El futuro llegó, y es exigente

“Tendencias y oportunidades para la industria tecnológica uruguaya” es el título de un informe presentado la semana pasada por la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI). El estudio que dio lugar a la publicación lo desarrolló el Observatorio TI de CUTI, en el marco del Programa de Bienes Públicos Sectoriales para la Competitividad de la Agencia Nacional de Desarrollo, ANDE.
Para el presidente de CUTI, Leonardo Loureiro, el informe aporta “mucha información de utilidad para entender para donde va el mundo de los negocios en tecnología, así los socios de CUTI pueden definir sus mejores estrategias de acuerdo a sus capacidades”. Pero también es oportuno para que quienes tenemos la responsabilidad de contar para donde va el mundo en general, podamos tener una visión analítica de qué se puede anticipar de un sector que ha sido de los más dinámicos en cuanto a la generación de empleo en la economía uruguaya”.
“El informe da cuenta de las tendencias de la industria a nivel global, lo que ayuda a identificar oportunidades de negocios y buenas prácticas en el ámbito local. Hace además recomendaciones específicas para mejorar algunas problemáticas del sector, como la falta de recursos humanos capacitados, un permanente dolor de cabeza para las empresas uruguayas, que tienen una fuerte disputa por el escaso (en relación a la demanda) talento nacional.
Según los datos expuestos, para las empresas tecnológicas uruguayas las tendencias tecnológicas y la necesidad de incorporarlas no constituyen su principal preocupación, sino que los modelos de negocio y la escasez de capital humano son el centro de sus desvelos. De todos modos conocer sobre tendencias permite anticiparse a eventuales posibilidades de negocio que se van a abrir en el futuro.
“Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés), blockchain, inteligencia artificial, ciberseguridad y realidad aumentada son las áreas dentro del sector que presentan mayor potencial de desarrollo a mediano y largo plazo a nivel global”, expone el informe. De acuerdo con la consultora Mckinsey, citada en el estudio, “el IoT industrial es clave para la automatización y el futuro de la conectividad, en el entendido de que el 50% del trabajo actual puede ser automatizado para 2025 y que cerca del 80% de la población global podría alcanzar conexión 5G para el 2030”.
La capacidad de incorporar el internet de las cosas “como parte de los procesos de ‘transformación digital de la corporación’ ya es un elemento fundamental en la competitividad de las empresas, tanto las que producen bienes como las que brindan servicios que involucran bienes físicos”, cita el informe.
Con respecto al uso de blockchain (que solemos mencionar vinculado a las criptomonedas, como el Bitcoin, aunque tiene muchos otros usos), “los analistas coinciden en que dentro del sector de la salud irá en aumento, sobre todo para los procesos de suministro de medicamentos.
A nivel global, una de las dificultades es que la oferta de trabajadores capacitados para trabajar con esta tecnología no acompañará el desarrollo de blockchain, por lo que se pronostica desde ahora una falta de recursos humanos”.
Con respecto a la inteligencia artificial, señala que “es una de las tendencias que más impacto tendrá en todas las industrias a futuro, ya sea a través de la visión artificial, el procesamiento del lenguaje natural o la tecnología de voz”, y en cuanto a la realidad aumentada indica que “no solo tiene potencial dentro de la industria de venta de productos o en el turismo, sino que ha tenido un crecimiento en el área educativa a causa de la pandemia”. Esta tecnología, señala el informe, “debe analizarse como el siguiente paso en la elaboración de experiencias de usuario cada vez más sofisticadas”.
El informe, en su tramo final, incluye una serie de recomendaciones para el sector, que también es oportuno tener en cuenta. En cuanto a la formación de recursos humanos, “plantea trabajar sobre diversas estrategias para estimular el estudio de ingeniería y otras formaciones tecnológicas, como podrían ser programas de becas focalizados, campañas en los centros educativos de secundaria mostrando lo que hace un ingeniero”. Además remarca “la necesidad de adecuar los planes de estudio en educación media para mejorar la formación en matemática y física, así como profundizar y jerarquizar el bachillerato tecnológico de UTU en informática”.
Uruguay ya lleva más de 15 años de instrumentado el Plan Ceibal, un proyecto que con el debido enfoque –el sistema político se ocupó más de resaltar el aspecto material del aporte de una computadora a cada niño que de las posibilidades que se abrían– pudo haber sido revolucionario y puesto a nuestro país a la vanguardia.
Hoy, en cambio, tenemos un informe que advierte que la idea de que “la ingeniería y/o la computación son para ‘nerds’ o para genios, debe ser transformada en una cultura diferente, impulsada desde la escuela por los maestros, los padres y los docentes”, y que anima tanto a la CUTI como a las empresas a “ser actores claves en esta transformación”.