Uruguay recibirá las finales de las Copa Sudamericana y la Libertadores, lo que se espera sea un antes y un después a la hora de recibir actividad internacional.
El Estadio Centenario se remodela, se habla de hacer los deberes para mostrarle a FIFA estas dos finales, y nadie puede dejar de pensar que puede ser un guiño pensando en el Mundial 2030.
Igualmente el subsecretario de la Secretaría Nacional del Deporte, Pablo Ferrari, ha dejado en claro que “el principal objetivo es generar esa idea de que hemos instalado de que Uruguay puede ser un hub sanitario deportivo, un lugar al que todos concurran para hacer eventos con seguridad sanitaria y general para generar ese tipo de espectáculos”.
En ese sentido, explicó que “habrá Panamericano de karate en Maldonado, y en 2020 vinieron torneos internacionales de rugby, de vóleibol… En este 2021, que nos para con mejor vacunación y garantías de que somos un país bastante avanzado en la lucha de la pandemia, que es lo que vio Conmebol y FIFA, lo que aspiramos es que salgan dos muy buenas finales –y quizás una tercera con la Libertadores femenina–, con buen marco de público, generar turismo que es importante, la conexión con las fuentes de trabajo y sacar una foto de eso y decir que lo que hace Uruguay es muy bueno”. Pero la pregunta es si es posible que todo esto se realice mirando de reojo al 2030 y la posibilidad de que Uruguay sea al menos una sede mundialista. Y Ferrari dejó en claro que “con respecto al 2030 soy cauto”.
La Secretaría Nacional del Deporte había dejado de lado la posibilidad de mirar directamente a un Mundial, porque “aparecieron muchos países en querer organizarlo, surgió Paraguay, pero no creo que todos los países estén alineados en su momento para decidir qué hacer”.
Para Ferrari, mucho dependerá “de las internas en los gobiernos, problemas sociales y demás, por lo que cuesta mucho dar hoy el visto bueno para decir qué es lo que va a pasar con 2030”.
Eso sí: “Un festejo hay que hacer, pero no sé si un torneo chico, grande o mediano”.
