Encuentro en el liceo Los Candiles

Fue un encuentro muy interesante, con Guillermo Bertullo Santillán, un escritor e investigador del tema indios, administrador del Grupo cultural Charrúa.
Escribe novelas, cuentos y poesías, y da talleres, como el que realizó en el Liceo Los Candiles. Realmente muy fructífera su actuación. A pesar de no ser un maestro, logra la atenta e interesada participación de los adolescentes.
Se asesora continuamente con arqueólogos y antropólogos.
Nos habla de las teorías sobre la llegada del hombre a América. Según una teoría, los primeros habitantes de América entraron por el estrecho de Behring, en la época en que el paso estaba congelado, hace unos 30.000 años. Nos recomienda ver la película La Era del hielo. Los pueblos originarios fueron “bajando”, hasta llegar a Tierra de Fuego, y así llegaron a poblar lo que hoy es tierra uruguaya. Poblaron estos territorios desde hace miles de años, usaban lanzas, arcos y flechas, tenían perros, transportaban el fuego.
La segunda teoría nos dice que los hombres llegaron por el Pacífico, desde la Polinesia, en balsas, unos 5000 años atrás. La travesía de la Kon Tiki demostró que semejante aventura fue posible.
Surge el tema de Solís, lo mataron los guaraníes, quienes creían que había que comer al enemigo, con el fin de tener energía para llegar a la Tierra sin mal. Nos recuerda que alguien que fue prisionero de los charrúas, expresó que “Cuando el charrúa prende, no mata”. Y nos dice su pensar al respecto, que Artigas aprendió de los indios a respetar al prisionero.
La tercera teoría dice que los hombres llegaron a Tierra de Fuego, viniendo desde Australia. Existe concordancia entre algunas voces usadas en Australia y en América del Sur.
Nos cuenta luego unos datos muy interesantes. Los perros que trajeron eran mudos, porque en la naturaleza salvaje, ¡no ladran! Era la edad de la piedra y el cuero. Ahora vivimos en la edad del plástico.
Usaban los tendones de las patas de los ñandúes para hacer los arcos. Adoraban al ñandú, que era muy importante para ellos, porque les daba carne, huevos, plumas, huesos, tendones. Lo llamaban “Berá”. En la Cruz del Sur, ellos veían la pata del ñandú.
Construyeron embarcaciones con cueros, de las cuales se ha encontrado sólo una.
Las viviendas eran unos toldos, hechas con cueros y ramas.
Aclara que cuando habla de “charrúas”, se refiere a las distintas tribus de indios: más de 100 colectividades que existían en el Uruguay.
Cuando Hernandarias introdujo la ganadería, la situación de los indios mejoró. Aprendieron a usar el caballo, mucho mejor que los españoles. Peleaban con las manos libres y sujetaban el caballo con las rodillas.
Usaron el barro para construir ollas, y vasijas, con distintos usos. En algunas vasijas quemaban hierbas para ahuyentar los malos espíritus, se han encontrado en Entre Ríos, Argentina. En la boca del Arroyo Negro se encontraron ollas y urnas funerarias. Para hacer las ollas usaban la técnica del rodete (En la tarde dio una clase práctica, usando arcilla y tierra que trajo del arroyo). Se inspiraban en las escamas de los peces, para decorarlas. Tenían creencias animistas, creían en la naturaleza, Luna, rayo, Sol, creían en todo lo que les beneficiaba.
Fabricaban cuchillos, puntas de lanza y de flecha, de piedra. Las hachas eran para quebrar los huesos, no eran para cortar. Comían el tuétano de los huesos, por eso necesitaban quebrarlos. Un dato interesante: se inspiraron en la cola del pescado para fabricar las puntas de flechas.
Para hacer fuego, usaban piedras con un hueco; al centro, donde hacían girar un trozo de rama, y producían el fuego por fricción, lo mismo con dos piedras.
Nos muestra algunas piedras encontradas, son alisadas y redondeadas, con un hueco, eran multiuso, para romper cocos de palmera, para hacer fuego, para moler semillas.
Existe un camino de palmeras, que atraviesa el país desde Guichón y llega hasta Rocha. Se dice que los indios tiraban los coquitos y así se fue formando el camino.
Nos recuerda Guillermo, que Guyunusa y Tacuabé, dos de los charrúas que fueron llevados a París, nacieron en Paysandú, según consta en los documentos. Y nos habla del proyecto que presentarán, de decretar el día 28 de setiembre, día del nacimiento de Guyunusa, como el Día de la Mujer Indígena.
Fue Tacuabé quien inventó un juego de cartas, y quien producía un sonido musical con un arco monocorde.Tacuabé practicaba la doma racional, basándose en que el caballo no sabe naturalmente, recular.
Y fue él quien ayudó a Guyunusa para hacer el parto vertical, aprovechando la fuerza de gravedad, cuando nació su hija, en el cautiverio de Francia. Barbaridad, los exhibían como si no fueran humanos, y querían ver cómo reaccionaban con la música, en un circo.
Existe un cuadro de los cuatro charrúas: Tacuabé, el cacique Vaimaca Perú, quien había peleado con Artigas, y Senaqué, el doctor de la tribu.
Se habla del genocidio de los charrúas, pero no los mataron a todos, porque algunos se habían ido para Brasil o para Entre Ríos, y porque las mujeres y los niños fueron llevados a Montevideo, donde se mezclaron con la población. Ahora se dice que perdieron su identidad, que están tratando de recuperar los descendientes. En Tacuarembó viven muchos descendientes de charrúas. Hace poco tiempo falleció un descendiente del cacique Sepé.
Los charrúas tenían su propia cultura, que entró en colisión con la cultura de los españoles. Dijo un historiador: ni cuatro virreyes pudieron contra los charrúas.
Otros datos interesantes que nos proporcionó Bertullo: masticaban los cogollos de ceibo para calmar la sed y para recuperar energías cuando eran perseguidos. Contaban en base cuatro, algo difícil de entender. Para explicarlo, Guillermo usa un instrumento llamado tarja, que aún usan en el campo para contar los animales. Una “piola” de cuero, con nudos corredizos.
No sabían escribir, pero sí pintaban en las piedras, para “marcar el territorio”, se supone. Pintaban con sangre, grasa, savia y corteza de algunos árboles. En Chamangá, departamento de Flores, se encuentran pictografías y piedras labradas, creo que también en Tacuarembó.
Construyeron antropolitos y modelaron piedras con forma de murciélago, loro y otros animales.
También túmulos que existen en distintos lugares, como el Valle del Hilo de la Vida, en Lavalleja, un lugar donde hay mucha energía.
Tanto en Paysandú como en otros departamentos se encuentran cercos y mangas de piedras, que fueron construidos por esclavos negros y por indios, usando la técnica de la piedra seca.
Presentaban sus hijos recién nacidos a la Luna, práctica que aún hoy la siguen algunos descendientes de indios.
¿Qué nos puede haber quedado de ellos?, pregunta Guillermo. La mancha mongólica, los dientes en paleta, las huellas digitales características, todos elementos que se encuentran en muchos que se dicen descendientes. Actualmente se están haciendo estudios del ADN mitocondrial, que viene de la madre.
Según el último censo, más de 150 mil personas declararon sentirse descendientes de charrúas.
Hay que seguir investigando y hay que educar a las nuevas generaciones para que conozcan y respeten la identidad charrúa.

La tía Nilda