“INIA promueve diversas prácticas que nos permiten comer mejor que hace 15 años”

Parte del desafío de INIA es producir fruta de manera intensiva y totalmente orgánica en Uruguay.

“Lograr que Uruguay produzca frutas más saludables, de formas más amigables para el ambiente y que requieran menos uso de agroquímicos, es uno de los principales retos del sector frutícola y de la ciencia”, señaló el doctor Danilo Cabrera, director del Programa de Investigación en Fruticultura del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), donde actualmente se estudian y generan tecnologías y conocimiento para dar solución a este desafío.

“Sin lugar a dudas comemos más saludable que hace 15 años, porque el sector frutícola ha sabido acompañar la evolución que el mundo ha tenido hacia la inocuidad. Hace 25 años se dio un uso exagerado de agroquímicos y eso paulatinamente se fue ajustando gracias a nuevas normas de mercado, nuevas tecnologías, conciencia de los productores y demandas de los consumidores”, manifestó el investigador.

abrera explicó que desde el Programa de Fruticultura de INIA junto con otras instituciones, como por ejemplo el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y la Universidad de la República, se han hecho aportes importantes que han llevado a la racionalización del uso de insumos químicos.

“Hoy podemos arrancar fruta de una planta y comerla directamente. Desde la investigación hemos generado tecnologías y soluciones que permiten que el nivel de insumos utilizado sea el óptimo para que la fruta sea de calidad. Los productores también respetan mucho los tiempos de espera, que sería el período desde la última aplicación a la cosecha, y hay un trabajo muy grande por parte de los asesores técnicos y el MGAP”, resaltó.

Consultado por la posibilidad de producir fruta de manera intensiva y totalmente orgánica en Uruguay, dijo que “es parte del desafío que tenemos en INIA”. Aun así, explicó que el clima húmedo del país propicia la aparición de hongos y otras plagas que afectan la salud de las plantas y que hacen necesario el uso de insumos para controlarlos y combatirlos.

Para abordar este reto, INIA trabaja en el desarrollo genético y adaptación a nivel local de variedades de frutas resistentes a las principales plagas y enfermedades, de modo que se puedan producir sin requerir tratamientos químicos para controlar esos problemas y que hagan al sistema más sustentable.
“Las soluciones que generamos en INIA pueden ser utilizadas en una producción orgánica y agroecológica. La inocuidad nos interesa a todos, hay que pensar que cada actor vinculado al sector frutícola es también consumidor, incluso los productores, que son los primeros afectados e interesados en que esto se logre”, subrayó.

Cabrera también se refirió al posicionamiento de la fruticultura uruguaya y dijo que es una producción “muy orientada al mercado interno” y que “nunca rompió el equilibrio entre abastecimiento local y exportación”. Si bien destacó que hay frutas como la pera y la manzana que se exportan en un 12% y 10% respectivamente, entiende que “Uruguay tiene una gran oportunidad para explotar mercados extranjeros”, pero que es preciso que “los productores se tecnifiquen más para que se uniformice la producción y ser más competitivos”.

Sobre el final, hizo un balance entre la importancia social y el reto ambiental de la fruticultura. “Hay cosas para mejorar, pero lo que estamos comiendo hoy es saludable y la investigación está para servir a eso. En lo que podemos mejorar como sector es en seguir haciendo más sustentables los sistemas y en darle seguridad al productor para que pueda vivir de esta actividad que socialmente cumple un rol clave”, concluyó.