Cada vez quedan menos dudas que si el clima acompaña y la propuesta es variada y entretenida, las exposiciones de reproductores no pueden fallar. Y vaya si no falló este año, con miles de personas que aprovecharon el fin de semana, procurando olvidarse de la pandemia y tener la posibilidad de hacer algo distinto.
La primera muestra de ello fue el sábado. A las 17 horas la fila de autos que pretendían ingresar al predio se ubicaba a pocos metros de El Trébol, algo inusual para esa jornada, ya que habitualmente el domingo es el día de mayor convocatoria. Pero indudablemente se corrió la voz de que el predio estaba disfrutable, que tenía una gran cantidad y variedad de oferta de estands, y que habría espectáculos en el escenario mayor, y la gente concurrió en gran número.
Lo del domingo “no tiene nombre”, diría un integrante de la directiva de la rural. Ya en la mañana mucha gente llegó al predio, también atraídos por la oferta gastronómica, y a la tarde todos procuraban recordar si hubo algún día igual en los últimos años. No solo por la gran cantidad de gente, sino que habitualmente un “medidor” es la cantidad de vehículos en el estacionamiento, y a pesar de que es muy amplio y puede albergar a cientos de autos, motos y camionetas, muchos optaron por estacionar por calle E –la del ingreso de la Exposición— y lo hicieron a varias cuadras de la entrada.
Otros, al ver las dificultades de llegar a la Exposición Feria, estacionaron varias cuadras antes por ruta 90, en aquellos lugares que podían hacerlo, y decidieron caminar para ingresar a la rural.
Finalizó la 75ª, pero la directiva de la rural ya está pensando en lo que viene. Aprendiendo de los cambios que habrá que hacer, pero convencidos de que la muestra es una gran atracción para todos.
