Un decenio para mejorar

El Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2021-2030, proclamado por las Naciones Unidas en setiembre de 2020, tiene como meta la reducción de las muertes y traumatismos causados por el tránsito en un 50% para el 2030.
El horizonte de este objetivo no es muy lejano, especialmente si consideramos que se trata de un problema que se ha constituido como un asunto de salud pública y que cualquier avance sustancial implica, necesariamente, un compromiso a nivel colectivo e individual que requiere de cambios profundos de hábitos y costumbres así como de la asunción de responsabilidades y solidaridad social.
En Uruguay la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev) lidera las políticas de Estado en el tema y promueve la aplicación del Decenio de Acción para la Seguridad Vial contando con el antecedente del Decenio 2011-2020 en que adhirió mediante la ley 18.904.

Actualmente se procesa la modificación del segundo artículo de la referida ley para adoptar y promover la resolución 74/299 “Mejoramiento de la seguridad vial en el mundo”, proclamando el Decenio de Acción por la Seguridad Vial 2021-2030, adoptada en agosto de 2020, por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Se trata de un plan mundial que describe las medidas necesarias para alcanzar esa meta, y que hace un llamamiento a los gobiernos y asociados para aplicar un enfoque integrado de sistemas, es decir, se promueve la implementación de políticas y programas tendientes al logro del objetivo buscado, sumando el apoyo de los gobiernos locales y de organizaciones de la sociedad civil, fundaciones, academias y el sector privado.
A nivel mundial, las colisiones en las vías de tránsito causan casi 1,3 millones de defunciones prevenibles y se estima que 50 millones de traumatismos cada año, lo que los convierte en la principal causa de mortalidad de niños y jóvenes en todo el mundo.

“Tal como están las cosas, se prevé que durante el próximo decenio causarán otros 13 millones de defunciones y 500 millones de traumatismos y socavarán el desarrollo sostenible, particularmente en los países de ingresos bajos y medianos. Estas cifras inaceptables, tanto en términos absolutos como relativos, se han mantenido en gran medida sin cambios durante los últimos 20 años, a pesar de la rigurosa labor en materia de seguridad vial realizada por las Naciones Unidas y otros organismos competentes”, señala el documento de Naciones Unidas. El Plan Mundial para el Segundo Decenio de Acción para la Seguridad Vial rechaza seguir funcionando como de costumbre y pide a los gobiernos y las partes interesadas que “sigan un nuevo camino, un camino que conceda prioridad a un enfoque integrado de sistemas de seguridad y lo ponga en práctica y que sitúe directamente la seguridad vial como un impulsor decisivo del desarrollo sostenible”. También insta a adoptar medidas que ayuden al mundo a alcanzar el objetivo de reducir en un 50% el número de defunciones y traumatismos graves provocados por el tránsito para 2030.

La inclusión de objetivos específicos en materia de seguridad vial en la Agenda 2030 refleja el reconocimiento universal de que las defunciones y los traumatismos provocados por el tránsito se encuentran ahora entre las amenazas más graves para el desarrollo sostenible de los países.
“Esto significa que la seguridad vial no puede verse amenazada o sacrificada a cambio de satisfacer otras necesidades sociales. En este contexto, la seguridad vial no debería abordarse como una cuestión independiente, sino como un componente integrado de muchos programas políticos diferentes, incluidos los que se ocupan de la salud infantil, la acción climática, el género y la equidad. Como ha puesto de relieve la pandemia de COVID-19, en el próximo decenio no hay duda de que la necesidad de movilidad en sí misma evolucionará, y esto inevitablemente propiciará cambios en los sistemas de transporte de maneras que son a la vez previsibles e imprevisibles. Para asegurarse de que esos cambios no den lugar a defunciones o traumatismos se requerirán una vigilancia y adaptación constantes”, señala el documento.
En Uruguay las acciones que se desarrollan en el marco de este plan mundial incluyen “la descentralización y empoderamiento social” a través de las organizaciones de la sociedad civil, ejecutado a través de la gestión de las Unidades Locales de Seguridad Vial (Ulosev); las capacitaciones que se vienen llevando a cabo y las que están en proceso de ejecutarse en las áreas de la Salud y la Academia; el desarrollo de estrategias de atención y contención a las víctimas de siniestros de tránsito.

Asimismo, se han estrechado vínculos con el sistema educativo para transversalizar el tema de la seguridad vial en todos los niveles de enseñanza. También se está avanzando en investigación con aportes desde la academia y los estudios realizados por la propia Unasev, como es el caso de el Estudio de carga global de siniestros de tránsito en Uruguay que concluye que los años de vida saludable perdidos por siniestros de tránsito por la sociedad uruguaya en el período 2015-2019 en Uruguay, promedian más de 32.000 años. En términos monetarios, esto representa un promedio de más de 525 millones de dólares de impacto económico, lo que se traduce en un 0,92 % del PBI anual.

En este orden de cosas, se destaca una reciente contribución local, a través del un estudio descriptivo acerca del estado de salud – enfermedad de los conductores profesionales de las rutas nacionales y departamentales, tratándose de una investigación realizada por el Departamento de Medicina Familiar y Comunitaria la Facultad de Medicina de la Universidad de la República y la sede Paysandú del Cenur Litoral Norte.
La necesaria contribución ciudadana a los objetivos de decenio no es menos importante. Avanzar en la solución de este problema demanda que además de estudios y de las políticas nacionales de prevención y seguridad vial que se puedan instrumentar a partir de ellos, es necesaria una mayor conciencia en la toma de decisiones personales en el día a día.
Cuidar de nuestra vida y la de amigos, familia o compañeros de trabajo que viajan con nosotros es algo en lo que seguramente estamos todos de acuerdo. Sin embargo, las decisiones prácticas a la hora de circular en calles o rutas nacionales es lo que hace prácticamente el cien por ciento de la diferencia. Ahora que se aproximan las fiestas tradicionales, vale desear también algo para los 365 días del año: cuidémonos entre todos. Decisiones básicas y conocidas hacen toda la diferencia.