabajo y no le descuenten el día”.

Consultada sobre si quien estuvo enfermo de COVID-19 puede donar, explicó que “si estuvo enfermo, debe pasar por lo menos 28 días de haber sido dado de alta. Pero en el tema COVID todos los días se aprende algo, y a veces los plazos cambian. También hay que esperar al menos tres días después de haberse dado la vacuna para poder donar. Antes el plazo era mayor, pero la Organización Mundial de la Salud lo cambió porque la escasez de sangre es a nivel mundial”.

HAY ALGUNOS SUSTITUTOS

Dependiendo de la causa de la falta de sangre, puede haber algún sustituto. Pías detalló que “si hay un sangrado masivo, hay que darle sangre, no hay vuelta. Pero por ejemplo para tratar una anemia, se puede tratar con terapia alternativa que es la eritoproyetina, el precursor de la hemoglobina, sumado al hierro intravenoso. Para sustituir el plasma en casos de sangrado puede haber un complejo comercial que tiene un alto costo, y en plaquetas hay un producto que también es de altísimo costo. Por eso convocamos a que la gente se acerque a donar”.

Argumentó que “no solo es un acto de gran nobleza desde el punto de vista moral y porque nunca sabemos si vamos a estar del otro lado, sino que desde el punto de vista físico es una atención primaria de salud, ya que a la sangre donada se le hacen controles y hemos detectado anemias, hipertensión y otras patologías que el donante no sabía que tenía. Y además estamos estimulando la médula ósea roja de los huesos, que es la productora de células sanguíneas, a formar nuevas células, de manera que estamos renovando nuestra propia sangre”.