El próximo 24 de agosto, fecha en la que se ha instituido la celebración de la Noche de la Nostalgia, habrá opciones para salir en Paysandú y la zona, pero la oferta hubiese sido mayor si los organizadores de eventos hubiesen contado con más plazo a partir de conocer las medidas que se exigirían. Así lo manifestó en diálogo con EL TELEGRAFO, Gustavo Gugeón, responsable de Oliva y Miel, quien de todos modos se mostró conforme con las disposiciones, pensando a futuro.
“Después de las nuevas medidas que se anunciaron en la semana, el gobierno le había pasado la pelota a las intendencias para que ajustaran el protocolo, para que se pudiera empezar a trabajar con fiestas y demás, y se empezó a mover el tema en cuanto a consultas”, dijo.
Dijo que “hay un montón de consultas, hay confirmaciones a partir de setiembre, octubre, ya hay un montón de gente que estaba ‘en el aire’ que empezó a confirmar. No es una cosa del otro mundo, pero ya se empezó a mover”. De hecho ya se están haciendo reuniones empresariales. “Empezó a reactivarse la gente, tuve reuniones, un evento empresarial también, como que el sector se empezó a mover de a poquito”, indicó.
POCA NOSTALGIA
Estimó Gugeón que en el caso de las propuestas nostálgicas, el factor que no contribuyó a que la oferta sea mayor, es que los plazos para los organizadores se hicieron cortos desde la publicación de los protocolos.
“El gobierno dio la señal el otro lunes de que se iba a poder bailar y unos cuantos detalles más. Le pasó al Ministerio (de Salud) para que hiciera algunos ajustes al protocolo, el Ministerio recién lo pasó el 12 de agosto, a la Intendencia. Entre una cosa y otra recién el lunes se reunió el Cecoed, y el martes nos avisan a nosotros cómo se iba a manejar. O sea, es imposible organizar algo para el 24, con tan poco tiempo”, dijo.
Las ofertas que se anuncian son por parte de instituciones y empresas que disponen de local, es decir, que no tienen ese costo. “Alguna cosa va a haber, pero no lo que podía haber sido. Los eventos que podían haber sido. En La Castellana por ejemplo, van a hacer un evento de 30 asistentes nomás”, explicó. Era un riesgo organizar algo sin conocer los pormenores de las condiciones que se pemitirían. “Te tenés que hacer responsable de un montón de cosas, de alquilar el salón, de todo, y después te dicen que podés tener cien personas nomás. No te dan los números para alquilar un salón a 40 o 50 mil pesos y tener que desquitar esos gastos con 100 tiques”, dijo.
Eso motivó que “un montón de eventos no se van a hacer porque no dio, los que se hacen casi todos son dueños de los locales, que no tienen ese gasto; el socio más grande que tenés es el local”, explicó.
VACUNADOS
En este protocolo apareció como novedad la posibilidad de optar por diferentes modalidades para organizar fiestas. Ahora el organizador puede decidir “hacer una fiesta ‘libre’, para vacunados o no vacunados, pero te trancás en cien personas y no podés bailar. Ese es el tema. Ahí no precisás pedir nada, simplemente se da una lista en la Intendencia con los nombres de los invitados y listo”. Pero, se puede optar por una fiesta más grande, restringiendo la presencia a solo personas vacunadas. “Está bueno lo que hizo Paysandú, porque liberó el aforo al 50%, o sea que los salones van a ser mucho más productivos. Pero si querés bailar, bueno, ahí vamos con las dos vacunas, los catorce días, y una declaración jurada que firmás en la puerta del salón, en la cual vos decís que estás vacunado, que estás apto para concurrir un evento así”, indicó.
La idea es que esas declaraciones luego se cotejan por los documentos con las bases de datos de vacunación, “y ahí van a ver si hay alguna irregularidad según el documento o no”.
Para Gugeón, de cierta forma, lo que ocurre es que “le pasaron la pelota a la gente. Ahora empezaron a haber presiones, porque si vos tenés un evento, un cumpleaños de 15, la nena quiere invitar 300 gurises, espectacular, pero los abuelos no están vacunados. Bajamos a cien gurises, o se vacunan los abuelos. Las familia ahora se presionan entre ellas para hacer cosas”, planteó como ejemplo.
TRABAJADORES
Un detalle sobre el que advirtió es que en el protocolo no se hace referencia al personal que va a trabajar en las fiestas. “No dijeron nada de que el personal tenga que estar vacunado. No sé si se omitió en la reunión o pasa como con los jugadores de fútbol, que no los pueden obligar a vacunarse. En la OFI tienen que estar vacunados los hinchas para entrar a la cancha, pero no los jugadores, porque se les restringe el tema laboral también”, ejemplificó.
De todas formas entiende que “la mayoría está vacunada. Yo ahora igual voy a hacer un sondeo a ver quién está sin vacunar, pero creo que los colegas también van a empezar a hacer lo mismo. Creo que la mayoría de la gente que está en esto se ha vacunado, por cómo viene todo, la mayoría vio que iba a precisar vacunarse para salir a trabajar”.
