ADAP permanece cerrada, con la mirada en la primavera

Atención de Alzheimer Paysandú (ADAP) aguarda reabrir sus servicios en primavera, bajo la anuencia de las autoridades sanitarias, ante el escenario optimista que se plantea a partir de un descenso de los casos positivos de COVID-19.
Mientras tanto, “tuvimos que reinventarnos para que los usuarios no sintieran tanto el cierre del servicio. Al principio, los técnicos hacían reuniones con los familiares hasta que tampoco pudimos continuar, aconsejados por la Dirección Departamental de Salud. Después, siguieron las reuniones por zoom con usuarios y familiares, que no tuvo resultados favorables por los horarios de las familias. A partir de allí, comenzaron los mensajes por WhatsApp, con ejercicios de estimulación cognitiva enviados por los sicólogos y fisioterapeutas”, dijo a Pasividades el presidente de la institución, Felipe Medina.
Reconoció que los usuarios “extrañan la presencialidad y estos ejercicios también resultan complicados porque deben tener una persona exclusivamente para ellos. Muchos se negaron a trabajar desde la casa y quieren venir junto a sus pares”.
Medina señaló, por otro lado, que con el transcurso de los meses “sufrimos la pérdida de varios usuarios que lamentablemente fueron falleciendo y otros ya pasaron a otro estado que no es competencia de atención para ADAP”. En tal sentido, explicó que “hay una tabla de 1 a 4 para la atención de los usuarios que va desde el diagnóstico reciente hasta las siguientes mediciones del médico tratante y el sicólogo, que evalúan el avance de la enfermedad”.
En el equipo de voluntarios y técnicos de la institución, “apuntamos por ansiedad que tenemos que volver en la próxima primavera, pero siempre será con el aval de las autoridades sanitarias. La comisión ya se encargó de los trabajos de mantenimiento del local y tenemos previstos los materiales para comenzar ni bien nos digan desde la Departamental de Salud”.
En forma paralela, reciben continuas consultas sobre nuevos ingresos, “pero los derivamos a los sicólogos y sicomotricista de ADAP, a la espera de la rehabilitación del servicio. Lamentablemente no podemos hacer más que eso”.
ADAP se sostiene por aportes voluntarios y cuotas de socios colaboradores. “Es una pena que no tengamos el Presupuesto Participativo o los recursos que nos entregaban por la Zona Azul, con los cuales avanzamos en las obras de ampliación. Tanto nosotros, como otras instituciones. Hay gastos que pagar, así como las tarifas públicas y por eso, necesitamos la colaboración de la población sanducera. Así como también, una vez finalizada la pandemia, el aporte de al menos una hora por mes de servicio voluntario para acompañar a las personas con Alzheimer”.