El tapabocas llegó para quedarse, al menos para usar durante el invierno

El director de Salud Carlos Leoni destacó el rol que han tenido los tapabocas –que se masificaron como medida preventiva de la COVID-19– en la significativa reducción de la circulación del virus de la gripe estacional, y considera que habría que tenerlo a mano en el invierno, aun cuando se supere esta pandemia.
“Si bien estamos bajo contención, hay que continuar con las medidas de esta prevención, que son las que todos conocemos, el uso del tapabocas, la higiene de manos, evitar las aglomeraciones, y estar en lugares ventilados”, afirmó, antes de abundar en detalles sobre la acción del tapabocas, de uso mucho más frecuente en países asiáticos que en estas latitudes, incluso antes de la COVID-19.

“En Asia toda la gente andaba con tapabocas, y en ese entonces no había pandemia. Lo hacían para evitar las enfermedades virósicas, la gripe. Porque también la gripe, o la influenza, mata. Es letal en menos gente, pero no solamente mata gente, sino que el problema que tienen las enfermedades virales es que causan un problema laboral muy importante, con costos muy importantes para los países”, explicó. Agregó que mientras en ese continente se expandía el uso, “nosotros no nos animábamos a usar. Hasta el comienzo de esta pandemia, todos teníamos vergüenza de andar con tapabocas, nos daba como cosa que nos vieran con tapabocas, algo que resultó ser fundamental”. Fue así que, a su juicio, “cuando tuvimos la pandemia, aprendimos algo muy importante: no solamente el tapabocas nos servía para la COVID-19, sino que el número de gripe que tuvimos en el año 2020 fue extremadamente bajo, casi no tuvimos gripe. ¿Por qué?, porque vimos que el tapabocas evitaba eso”, afirmó.

EFECTIVO

Leoni agregó que “estudios que se han hecho en Estados Unidos explican el uso del tapabocas, por eso hay que informar a la población” y trató de hacerlo “con terminología no médica, porque si no la gente no entiende”.

Detalló que “nosotros en la vía respiratoria, en nuestras narices, en la garganta, tenemos un tejido que recubre, que se llama epitelio, y en ese epitelio las células tienen cilias; las cilias son como si fueran pelitos que se mueven, y además eso está recubierto de secreciones, está húmedo”. Señaló que “cuando nosotros no usamos tapabocas, y sobre todo cuando las temperaturas son bajas y son frías, se seca nuestra vía aérea, y cuando se seca la vía aérea no está esa cubierta de secreciones y los pelitos que se mueven”.

El director explicó que este mecanismo, “cuando (atrapa) un virus, sea el Sars-Cov-2, o sea el virus de la influenza, o sea cualquier otro virus, el organismo lo lleva hacia la vía digestiva, entonces el virus cae en el estómago, y el estómago, como es muy ácido su medio, lo mata”. En cambio, cuando “se nos seca la vía respiratoria, los virus caen en el pulmón, y allí es donde se producen la enfermedades. Entonces, no sólo tenemos que usar esto (el tapabocas) por el hecho del Sars-Cov-2, sino que lo debemos usar también para evitar las infecciones virósicas y sobre todo el virus de la influenza y de la gripe”. Leoni afirmó que “seguiremos aprendiendo, y esto hace que ese cuidado que tenemos que hacer, de mantener la distancia, de lavarnos las manos, de evitar la aglomeración y usar tapabocas; ahora que sabemos por qué lo tenemos que usar, son medios que vamos a tener que continuar teniendo por un tiempo más largo, y no olvidarnos de usar el tapabocas en el invierno”.

ESTUDIOS

De acuerdo a un informe publicado por BBC Mundo, durante el pasado invierno boreal por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU, “las medidas para contener la COVID-19 han hecho que se reduzcan los casos de influenza, también conocida como gripe, a nivel global”.
El estudio encontró “51 muestras positivas por influenza entre 83.307 pruebas que se realizaron, lo que arroja una tasa de positividad del 0,06%”. El año anterior (2019), durante el mismo período, el porcentaje de muestras positivas alcanzaba el 14%.
“La disminución global en la circulación del virus de la influenza parece ser real y concurrente con la pandemia del coronavirus y en esto han tenido que ver las medidas de prevención que a nivel social se han hecho, para evitar que se propague el coronavirus”, señalaba entonces la doctora Sonja J. Olsen, miembro del equipo que estuvo a cargo de la investigación.