Ejercicio físico y salud; prolongar y mejorar la calidad de vida

El ejercicio físico, la actividad física y el deporte han demostrado ser beneficiosos para la salud de la población, prolongan la vida y mejoran su calidad.
Pocas decisiones sobre nuestro estilo de vida tienen tanto impacto sobre nuestra salud como el desarrollo de la actividad física.
Si bien tiene beneficios reconocidos, también tiene riesgos vinculados al estado de salud del individuo y al tipo e intensidad del ejercicio que se desarrolle, por esto es que en parte de la población es conveniente realizar una evaluación de su salud previo al inicio de esas actividades.
Los efectos beneficiosos se perciben en todos los aspectos, como ser la salud cerebral, mantener el peso adecuado, reducir enfermedades, fortalecer huesos y músculos y mejorar las habilidades para el diario vivir.
Hay efectos que son inmediatos como la mejoría en la habilidad para pensar o habilidad cognitiva sobre todo en niños, y menos sentimientos de ansiedad en adultos. Ayuda a mantener fuertes tus habilidades para pensar, aprender y tener buen juicio con el pasar de los años. También reduce el riesgo de depresión y ansiedad, como ayuda a dormir mejor, mejora tu confianza y autoestima, estimula tu vida sexual.
Ayuda a evitar un aumento de peso excesivo y mantener un peso saludable cuando se realiza una actividad física regular acompañado de un plan de alimentación saludable.
Reduce la prevalencia y el riesgo de las enfermedades cardiovasculares, los ataques cerebrales, ayuda a controlar mejor los factores de riesgo cardiovascular tales como la diabetes, hipertensión arterial, y el colesterol.
Reduce el riesgo de desarrollar varios de los cánceres más comunes tales como: vejiga, mama, colon, endometrio, esófago, pulmón y estómago.
Fortalece el sistema musculoesquelético que a medida que pasan los años tienden a debilitarse, evitando fracturas, reduciendo el número de caídas y lesiones, menor riesgo de limitaciones funcionales.
Las pautas de recomendación de ejercicio físico incluye actividad aeróbica (al menos 150 minutos a la semana, de intensidad moderada) y fortalecimiento muscular (para grupos de músculos principales, al menos 2 veces a la semana).
Es una recomendación que debe aplicarse a cada caso individual teniendo en cuenta aspectos como la edad, situación física, psíquica y grado de entrenamiento previo.
Dentro de la evaluación del estado de salud previo a la realización de ejercicio o deporte recreativo y/o competitivo, se deben contemplar múltiples aspectos de su situación biológica, psicológica y social.
La salud cardiovascular y fundamentalmente la identificación de condiciones predisponentes a la ocurrencia de muerte súbita son una parte fundamental en estas recomendaciones.
La prevención de la muerte súbita relacionada al deporte involucra la valoración de la salud integral y en especial la cardiovascular, la seguridad en el ámbito deportivo, la disponibilidad de personal entrenado en resucitación cardiopulmonar básica y el acceso a un desfibrilador externo automático.
Para la valoración de la salud y especialmente la cardiovascular se consideran diferentes categorías según la edad del individuo: entre 6 y 12 años, menores de 35 años, mayores de 35 años con o sin enfermedad previa.
La valoración y la habilitación para hacer ejercicio o deporte se debe realizar cada un período máximo de 2 años dado el carácter evolutivo que tienen algunas condiciones patológicas y predisponentes.
Deben ser realizadas por el pediatra, el médico de familia o el médico generalista (lo que corresponda en cada caso y ámbito institucional en que tenga lugar).
Debe llevarse a cabo en el marco de los controles periódicos integrales de salud que se realizan a toda la población.
También podrá ser realizada por un médico deportólogo.
Dado el alto número de personas a evaluar y la necesidad de facilitar el acceso a la actividad física, no es deseable instrumentar programas que supongan la consulta obligada con otros especialistas, salvo que el médico de referencia lo considere justificado.
La valoración previa a la participación deportiva debe incluir la salud cardiovascular y la detección temprana de patologías y de factores predisponentes de muerte súbita.
Para esto se debe incluir el electrocardiograma de 12 derivaciones en mayores de 12 años además de un interrogatorio y examen físico completo, lo cual no supone la necesidad de la consulta con un cardiólogo.
La valoración y la habilitación para el ejercicio y el deporte de niños entre 6 y 12 años debe incluir la realización de interrogatorio y exámenes físicos orientados. Aquellos niños que realicen actividad física competitiva federada o que insuma 6 o más horas semanales deberán ser valorados también con electrocardiograma de 12 derivaciones.
En los mayores de 35 años la valoración debe estar centrada en la detección de los factores de riesgo coronario y fundamentalmente la enfermedad coronaria que es la más frecuente. En estos casos se incorpora el electrocardiograma de 12 derivaciones. La prueba de esfuerzo puede tener cierta utilidad en aquellos pacientes que tienen alto riesgo de eventos cardiovasculares.
En los pacientes con cardiopatía establecida, la valoración debe ser más exhaustiva por parte de su cardiólogo, estratificando el riesgo con las pruebas adicionales correspondientes.
“La actividad física es una herramienta de salud ineludible en la prevención, tratamiento y rehabilitación de muchas enfermedades, además de prolongar y mejorar la calidad de vida”.

Dr. José Techera.
Presidente Consejo
Regional Norte – CMU