Víctor Lima: 100 años del nacimiento del gran cancionista y poeta salteño

Mañana miércoles se cumplen 100 años del nacimiento de Víctor Lima, poeta y autor de canciones nacido en Salto el 16 de junio de 1921. Figura fundamental de la canción popular uruguaya a partir de los años ‘60, fue el autor de un cancionero que logró una extraordinaria popularidad. Al principio, en las voces del dúo Los Olimareños, y con el correr de los años, como parte de los repertorios de innumerables intérpretes, uruguayos y de otros países. Muchos que tal vez no conozcan el nombre del autor habrán escuchado en alguna oportunidad, canciones como “Adiós a Salto”, “La Sanducera”, “Sembrador de Abecedario”, “Candombe mulato”, “Cosas de Artigas”, “Milonga del caminante”, entre muchas otras, brotadas de la inspiración de este extraordinario artista.
Cuenta la historia que su infancia transcurrió en la zona del río Arapey Chico, en la estancia de su abuelo. Ya entonces, su único deseo era ser poeta. Con 16 años se trasladó a Montevideo e ingresó en el Ejército, a instancias del padre del escritor Juan Carlos Onetti, primo de su padre. Permaneció dos años, hasta que desertó y se trasladó a Buenos Aires, donde residió cinco años. En 1948 se publicó su primer libro, “Canto del Salto Oriental”. Llevado por su vocación andariega, conoció todos los rincones del Uruguay y recorrió grandes extensiones de Argentina y Bolivia. En 1949 llegó a Treinta y Tres, donde volvería en muchas oportunidades y donde conoció al maestro Rubén Lena y Los Olimareños. En los años ‘50 se integró a la actividad cultural salteña, formando parte de la Asociación “Horacio Quiroga”, integrada también por el escritor Enrique Amorím. En 1955 vivió en Paysandú, donde colaboró con la revista literaria La Veleta y estuvo a cargo de una librería. Murió en Salto el 6 de diciembre de 1969, tras arrojarse a las aguas del río Uruguay.
En lo musical, compuso carnavalitos, valses, polcas y milongas, y principalmente zambas. Dicen quienes lo conocieron que prefería cantar a capella, sin acompañamiento instrumental, logrando captar de atención del público de una forma poco frecuente.

“Enigmatico, insondable, inagotable…”

Lo que presentamos antes son apenas unos datos dispersos de la peripecia vital de Lima. Y si bien es real –como decíamos– que su nombre sigue siendo poco conocido, también es cierto que a través del tiempo su legado artístico ha sido retomado y puesto en valor en varias oportunidades. Algunos ejemplos son libros como “Cancionero”, editado en 1981 por editorial Banda Oriental; “Víctor Lima; Con guitarra y sin guitarra”, de 2009, con selección, prólogo y notas de Leonardo Garet, o el volumen “Obras completas”, publicado en Salto en 2009 por su sobrino, Roberto Lucero.
Ahora, en el marco de los 100 años del poeta, se anuncia el lanzamiento de un libro del sanducero Schubert Flores Vasella. Comunicador, promotor de artistas y de espectáculos, investigador y documentador de la música de raíz folclórica, Flores es licenciado en Ciencias Antropológicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Nacido en 1953 en Guichón, vivió su infancia en Tacuarembó, y desde hace 49 años vive en la capital argentina. El libro sobre Víctor Lima, cuyo título está aún sin definir (aunque maneja varios posibles), será publicado por el Instituto Nacional de Música aproximadamente a fines de agosto, estima el autor.
Es fruto de una investigación que llevara adelante entre 2001 y 2002, y que luego fue completando. “Ahora, desde hace meses estoy trabajando, hilando, para darle forma de libro”, dice Flores, mientras aclara que se siente más cómodo en el rol de investigador que en el de escritor. “Es un trabajo de largo aliento, con muchos testimonios, con la palabra de muchos protagonistas, amigos de Víctor, que lo acompañaron, que estuvieron junto a él en vida. Son testimonios de hace 20 años, la mayoría de gente que ya no está. De ellos van quedando pocos”. Entre ellos menciona “al ‘Tronco” (José María) Obaldía, con 96 años; a Justita Lacuesta de Lena, con 95, a Walter “Serrano” Abella, “que es un poco más joven”, junto a otros como “Felipe Silva Cantero, Oscar ‘Laucha’ Prieto… Acoplado a lo de Lima hay un rescate de ese tipo de gente, que son personas muy entrañables, muy sabias. En fin, es un mosaico de testimonios, para armar la vida y obra de Víctor Lima, haciendo hincapié fundamentalmente en el hombre, en la persona que había detrás del artista”.