Japón: valioso mercado restringido por las condiciones arancelarias

(INAC)
Japón fue el tercer importador de carne bovina más relevante a nivel mundial en 2020. Su alto ingreso por habitante lo posiciona como un demandante de proteína de alta calidad, con precios por tonelada que superan los 7.000 dólares. Pero las altas barreras arancelarias hacen que Uruguay sea un actor marginal en este mercado.

En el mes de julio INAC activó múltiples campañas de marketing en Japón. Estas se han concentrado en los segmentos de supermercadismo (Yorkmart) y restaurantes (Steak Gusto y Jonathan´s). Las mismas permanecerán activas durante agosto, señala un informe elaborado por el Instituto Nacional de Carnes. El mercado nipón es uno de los más atractivos en el comercio internacional de carne bovina. Esto se basa en características tales como el tamaño relevante: en 2020, importó esta proteína por un valor de 3,3 mil millones de dólares y 600.000 toneladas, representando 9% de la importación mundial, tanto en valor como en volumen.

A diferencia de varios países asiáticos, su alto ingreso por habitante lo posiciona como un demandante de proteína de alta calidad. En parte, esto se ve reflejado en la estructura de su canasta importadora: el 60% del valor importado corresponde a carne enfriada, con un valor por tonelada que supera los 7000 dólares.
Considerando los principales destinos de exportación de carne bovina enfriada de Uruguay, los precios que presentan menor volatilidad son los de Japón.

La carne bovina juega un rol relevante en la dieta de los japoneses. Uruguay recuperó la habilitación sanitaria para exportar carne bovina a Japón en 2019. Desde entonces, se exporta a este mercado manteniendo una participación acotada en el mismo: el flujo exportador fue de 20 millones de dólares en 2019 y de 24 millones en 2020. Esto es menos del 1% de las importaciones japonesas de este producto.

COMPETIDORES Y ACCESO A MERCADOS

El mercado de carne bovina japonés está altamente concentrado: cerca del 90% de sus importaciones provienen de Estados Unidos y Australia. Canadá se posiciona como el tercer proveedor más relevante de este mercado, con una participación promedio de 4% en los últimos cinco años.
La alta concentración de países proveedores en este mercado se explica, en parte, por sus altos aranceles por defecto. Los países que no cuentan con acuerdos preferenciales se enfrentan a un arancel de 38,5%. Uruguay está en esta situación.Est

o no es así para sus principales proveedores: Mientras que Estados Unidos cuenta con un acuerdo bilateral con Japón, los otros exportadores involucrados (Australia, Canadá, Nueva Zelanda y México) cuentan con acceso preferencial gracias al Acuerdo Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (Cptpp por su sigla en inglés).

Esto les permite ingresar carne bovina al mercado japonés con aranceles de 25%. Además, es importante señalar que estos acuerdos están en proceso de desgravación: alcanzarán el 9% en 2033. Adicionalmente, la ausencia de otros exportadores sudamericanos se explica por no estar habilitados sanitariamente.
Desde Uruguay no existe una restricción sanitaria severa. No se cuenta con la habilitación para exportar carne bovina con hueso, pero esto margina de 0,5% del mercado importador. El obstáculo arancelario es el que inhibe el desarrollo de esta relación comercial. Esta situación de habilitación sanitaria vigente, pero brecha arancelaria elevada y creciente es similar a lo que sucede en Corea del Sur. En ambos el diagnóstico es el mismo: si Uruguay no cambia su situación arancelaria será complejo aspirar a desarrollar las exportaciones a estos mercados.