El Centro Cooperativista Uruguayo se ha adaptado a las nuevas realidades de un sistema plenamente vigente

Desde el Centro Cooperativista Uruguayo (CCU), cuya Regional funciona en nuestra ciudad desde hace más de cinco décadas, se ha incursionado en nuevas alternativas, como la construcción de la cooperativa en lotes dispersos o la construcción en altura, en adaptación a las nuevas realidades o limitaciones impuestas a un sistema que ha demostrado su vigencia.
Así lo pusieron de manifiesto los integrantes del equipo técnico de la Regional CCU, en la entrevista que mantuvieron con EL TELEGRAFO las asistentes sociales Noela Pandulli (encargada) y Agustina Minetti y los arquitectos Marcelo Russi y Gonzalo David De Lima. Actualmente, “en CCU Regional tenemos 5 cooperativas en obra: 4 en la ciudad de Paysandú y una en Fray Bentos y en etapa de trámites 6 cooperativas, en Paysandú ciudad, en Guichón y en Tacuarembó”, detalló Pandulli.

El proyecto de Guichón, “con la particularidad que es diferente a lo que venimos trabajando, porque se va a desarrollar en altura y entendemos que va a ser de gran impacto para la localidad, justamente por la característica de la obra”, sostuvo David De Lima. En su visión “va a dinamizar de cierta forma la mano de obra, y también sigue densificando la parte central de la localidad. Como es sabido, la escasez de tierras con servicios se repite en la localidad de Guichón, una forma de poder construir en un predio con ciertas limitaciones es la construcción en altura para optimizar el uso de la tierra”.

“GENERAR UNA CARTERA DE TIERRAS”

“La escasez de tierras con servicios es una limitante para el sistema cooperativo”, observó el profesional, considerando que para atender esta problemática que se repite a lo largo y ancho del país habría que “generar una cartera de tierras manejada por el Estado, donde justamente se limite el precio”.
“Entendemos que el Estado tiene que incidir y generar su cartera de tierras departamental para justamente regular el precio y también, de cierta forma, controlar el crecimiento de la ciudad y definir hacia dónde la ciudad debe crecer”, argumentó.

En su opinión, “en el sistema cooperativo es vital tener una cartera de tierras que esté regulada por el Estado, para que justamente el sistema pueda seguir prosperando”. Su implementación “es para poder acceder a un precio razonable”, puntualizó, considerando oportuno aclarar que “todas las cooperativas tienen por su asignación presupuestal un monto para pagar el predio”, por lo que no se trata de “una donación”.

Vinculada a esta dificultad en el acceso a los terrenos, Minetti comentó que se genera un problema “para trabajar con los grupos y lograr como una estabilidad en el tiempo”. Cuando los plazos se alargan a raíz de esta limitante en el acceso a la tierra, surgen dificultades en “lograr formar ese grupo, mantenerlo, que la gente se motive, precisamente a raíz del desgaste que esa espera provoca”, indicó.
El Arq. David De Lima también consideró importante para la permanencia del sistema cooperativo “la recuperación del Fondo Nacional de Vivienda, que por diferentes motivos se perdió y el sistema depende de la asignación presupuestal de cada administración nacional”, suscripta a “la voluntad de los gobernantes de turno y la realidad económica del país. A veces esas fluctuaciones desde el punto de vista económico hacen poner en riesgo el sistema y hacen tener cierta incertidumbre de inversión”. Se trata de una reivindicación de larga data de Fucvam, cuya consecución permitiría, más allá de la administración de turno, no afectar “la inversión en el sistema cooperativo, que entendemos ya ha demostrado su versatilidad, su vigencia” y “es la forma de acceder a una vivienda linda, de calidad, para la clase trabajadora”, entendió.

NUEVAS ALTERNATIVAS

Ante esta limitante, desde el CCU se comenzó a trabajar en la alternativa de cooperativa en lotes dispersos, señaló Pandulli. “En Montevideo lo venimos trabajando y en Paysandú tenemos una experiencia y es que un mismo grupo pueda acceder a terrenos en padrones distintos, con cierta cercanía”, explicó. “Es todo un desafío para la construcción y para la grupalidad también, pero son mecanismos y alternativas que hemos estado encontrando y trabajando como para de alguna manera también facilitar y sortear estas dificultades del tema de terreno. En Paysandú, la última cooperativa que se construyó por CCU, Cooperativa Esperanza, está en 3 padrones diferentes, divididos por una calle”, ilustró.

“Ahí vemos la vigencia del sistema”, resaltó Minetti, aludiendo a la adaptación que requiere de “diferentes formas, distintas alternativas –la construcción en lotes dispersos, la construcción en altura–, estamos tratando también de impulsar las cooperativas de ahorro previo, no solo por ayuda mutua, como se viene haciendo hasta ahora, como otra posibilidad”, pero “el sistema del cooperativismo sigue estando vigente y se sigue llevando a cabo, readaptándose, pensándose”.
“Las lógicas se van transformando también, hay otros desafíos, otras dinámicas familiares, pero es esto de ir repensando y poner como una reflexión en cómo se hacen las cosas, y se va adaptando y se va transformando”, analizó. “No es un sistema que a veces sea muy amigable para todo tipo de familia, pero sí la gente está accediendo y la idea es que nadie quede afuera, es ir adaptándose a las nuevas realidades y a las nuevas lógicas”, razonó.
“El ahorro previo también es una adaptación a la realidad de la sociedad”, apuntó De Lima, recordando que la actividad laboral, muchas veces incluso el multiempleo y que también la formación de las familias ha cambiado, donde muchos hogares están a cargo de una jefa de hogar, impiden disponer de tiempo para dedicar al trabajo de la ayuda mutua. “Entonces, está esta posibilidad del ahorro previo, para un posible acceso a la cooperativa. En esa línea estamos trabajando porque es una realidad que ha cambiado”, precisó.

En definitiva se trata de “resolver la situación habitacional”, dijo de su lado Pandulli, y en ese proceso “también la ley se va como adaptando. Desde su creación han habido modificaciones que siempre están dando garantías que el sistema sigue vigente y garantías para que las personas que se suman a una cooperativa tengan una vivienda de calidad”, que les proporcione a esas familias “estabilidad y permanencia en esa vivienda si son buenos socios”, sostuvo.

GENERADOR DE CIUDAD

“Las cooperativas muchas veces son un gran generador de ciudad, muchas veces zurciendo el tejido urbano”, consideró Russi, explicando que “las cooperativas cuando llegan a un lugar tienen que hacerlo con todos los servicios, las redes de abastecimiento, saneamiento, energía eléctrica, y esas instalaciones luego son usufructuadas por todo el barrio”.

“Hemos hecho extensiones de saneamiento de 50-100 metros que obviamente no es un saneamiento que llega solo para la cooperativa y eso está pago por esta y fuera del dinero que viene para la construcción en sí; las redes de abastecimiento, las redes de electricidad, todos esos servicios antes de la escritura tienen que estar ejecutados y aprobados por el organismo”, explicó.

Cuando se instala una cooperativa en un lugar “también irradia para el entorno determinadas sinergias que luego se reproducen en ciertas mejoras físicas dentro del propio barrio y socialmente creo que también es un impacto, un logro, para muchos vecinos”, destacó.
Precisamente sobre el efecto que la aparición de una cooperativa ejerce sobre el entorno del barrio, Minetti aludió a “la experiencia de 2 cooperativas muy grandes juntas”, que con la llegada al barrio de noventa familias motivaron la ampliación de la capacidad de atención en el área educativa. “Ese no es un beneficio sólo para la cooperativa, es acceso a educación y a espacios de cuidado para todo el barrio y genera una mejora en la calidad de vida”, observó, citando que también “líneas de ómnibus se han modificado” para atender a una mayor población que requiere de este servicio.

PROYECTOS ABIERTOS AL BARRIO

“Históricamente ha habido una preocupación para la integración de ese proyecto a lo que es el entorno y es crear ciudad desde ese lugar, desde proyectos que sean abiertos, de alguna manera, o de cara a la ciudad”, indicó Pandulli. En esta línea de una cooperativa “abierta al entorno”, el enfoque arquitectónico acompasa con el diseño, por ejemplo, de “su frente viendo más lo barrial y al vecino. Eso es pare de los cambios que han habido, abrirse a la comunidad”.
Desde esta misma perspectiva, “siempre hemos estado ocupados y atentos” a crear esos espacios verdes “que generan la integración, que generan la socialización dentro del propio grupo y la convivencia de la cooperativa en su barrio”.
A propósito de este tema, el Arq. David De Lima hizo hincapié que, más allá de lo que es el ya reconocido sistema tradicional de construcción, con todas las garantías que ha demostrado tener, desde el CCU se prioriza que “esos complejos tengan cuidado en lo que es el espacio exterior, el espacio de relacionamiento, que estos también tengan un diseño de calidad”. En el diseño del complejo se presta especial atención, precisamente a esos “espacios exteriores de calidad” por ser tan importantes en “la vida social” de quienes vivirán en ese lugar. “En ese sentido, los complejos nuestros si algo tienen es esa calidad espacial”, en sintonía con una buena vinculación con el entorno, destacó.

Paralelamente, desde CCU se ha trabajado integradamente entre las áreas de Abitat y Rural para “empezar a trabajar desde la etapa de obra en los espacios verdes de la cooperativa”, informó Minetti. La experiencia se llevó a cabo en un complejo de Fray Bentos, donde “se trabajó en un proyecto de capacitación a medida para esa cooperativa en relación a huerta y los cuidados de los espacios verdes; también se pudieron gestionar árboles y plantas para que la cooperativa pueda empezar a cuidar eso espacios ya desde la obra, para poder terminar de una mejor forma también”, señaló.

Asimismo, “se hizo acá, con Fucvam, con gente de distintas cooperativas ya habitadas, en una etapa inicial una capacitación en huertas pensando en esos espacios verdes que capaz pueden ser utilizados, darle otros usos en la medida que las cooperativas quieran trabajar en esas líneas”, comentó Pandulli. En este tema, “estamos trabajando a través de los Procoop, que son programas de apoyo de capacitaciones para las cooperativas. Sería el ideal la continuidad de este tipo de programas, que son los que facilitan y promueven la continuidad y el mantenimiento de estos grupos” y que abarcan no solo el tema de los espacios verdes, sino también “capacitación a cooperativas inauguradas hace mucho tiempo que quizás necesitan acompañamiento. En esa línea también venimos trabajando y haciendo capacitaciones con cooperativas ya instaladas”, sostuvo.

UN GRAN HACEDOR

El Arq. David De Lima realizó “una especial mención al Arq. Juan Carlos Siázaro, que hace poco tiempo tuvimos la mala noticia de perderlo, quien fue un gran impulsor del sistema. En el CCU en su momento fue el emisario a quien se le encargó justamente desembarcar por aquí por el litoral y con la ardua tarea de crear todo esto, que nosotros hoy estamos trabajando”, en la Regional de la entidad donde el desaparecido profesional estuvo al frente durante tres décadas, desplegando una reconocida labor.
“Quería hacer especial recuerdo a la figura de Juan Carlos que fue un gran compañero, un gran hacedor para el sistema, para lo que es la Regional de CCU y para lo que ha sido en general en toda la sociedad”, concluyó.