Sesión de la Junta con debate sobre Tino y hasta el tomar mate o no en plenarios

La sesión ordinaria de la Junta Departamental de Paysandú del pasado jueves tuvo pasajes de debates políticos intensos –como suele acontecer por la integración representativa del espectro político partidario del departamento– pero también fue escenario de circunstancias ajenas a este origen, incluyendo el prolongado e insólito debate por la naturaleza del homenaje que debía tributarse a la memoria de Tino, personaje pintoresco de la ciudad del siglo pasado, que era visto sobre todo recorriendo la zona portuaria con sus vacas y numerosos perros.

Ya en instantes previos al inicio de la sesión, irrumpió una persona ajena al cuerpo de ediles que, con cuadros de fotografías en la mano, pretendió que los ediles se ocuparan en el momento de un tema que le inquieta, como vecino, debido a que personas de la zona, según denunció, están sacando madera del esqueleto del viejo roble seco en el barrio del mismo nombre, y considera que además de un robo, se está atentando contra un elemento histórico de Paysandú. Señaló que se debería preservar esta madera para artesanías en reconocimiento adecuado a su naturaleza histórica para los sanduceros.
A esta persona se le indicó que debía canalizar su inquietud por vías apropiadas y no irrumpiendo en la Junta, por lo que se le conminó a retirarse –cosa que hizo no sin antes continuar denunciando a viva voz la situación– pero sin que el incidente pasara a mayores.

A la vez, también antes de comenzar a desarrollarse el plenario el presidente del cuerpo, Dr. Claudio Zanoniani, llamó la atención al edil del Frente Amplio Martín Osores por estar tomando mate en la banca, instancia en la que el curul señaló que él sin embargo había observado como ediles y funcionarios en más de una oportunidad estaban tomando mate en el local de la Junta.

Zanioniani le respondió que no está permitido tomar mate, sobre todo a efectos de preservar el nuevo tapizado y mejoras que se han incorporado en el mobiliario y la sala en general, por lo que le dijo que correspondía que dejara de hacerlo o se retirara de sala.
Generado un dialogado con la intervención de más ediles, desde el Partido Nacional se señaló que lo que el edil frenteamplista manifestaba habría ocurrido durante un curso para los ediles, pero no en el plenario del cuerpo desde hace muchos años, porque no está permitido.
El representante colorado David Helguera sugirió que el tema fuera sometido a votación, lo que efectivamente se hizo. Con solo 13 votos a favor en 31 de este reclamo del edil de la coalición de izquierdas –votado solo por su partido– quedó vigente la norma de que siguiera prohibido tomar marte en la sala durante los plenarios del cuerpo.

Posteriormente, en el desarrollo del orden del día, surgió otro tema que llevó prácticamente una hora de la sesión, y que es el referido al planteo de que una calle llevara el nombre de Tino, recordado personaje del Paysandú de antaño, lo que fuera planteado en su momento por el exedil Angel Sosa. El informe en mayoría precisaba que las nuevas generaciones no tienen conocimiento de este personaje y que se debería hacer otra clase de reconocimiento, donde se explique quién fue y cómo vivió Valentino Anterino “Tino”, sugiriendo al plenario que se archivara el tema.

Sin embargo, a partir del informe en minoría del edil Washington Gallardo, surgió un prolongado debate en el que también hubo “chicanas” políticas, por cuanto se aprovechó la mención por un edil nacionalista del término “indigente” –Tino efectivamente lo era– para hacer hincapié desde el Frente Amplio en que se trataba de connotaciones ideológicas y despectivas fuera de lugar, a la vez que se dijera que “era solo un hombre bueno”.
En tanto, también ediles nacionalistas consideraron que debía buscarse la forma de hacer un reconocimiento al tan indigente como bonachón personaje desde el aspecto cultural y no del nomenclátor, por cuanto ello hace a la memoria del Paysandú de antaño.

Tras exposiciones varias incluso de algunos de quienes lo conocieron –“yo era una niña y me asustaba cuando lo veía por su aspecto”–, recordó una edila nacionalista, el representante colorado David Helguera subrayó que se estaban dedicando minutos y horas de debate en un tema mientras no se ocupaban de solucionar los problemas importantes de los sanduceros, lo que no era de “buen tino”, utilizando un ocurrente juego de palabras, e instó a que se tuviera por fin un pronunciamiento sobre el particular.

Precisamente la salida fue derivar el tema a la consideración de la Comisión de Cultura de la Junta Departamental, la que considerará la forma más apropiada en que se rendirá homenaje al pintoresco personaje del Paysandú de mediados del siglo pasado, tras su fallecimiento en 1968.
Para entonces ya había transcurrido una hora de debate, aportes, anécdotas, alusiones, respuestas de alusiones, retorsivas interpretaciones de las declaraciones de otros ediles para llevar agua al molino propio. En fin, nada que no sea moneda corriente en toda sesión de la Junta Departamental de Paysandú, como ocurre naturalmente en todas las juntas y cámaras legislativas, porque así suele discurrir buena parte del tono de las discusiones políticas, lamentablemente.