Solicitada

Uruguay país en vías de desarrollo

Si, en vías, aún falta mucho. ¿Cómo se puede entender que en un país que se dice civilizado, haya necesidad de una fuerza de choque policial para detener los insultos y los desmanes de una multitud de “feministas”, que desafían todas las normas de seguridad y los cuidados que hay que respetar para no propagar el virus? Que finalmente van en contra de todo lo que predican. En vez de buscar el consenso por vía correcta, buscan el encuentro violento y la división.
Realmente, este maldito virus no ha servido hasta ahora para aumentar la tan mentada “empatía”, sigue habiendo gente –muchas– que rechazan todas las indicaciones de autoridades y científicos, los negacionistas de todo, por el sólo hecho de oponerse, o por estar sus cerebros obnubilados por teorías malvadas que se propagan por las redes, o esclavizados por su ideología. En fin, prevalecen la ignorancia y el espíritu de destrucción, al revés de lo que se supone tendría que ser en un país “desarrollado”.
Bueno, pero el Uruguay no es un país desarrollado, aún estamos en algunos aspectos en la época medieval, eso sí, con tecnologías avanzadas.
Tendría que haber un consenso total con respecto a la salud y a la educación. Este virus está sirviendo para aumentar la brecha social, económica y educativa.
Es muy fácil para quienes tienen la vida “solucionada”, ganan un buen sueldo o jubilación, o son empleados que ganan igual –aunque no vayan a trabajar por la situación sanitaria–, pedir que se suspendan todas las actividades.
Se olvidan que muchos necesitan salir a trabajar para dar de comer a sus hijos y satisfacer sus necesidades básicas. Se habla de los comedores escolares, de los escolares que no comerán si se cierran los comedores. Pero me pregunto, cuando hay paro docente, los fines de semana, las vacaciones, ¿dónde comen los escolares?
Si los niños concurren a la escuela, se critica que pueden enfermarse más fácilmente y propagar la enfermedad. Si no van se dice que los niños necesitan de sus pares y que la enseñanza debe ser presencial, es indudable que así debe ser. Pero ¿qué hacer en estos momentos? Prevalece el interés por la salud. Pero la enseñanza a distancia favorece a quienes tienen mejor posición social, deja de lado a los más necesitados. Los niños con dificultades no aprenden nada o casi nada, y así se acentúa la brecha educativa. Los maestros ven enormemente aumentada la carga de trabajo, aunque lo hagan por vocación, ¡no son biónicos!
Ahora no se habla más de “pueblos de ratas”, como se decía hace cincuenta años, ahora son ¡600 asentamientos en todo el Uruguay! ¡Qué espantosa pesadilla!
¿Quién le pone el cascabel al gato?
Son múltiples las causas de esta situación, no se puede culpar al gobierno de turno.
¿Por qué en vez de tanta crítica, no se pone manos a la obra, y se enseña a pescar, en vez de dar el pescado? En vez de tanto asistencialismo, ¿por qué no se incentiva el trabajo que da dignidad a las personas? No importa las horas que tenga que trabajar, sí importa que haya cultura y voluntad de trabajo, en vez de aspiraciones a vivir de la dádiva.
¿Por qué no se incentivan las huertas familiares y comunitarias?
Hubo aquí en Paysandú un muy buen proyecto de construcción de viviendas por sus propios usuarios, viviendas que incluían huertas, criar animales y comedor comunitario, pero muy pocos se interesaron y el proyecto fracasó. Se trataba de formar una comunidad autosustentable y del cuidado del ambiente.
Ya hace cincuenta años se hablaba de que este país era desarrollado en el sector terciario (transporte, comunicaciones, tecnología, cultura), pero los sectores primarios (ganadería, agricultura, forestación) y secundario (industrias) estaban desatendidos.
Actualmente estos sectores continúan en vía de desarrollo. Y existe un sector cuaternario, el de la cibernética y las más avanzadas técnicas de la comunicación, que sólo usufructúan algunos pocos.
Pero la cultura en general está en crisis y el trabajo escasea muchas veces, hay 600 asentamientos, tenemos problemas de país tercermundista con ínfulas de país desarrollado.
No hay suficiente conciencia de la necesidad de cuidar el ambiente, de cuidarnos entre nosotros, de establecer consensos sobre la salud y la educación, porque en ello nos va la vida. Sólo superando las brechas el país podrá despegar y convertirse en un país desarrollado. Sanducera