Déficit hídrico en la cuenca de Salto Grande, pero sin acercarse a la gravedad de la cuenca del Paraná

Si bien el régimen de lluvias en la cuenca del río Uruguay en el último trimestre se ha ubicado por debajo de lo normal, esta situación no ha impactado sensiblemente en la represa de Salto Grande, aunque se espera que también este escenario deficitario se repita en los meses de noviembre y diciembre, según se desprende de las previsiones formuladas por los técnicos de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande en base a los datos que proporcionan institutos de meteorología como el Inumet, de nuestro país.

Precisó Gonzalo Saprissa, encargado de la parte hidráulica de la represa, que se está lejos de la situación que se da en el río Paraná, en cuya cuenca se padece la mayor sequía de los últimos 70 años, y evidentemente este menor volumen de agua en la desembocadura en el Río de la Plata hace que las aguas del río Uruguay tengan menos contención y por lo tanto los niveles disminuyan en áreas cercanas como en la que se encuentra Paysandú, entre otros aspectos.
Destacó que “venimos arrastrando un déficit de precipitaciones visto desde el año móvil desde agosto del año pasado acumulado en la cuenca; notoriamente venimos con un menor volumen de lluvias. La cuenca se divide en cuenca alta, media y la inmediata, y en estas tres regiones hay déficit: de 500 mm en la alta, 400 en la media y unos 250 mm en la inmediata, la más cercana y la que tiene el área de influencia de aportes de Uruguay”.

En setiembre “cambió un poco la tendencia, donde las precipitaciones estuvieron por encima de lo normal, pero si tomamos el trimestre julio-agosto-setiembre de este año las lluvias en estas tres cuencas estuvieron por debajo del promedio”.

Explicó que para este trimestre los caudales de aportes estuvieron “en una media de 3.700 metros cúbicos por segundo, y desde que está instalada la represa ese caudal se ubica más o menos en el octavo trimestre más seco. Sin embargo para setiembre, gracias a las lluvias principalmente registradas en la cuenca media, sobre todo la cuenca del río Ibicuy, se logró que subieran los aportes al embalse de Salto Grande en el entorno de los 5.000 metros cúbicos por segundo”.
“A su vez las precipitaciones que ocurrieron en la cuenca alta ayudaron a que muchos de los embalses que hay en la cabecera del río Uruguay, que generan aportes base para la represa de Salto Grande, se pudieran completar y eso asegura que para los próximos meses el caudal de aportes a Salto Grande no se vea reducido en forma notoria”, reflexionó el informante.

En tanto, el parte diario de Salto Grande da cuenta que el aporte al lago era esta sábado de 4.580 metros cúbicos por segundo, en tanto aguas arriba en Paso de los Libres el volumen de agua era similar, de 4.460 m3/s. Hacia la cuenca alta los valores disminuyen pero manteniendo mínimos aceptables, de 3.360 m3/s en Santo Tomé y 2.420 m3/s en El Soberbio.

Perspectivas para los próximos meses

En cuanto a las perspectivas de lluvias, en base a la información de Inumet y datos “probabilísticos para los próximos tres meses y modelos cuantitativos que simulan la dinámica de la atmósfera, lo que dan es que para noviembre-diciembre seguimos bajo los efectos de La Niña, como ocurrió el año pasado, y esto para la región de Uruguay el efecto que trae es que las precipitaciones sean por debajo de lo normal. Hay bastante consistencia entre los diferentes centros que publican estos resultados en el sentido de que efectivamente para noviembre y diciembre vayamos a tener precipitaciones por debajo de lo normal”, analizó Saprisa. Naturalmente, esto se traduce en menor caudal en los ríos y el aporte de Salto Grande seguramente sea menos al que tenemos hoy en día, consideró, pero a la vez señaló que las bajantes que se han dado últimamente no son históricas. Indicó que desde que se llevan registros tras la construcción de la represa, que se remontan a 1980, ha quedado demostrado el poder regulador de la represa, desde que los registros previos a la obra indican que hubo bajantes mucho más pronunciadas que a partir el período en que se contó con el embalse del complejo hidroeléctrico.

En este sentido apuntó que “en definitiva, los mínimos previos a la represa nunca volvieron a alcanzarse”, a la vez que explicó que las represas aguas arriba también cumplen un rol regulador y no permiten que los mínimos sean tan acentuados.

El río Paraná influye

En el caso de las bajantes que se han dado a la altura de Paysandú, evaluó que en este sector del río influyen los bajos niveles del río Paraná, lo que hace que la bajada de las aguas se sienta en Paysandú. Cuando los caudales de Salto Grande descienden por debajo de 1.500 m3, “empiezan a jugar otros efectos en la dinámica del río, como el Paraná y las mareas en el Río de la Plata, y desciende el nivel de la desembocadura del río Uruguay. Ello influye en los mínimos como los que se alcanzaron el año pasado, por los efectos en conjunto”.

Evaluó que las precipitaciones han sido históricamente bajas últimamente en la cuenca del Paraná, pero que no ha ocurrido lo mismo en la del río Uruguay, “que no ha tenido un déficit tan importante, lo que explica las diferencias en los comportamientos”.

Paralelamente descartó que en las represas brasileñas aguas arriba del río Uruguay se pueda retener más agua de lo aconsejable y que ello pueda repercutir en Salto Grande, habida cuenta además de que en Brasil se aseguran, por regulaciones, el abastecimiento de las tomas de agua de sus poblaciones ubicadas sobre el río Uruguay a esa altura del curso.

Evaluó por otro lado que si bien las bajantes contribuyen a aumentar las poblaciones de las cianobacterias, este aspecto es menos importante en noviembre y diciembre, que son los meses en que por ahora se prevén déficits respecto a los caudales de agua. En tanto a partir del verano, más precisamente en enero y febrero, el déficit podría no ser tan acentuado, aunque siempre hay que tener en cuenta además otros elementos que pueden propiciar una mayor o menor proliferación de algas, por lo que es prematuro formular pronósticos o perspectivas bien fundadas sobre cómo se dará la situación, pese a que estadísticamente se dan menores caudales y se elevan los promedios de temperatura en esa época del año.

Niveles mínimos

Consultado al respecto, el jerarca destacó que el mínimo a que se puede llegar de cota en la represa de Salto Grande es de 30,50 metros, lo que está regulado por el Manual del Agua, que responde a un acuerdo entre Uruguay y Argentina.
A su vez la liberación mínima aguas abajo es de 450 m3, que es suficiente para cubrir las demandas de agua potable de las ciudades hacia el sur de la represa, pero hasta nunca se ha tenido que ir por debajo de los 30,50 en el embalse. En caso de que sea necesario, prima el objetivo de abastecer de agua a las poblaciones aguas abajo. Hasta ahora ello ha sido necesario solo en una o dos ocasiones llegar a los 450 m3, pero ha sido de corta duración y se estima que para que se dé este extremo deben sucederse no menos tres años seguidos de sequía.