Columna de Opinión: Invisible pero real

“Somos seres espirituales, seres cuánticos, insertos en una realidad material”. Algo así expresó mi amigo Rafael, quien dice ser un canalizador de energía, un médium.
Según dice Rafael, todos tenemos guías espirituales. Existe una legión de ángeles y arcángeles, que nos cuidan y nos ayudan. El rector de los arcángeles es Miguel.
Los que íbamos al Catecismo, hace décadas, aprendimos la oración al Ángel de la Guarda, que dice así: “Ángel de la Guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día”.
Ahora vienen mis lecturas y mis experiencias con ese mundo invisible pero, a mi juicio, hermosamente –a veces terriblemente– real.

Ya sabemos que existe siempre la Energía, percibimos con el corazón, que alrededor nuestro existen seres espirituales, que siempre están, que existen seres de luz para iluminar nuestros caminos, aunque no los percibamos con los sentidos: y existen, también, seres oscuros, fuerzas del mal, que incitan a la violencia, al odio, a la destrucción.
Todos podemos conectarnos con esos seres, en mayor o menor grado. Muchas veces hemos dicho: ya sabía que me iba a suceder, hemos tenido un presentimiento, una súbita intuición de que algo va a pasar. Y pasó nomás. Es que nos hemos conectado con un ser de otro plano, otra dimensión; así lo explica Rafael. Todos tenemos ese poder de “mediumnidad”, aunque ni siquiera sabemos que lo tenemos. Pero los canalizadores han recibido un gran regalo, un don para cumplir su misión en esta Tierra, de ayudar a quienes lo necesitan, para solucionar algún problema existencial.

Varias veces me ha sucedido que, en la oscuridad y el silencio de la noche, de pronto me vino a la mente el recuerdo de alguien que hacía tiempo no veía. Y al día siguiente me enteraba que había muerto, lo cual me asustaba y sorprendía mucho. Por eso algunas amigas me decían: no te acuerdes de mí esta noche.
Siempre existieron y siguen existiendo los profetas, los buenos y los falsos. Siempre se recuerda, en estos tiempos, a Nostradamus, un gran profeta de hace siglos, creo que cuatro siglos, quien predijo muchos acontecimientos de la historia. Lástima que sus profecías están escritas en un lenguaje muy difícil de entender

Tenemos en nuestro país gente que es capaz de ver con su mente, videntes, que ayudan a la policía para buscar personas desaparecidas y para solucionar otros problemas.
Estoy pensando en las leyendas de lobizones y otras, que abundan en el campo, de casas embrujadas y más. ¿Son realmente sólo leyendas? ¿O describen realidades ultrahumanas? La granja Santa María es un lugar muy especial, un lugar de mucha energía donde, según su dueño es posible encontrarse con seres de luz, como el Padre Pío y otros. Me sucedió que, estando allí, en el comedor, quería ir al baño pero tenía que pasar por un espacio abierto y estaba oscuro. Tenía miedo de encontrar algún espíritu. –No tienes que temer, me dijo Yamandú– son seres de luz, están para ayudarnos a elegir nuestro camino. Claro que tienes que estar preparada para verlos, porque si no, te puede dar un infarto.

También están los seres oscuros pero en este lugar, siempre vencen los de luz.
Me enteré de un caso, de personas que hacían el juego de la copa. Les apareció un espíritu maligno y no podían eliminarlo. Tuvieron que llamar a un cura. Que hizo un exorcismo, pero igual le costó bastante.
Bueno, pero para creer que existe la maldad no necesitamos tener esas experiencias. Alcanza y sobra con enterarse de los espantosos acontecimientos que ocurren día a día en este mundo, que verdaderamente es un valle de lágrimas. Aunque no todo es lágrima si sabemos apreciar las pequeñas maravillas diarias que nos ocurren. La vida es bella si sabemos valorarla, el solo hecho de vivir ya es una gran bendición.

Siguiendo con el mundo invisible, es muy impactante encontrarse en Salta, en el Cerro de la Virgen, donde aparece a una señora de allí y donde cada semana se reúnen miles de personas para sentir su presencia. No tuve la suerte de estar un día de esos, pero sí estuve allí, y quedé asombrada por el clima de religiosidad. Y asombrada porque allí no se permite ni comer, ni tomar mate, y no hay vendedores.
Me han contado y he visto por Internet, sobre el efecto impresionante que el pasaje invisible a los ojos, pero sentido, de alguna manera, de la Virgen al lado de cada peregrino, produce.
Algunos caen, otros se desmayan. Todos, aún los no creyentes, sienten que algo cambió en sus vidas, hubo una transformación.
En fin, no soy muy experimentada en este tema. Pero creo que cada cultura, en esta Tierra, tiene su espiritualidad y su modo de conectarse con este mundo invisible, pero real. La tía Nilda