Ante la grave situación que genera la histórica bajante en el río Paraná desde hace más de 730 días, el gobierno declaró el “Estado de Emergencia Hídrica” por 180 días en la región de la cuenca. La medida faculta al jefe de Gabinete Santiago Cafiero a “delimitar las áreas afectadas por la emergencia” e instruye a diferentes áreas a tomar medidas para paliar las consecuencias. Técnicos y expertos consideran a la histórica bajante como un “holocausto ambiental”, según publicó la página TN.com.ar.
La decisión se dispuso a través del decreto 482/21, a partir del fenómeno que afecta a las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones y Buenos Aires. La resolución advirtió que “el déficit de precipitaciones en las cuencas brasileñas del río Paraná, del río Paraguay y del río Iguazú es uno de los factores determinantes para la bajante histórica actual, considerada la más importante en nuestro país en los últimos 77 años”. En el bajo río — al sur de la represa de Salto Grande–, el bajo caudal del Paraná incide en la altura del paterno frente a Paysandú.
Afecta el agua potable y la navegación
Alertó que “la bajante extraordinaria de los ríos mencionados presenta eventuales afectaciones sobre el abastecimiento del agua potable, la navegación y las operaciones de puerto, la generación de energía hidroeléctrica y las actividades económicas vinculadas a la explotación de la Cuenca Hídrica conformada por los ríos Paraná, Paraguay e Iguazú”.
Sobre el margen del Paraná se encuentran importantes ciudades como las de Rosario, Paraná y Santa Fe, con amplias poblaciones. A su vez, al norte de Rosario se encuentra el polo agroportuario y agroindustrial de Argentina, un proveedor mundial líder de alimentos. La Bolsa de Comercio de Rosario ha estimado que el histórico bajo nivel del río podría costar al sector exportador de granos una pérdida de unos 315 millones de dólares en seis meses.
Además, el gobierno nacional pidió a los ciudadanos de siete provincias limitar el consumo diario de agua ante la mayor bajante en 77 años del río Paraná, señaló un comunicado oficial difundido en las últimas horas del lunes.
Medidas por la emergencia hídrica
Los ministerios de Desarrollo Productivo y de Trabajo establecerán acciones para la preservar la actividad productiva y puestos de trabajo. Obras Públicas dispondrá y monitoreará la realización de obras de infraestructura. Seguridad planificará las medidas de apoyo y toma de decisiones y asistirá a las poblaciones ribereñas. Ambiente y Desarrollo Sustentable mantendrá el control de incendios. Transporte “observará las posibilidades de navegación y acceso a puertos; el Instituto Nacional del Agua brindará sus servicios técnicos con relación a la emergencia; la Secretaría de Energía, asegurará el abastecimiento de energía eléctrica y el Ministerio del Interior se encargará de la coordinación con las provincias afectadas”. El Banco Nación y la AFIP dispondrán la asistencia en materia crediticia e impositiva, respectivamente.
“Holocausto ambiental”
Ambientalistas y expertos en el estudio climático advirtieron que este fenómeno es un “holocausto ambiental”. El integrante de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas Rafael Colombo explicó en declaraciones a TN.com.ar que la bajante es una consecuencia de la acción humana asociada a la expansión del modelo agroindustrial, sumado a los efectos del cambio climático. Planteó: “Lo que está ocurriendo en el río Paraná es un auténtico holocausto ambiental y es el resultado directo de una serie compleja de intervenciones antrópicas asociadas a la expansión del extractivismo agroindustrial, ganadero, forestal, fluvial y minero”. Advirtió sobre el aumento de superficies de cultivo como la soja, el maíz o el trigo, que dijo que son parte de un modelo agroindustrial “que trae muchísimos impactos sobre la tierra a partir del uso de millones de litros de insecticidas agrotóxicos”.
El río es la vía de transporte del 80% de las exportaciones del agro argentino y fuente de agua potable y energía de importantes poblaciones urbanas. Sin embargo, debido a una prolongada escasez de lluvias en el sur de Brasil el Paraná actualmente está en su nivel más bajo desde 1944. Ante esta situación, el gobierno pidió a las personas “ahorrar agua en el consumo diario” y “almacenar agua de lluvia y utilizarla para regar”, como también no realizar quemas de pastizales para evitar la propagación de amplios incendios, como los sufridos el año pasado durante el invierno austral.