Protectoras a favor de comenzar en breve con castraciones masivas

Las oenegés que trabajan en pro de los animales en Paysandú manifestaron optimismo y conformidad al finalizar la reunión con el recientemente designado director ejecutivo del Instituto Nacional de Bienestar Animal (INBA), Gastón Cossia, en la sala 1º de Julio de EL TELEGRAFO.

Los animalistas coincidieron en la voluntad de llevar adelante un plan y aguardar a que finalice la pandemia para comenzar a trabajar con los recursos humanos y económicos que se instrumentarán a partir de la nueva institución creada en la Ley de Urgente Consideración (LUC).

“Estamos de acuerdo en que perdimos mucho tiempo con las castraciones y eso nos juega en contra. La intención del INBA es comenzar con las castraciones masivas y en junio empezar a firmar los convenios con las intendencias”, señaló Laura de León, de Amigos de los Animales. Explicó que en forma paralela deberán “controlar los criaderos, tal como le pedimos, analizar las denuncias presentadas, que nos preocupa a las protectoras porque no tenemos respaldo. Nos vamos contentos porque sabemos que, dentro de la ley, las castraciones son obligatorias. O sea hay que empezar a trabajar”.

Los hogares transitorios

La situación que atraviesan los hogares transitorios “es bastante complicada porque no tenemos respaldo, tampoco recursos ni otros apoyos. En Paysandú no tenemos dónde denunciar” el maltrato y abandono de animales, dijo Emilie Britos, de Pancitas Contentas Uruguay. Explicó que “el instituto no está en el departamento y la policía está de manos atadas. Estamos prácticamente solos”.

Juan Peculio, quien reside en un predio donde se ocupa de 57 perros, destacó que “el trabajo diario es recolectar comida y curarlos porque se encuentran lastimados, todos los días. Hace falta concientizar y, como dijo Cossia, menos caciques y más indios. El plan no se ejecutará de un día para el otro, pero es un comienzo”.

Las castraciones

El veterinario Germán Matosas lleva adelante las intervenciones a cargo de Amigos de los Animales e integró el equipo que ejecutaba un plan de castraciones en acuerdo con la Intendencia de Paysandú, Zoonosis y la oenegé. “Esa será la herramienta de trabajo. Y es, además, la experiencia que tenemos con la oenegé. Desde hace años que venimos castrando y se nota la diferencia cuando se castra masivamente. El número planteado para hacer por año –unas 100.000 y la aplicación de 250.000 microchips en el primer año a nivel nacional– significará una diferencia”, dijo a EL TELEGRAFO.

De acuerdo con Matosas, “la identificación de los animales será fundamental y reconocemos que para hacerla con todos los perros del departamento pasarán muchos años. Desde el INBA anunciaron que destinarán recursos para el chipeado y otros para las castraciones. En nuestra experiencia, así como esterilizamos al animal, automáticamente colocábamos el chip”. Sin embargo, la sistematización de los datos “conlleva más energía, anotaciones y habría que ver si lo podemos hacer nosotros en el lugar”.

Programa nacional de albergues

El INBA desarrollará el Programa Nacional de Albergues a fin de retirar de las calles a los animales abandonados, identificarlos, esterilizarlos y darlos en adopción, en predios definidos en acuerdo con los gobiernos departamentales. Los animalistas han manifestado su desacuerdo con esta iniciativa. “Le manifestamos al intendente Nicolás Olivera y creo que lo ha entendido que, por experiencia, no sirven. Es un agujero por donde se va el dinero, es un círculo vicioso y nunca salimos de eso. Hoy tenemos 200 y mañana, serán 2.000 y no se solucionó el tema. Un animal encerrado no está bien. Tiene que tener una familia, un respaldo, una atención veterinaria, cariño y ahí, lamentablemente, no podemos dárselo”, dijo de León.

Relató, de acuerdo a su experiencia, que “en mi casa tengo más de treinta y el tiempo que tengo es hacerle una caricia a cada uno en el día, mientras les doy la comida y el agua. El dinero invertido en un albergue no sirve porque si se vuelca en castrar, en educar y en adoptar en buenas campañas, se solucionará el problema de raíz”.

Britos agregó que “en realidad no son albergues ni refugios, sino acopio de animales. No son solamente los que nosotros llevamos, sino los que la gente tira a través de las rejas y los dejan ahí. Terminamos amontonando perros que no viven bien”. De León reconoció que “las castraciones por sí mismas, no sirven. Tenemos la experiencia de 14 años y no se hizo masivamente porque nunca llegamos a las 10.000 cirugías que se pretenden hacer ahora. Ni siquiera llegamos a 5.000. O sea, no tuvimos tanto efecto por los números. Pero tampoco se hicieron buenas campañas de adopción y de educación”.

En este sentido, subrayó que “si la gente fuera educada y tenedores responsables, las protectoras de animales ni siquiera tendrían razón de existir. Por eso consideramos que hay que volcar más esfuerzos, dinero y recursos humanos a la educación. Es más, tendría que haber una asignatura que fuera sobre tenencia responsable y bienestar animal en los centros de estudio, porque convivimos con animales desde que nacemos hasta que morimos”. Peculio precisó que, en su caso, “me hice cargo por inercia del lugar donde estoy. Lamentablemente, como no hay educación, he tenido malas experiencias con las adopciones. Y antes de que anden en la calle o los envenenen, los maten o dejen con discapacidades, es que los refugios tienen una razón de ser”.