Apocalipsis

En estos tiempos de calentamiento global y de pandemia, pululan las fake news acerca del fin del mundo. Y hay mucha gente que cree que todo es así, que todo será como dice la Biblia en el Apocalipsis. El asunto es que nadie lo sabe, nadie puede saberlo, son conjeturas, son teorías, pueden ser verdaderas o no, pero sirven para generar miedo y reaccionar en forma negativa. No existe ciencia que pueda corroborar esas noticias fehacientemente. En este mundo todo es posibilidad, no hay nada imposible.
Respecto a este tema, es muy interesante lo que alguien escribe en el periódico La gente de Italia. Que abusamos del Apocalipsis.
Ya en la propaganda previa a la Conferencia climática COP26 se advertía sobre la próxima extinción de la raza humana, si la temperatura de la Tierra continúa subiendo. La ONU publicó un filme donde un dinosaurio advierte al pueblo que no debe elegir la extinción, una cosa fea.
Los gobiernos que estimulan a la gente a vacunarse contra la COVD-19, la publicidad de los movimientos ecológicos y algunos pronunciamientos políticos que auguran el fin de la democracia si no se los vota, son ejemplos de este abuso, según el periodista.
Pero la verdad es que los sucesos que ocurren en estos tiempos, dan para pensar negativamente. El clima se recalienta, la pandemia causa miles y miles de víctimas, la utilización excesiva de fertilizantes y pesticidas, todo eso es descorazonador. Tal vez es verdad también que las redes sociales destruyen las mentes de los jóvenes.
Pero, se pregunta el periodista, ¿tenemos que referirnos siempre al “fin de los tiempos”, para discutir este problema?
El problema es que se repite tanto esta hipérbole, que al fin mucha gente lo cree, y algunos actúan en consecuencia. Un caso interesante es el de Sri Lanka, un paisito cercano a la India, donde suprimieron los fertilizantes y pesticidas totalmente. Como resultado, la producción agrícola se redujo al 40%, y causó el hambre de la población.
En todo el mundo los hielos se retiran a causa del calentamiento global. Mejor dicho, en casi en todo el mundo. En algunos lugares (estado de Washington, Alpes Julianos), el hielo continúa creciendo. Lo que nos recuerda que a veces, global no significa universal. Aún quedan muchos verdaderos oasis en esta Tierra, lugares incontaminados. He leído que en distintos lugares del planeta se está luchando y actuando en defensa del ambiente y por un mundo mejor para vivir, no son todas pálidas.
En otros lugares el calentamiento está presente, pero los hielos que se retiran rebelan regularmente los restos milenarios de otros habitantes humanos históricos y prehistóricos. En otras palabras, demuestran que el clima ha cambiado radicalmente en el pasado. Sin embargo, nosotros estamos vivos aún… La Tierra se recalienta, y es perfectamente plausible que la actividad humana tenga algo que ver. Pero hay dudas sobre la forma en cómo influye.
Hay que recordar que entre 1940 y los primeros años del ´70 –un período de crecimiento extraordinario del sector industrial– el planeta se ha “refrescado”. Algunos piensan que fue a causa del aumento de la contaminación del aire, en particular por el uso excesivo del carbón, por las partículas de sulfato que se liberaban de los ríos y bloqueaban la llegada de los rayos solares a la superficie terrestre.
Por ironía de la suerte, la tierra comenzó a recalentarse cuando se comenzaron a reducir esas emisiones. De hecho, algunos climatólogos hipotetizan que la culpa podría ser de India y China, que insistiendo en el uso del carbón, distorsionaron el fenómeno, y retardaron artificialmente la llegada del calentamiento previsto.
Estas discusiones continuarán, y se arriesga de provocar reacciones contrastantes. Vistos los muchos fines del mundo, ¿para qué seguir pagando la hipoteca en vez de ir a bailar?
El futuro es incierto y lo será siempre, en cuanto a las pandemias, el calentamiento y todo lo demás que nos pueda sobrevenir. Por eso tenemos que vivir actuando cada uno de la mejor manera posible sin miedos, sin rencores, sin odios, con la esperanza en un mundo mejor.
La tía Nilda