Presentaron “Silencio Roto”, investigación sobre los cinco fusilados de Soca en 1974

En el marco de la 7ª Feria del Libro, la Comisión por la Memoria de los Fusilados de Soca presentó en Paysandú la investigación “Silencio Roto”, un libro en el que se hace un recorrido por los hechos acaecidos en diciembre de 1974 en Soca, departamento de Canelones. Allí, al borde de la ruta 70, aparecieron los cuerpos de María de los Ángeles Corbo (quien estaba embarazada), Floreal García, Mirtha Hernández, Héctor Brum y la sanducera Graciela Estefanell. Frente a una nutrida concurrencia en el Club Paysandú, Julio Aquino, Carlos Caillabet y María Topolansky brindaron su testimonio acerca de la investigación que llevó a la mencionada comisión a reconstruir los hechos.

Aquino, quien ocupa una banca en la Junta Departamental de Canelones, destacó que “logramos convertir este testimonio en un proceso de investigación. Hemos tenido en Canelones y particularmente en Soca, la gran ventaja de encontrar en los vecinos un sinnúmero de datos e información que nos facilitó la reconstrucción, de a poco, con mucho dolor y frustración, para que lo intentemos contar hoy con este libro. No está todo escrito, falta mucho. Necesitamos seguir construyendo memoria y verdad. A lo que agregó que “en el libro los lectores encontrarán fotos que nos parece que está bien que se publiquen, son fotos duras, pero que dicen mucho acerca de estos crímenes”.

Además, el edil canario destacó el largo proceso a nivel departamental en lo que respecta al rescate de la memoria sobre los hechos ocurridos en el departamento: “confluyeron elementos que es bueno tener en cuenta. Allá por el 2010 algunos miembros de la Junta Departamental de Canelones empezamos a visualizar la construcción de la memoria canaria, de los sitios de memoria, de reconstruir y poner en la opinión pública del departamento todo este proceso. La intendencia de Canelones ha puesto de manifiesto el interés que tienen los canarios en entender lo que pasó en el departamento. Se han generado sitios de la memoria, la Junta Departamental fue además la primera en el país en tener una comisión específica al respecto. Todo lo que implicó el trabajo en el libro fue una construcción colectiva, que partió de las organizaciones sociales”.

UN MUESTRARIO DEL ACCIONAR DE LA ÉPOCA

En sus intervenciones, Carlos Caillabet y María Topolansky hicieron énfasis en una mirada global sobre el hecho y el contexto de aquel momento. Caillabet sostuvo que “siempre es difícil abordar estos temas porque la subjetividad y el sufrimiento juegan en contra. El libro nos ayuda a constatar algo más de fondo, que es la revelación de la absoluta impunidad con la que se movían en ese momento las fuerzas armadas”. Topolansky por su parte, hizo una interpretación más cercana a la historiografía, al englobar los hechos narrados en el libro en el contexto regional. “Me parece que este caso de los fusilados en Soca es la síntesis de todo el accionar de la dictadura, porque hubo detenciones sin órdenes judiciales, secuestro, tortura, traslado clandestino y ejecución sin juicio. Con estos cinco ciudadanos hicieron todo el muestrario de las cosas que venían haciendo”, subrayó.

Y finalizó su alocución argumentado que “otra cosa importante es que se trata de un crimen contra cinco personas que no eran dirigentes, sino militantes de base, ‘del montón’. Los ejecutados residían en Argentina, por lo que el libro deja evidenciada también la actuación del Plan Cóndor. Para completar el muestrario de atrocidades, también se llevan a Amaral, hijo de Floreal García y Mirtha Hernández y le cambian el nombre, entregándolo a una familia argentina. El título del libro, El Silencio Roto, marca exactamente el camino a recorrer: hay que romper ese silencio para que las futuras generaciones sepan que en Uruguay se pudo hacer eso y no debe volver a repetirse”.