Fancap rechaza “desconfianza” por inseguridad; directorio denuncia “sabotaje” en plantas

Según el directorio, la investigación técnica concluye que sólo es posible considerar la acción deliberada como origen del material encontrado.

Federación Ancap manifestó su preocupación por el aumento de la inseguridad en las plantas de portland de Paysandú y Minas, con hurtos e ingreso de personas extrañas. El directorio del organismo denunció ante Fiscalía, un episodio de “sabotaje” en la planta de portland ubicada en Lavalleja, donde encontraron piedras, zunchos y un aceite en un molino de pasta.
El director Richard Charamelo publicó el hallazgo en su cuenta de Twitter y aseguró que “hubiera tenido consecuencias importantes de rotura” si la maquinaria “se hubiera puesto en marcha”. El directorio vincula este hecho a otro de similares características, ocurrido en noviembre pasado.

El sindicato expresó en un comunicado, “su enorme preocupación” ante estas situaciones reiteradas y ya denunciadas ante la Fiscalía por el directorio del ente. “Repudiamos totalmente cualquier hecho que atente contra la integridad física de las personas” e “instalaciones y la operativa de nuestras plantas”. El sindicato agregó que “luchamos históricamente y lo seguiremos haciendo con todas nuestras fuerzas por la continuidad productiva de la industria cementera, tanto es así, que dejamos ‘alma y vida’ dentro de las plantas trabajando meses sin descanso, con jornadas que normalmente superan largamente las 8 horas llegando a 12 o 14 horas diarias”. Fancap agregó que han “denunciado muchas veces la falta de personal, presupuesto y malas gestiones que atentan contra la continuidad productiva, si hoy las plantas siguen produciendo es por nuestro compromiso de que al Portland lo defendemos trabajando. Por eso reiteramos nuestra profunda preocupación y repudiamos los hechos como los recientemente denunciados, esperando que cuanto antes sean esclarecidos”.

Concluyen el comunicado con un mensaje al directorio del ente: “A las autoridades les exigimos que dejen de sembrar desconfianza sobre los y las trabajadoras y se hagan cargo de las decisiones que toman recortando presupuesto hasta el límite de la asfixia, con consecuencias operativas y de seguridad, que repercuten negativamente en los y las trabajadoras y la sociedad en su conjunto”.

Sabotaje en Portland

Así tituló Charamelo en la red social lo ocurrido en Minas, donde “restos extraños en el molino de Pasta causaron perjuicios a la empresa”. Posteriormente, aseguró que “la mano del hombre” quiso “sabotear o romper la maquinaria”, al tiempo que las autoridades iniciaron una investigación interna para establecer responsabilidades. “No terminó en algo importante”, dijo el jerarca, pero manifestó la necesidad de “saber quién o quiénes pudieron hacer algo en contra de la fuente de trabajo porque el informe es concluyente y hubo una mano que quiso conspirar”.

Charamelo agregó que “hay un sumario abierto” y esperan que arroje resultados. Anunció la continuación de la investigación judicial, en tanto “pueden ocurrir cosas mayores por la inestabilidad de una o alguna persona que comparte trabajo, con la mayoría de los buenos trabajadores que tiene Ancap”.
En Minas, según el director, no hay zonas de acceso tal como ocurre en la refinería. “Hay operarios de planta y cada uno tiene que estar en su lugar. Cada uno tiene una responsabilidad, por lo tanto no deben ir a lugares donde no le corresponden. Lo que está claro es que hay alguien que no quiere trabajar o hay alguien que quiere sabotear la planta”.
Estas denuncias que estaban en la órbita de la gerencia del ente, pasó al directorio y Charamelo reconoció que no tomaron contacto con Federación Ancap.

Hace 8 meses

Una fuente consultada por EL TELEGRAFO señaló que “con cada ingreso a los turnos se detectan faltantes por robos y cuando eso ocurre, se hace la denuncia. Lo que más faltan son baterías y cables. En Minas, por ejemplo, ocurrieron los robos más groseros que costaron bastante dinero su reposición y ya fue denunciado en Fiscalía. El daño denunciado por Charamelo ocurrió hace ocho meses y no se dio a conocer hasta ahora porque había una investigación interna”.

Consultada sobre la frecuencia de estos robos en comparación a la gestión anterior, reconoció que “antes pasaba pero últimamente son más comunes. Cuando la planta se detiene por mantenimiento, hay veces que no hay funcionarios, pero en cuestión de un mes han entrado tres veces”.

Explicó que las autoridades del organismo “resolvieron poner cámaras, pero llegaron a ingresar de manera tan alevosa que una vez llegaron a una cabina donde había personal trabajando”.
Reconoció que “en el caso de Minas se pudo poner en peligro la integridad de los funcionarios porque hace unos dos meses robaron una línea completa de equipos a tierra y eso pudo traer graves consecuencias por electrocución. Y en cuanto a la protección exterior, existe un tejido perimetral pero se han encontrado boquetes”.