EL TELEGRAFO publicará una serie de crónicas históricas de Daniel Cortazzo

Daniel Cortazzo durante una visita al Castillo Morató junto a autoridades, explicando las características de los cercos de piedra. El investigador afirma poseer documentación que demuestra su origen en la época jesuita.

A partir de este domingo EL TELEGRAFO publicará una serie de artículos históricos acerca de los orígenes y la historia de Paysandú, cuyo autor es el investigador Daniel Cortazzo, que trabajó en el proyecto referido al Castillo Morató en el que se basó su declaración como Monumento Histórico Nacional.
“Yo diría que más que informes son crónicas referentes a a Paysandú y todo lo que engloba la región, porque más allá de las aquellas trabajos de Setembrino Pereda, buscando un Pai para ponerle Sandú, que después se demostró que no tenía nada que ver con eso. Hay muchas cosas que podemos contar de Paysandú desde sus verdaderos orígenes”, adelantó. Refirió que esta tierra “del noroeste del Uruguay, en tiempos históricos, estaba comprendida dentro que fue la esta gran Estancia de Yapeyú. Eso motivó una serie de de eventos que trataremos de ir poniéndolos en negro sobre blanco, como se dice ahora, de manera que nos vamos a enterar de cosas que no son leyendas. Las leyendas son muy lindas, pero son leyendas. Vamos a hablar desde la verdad”, afirmó.

CORTAZZO

Oriundo de Durazno, radicado en Rivera, Daniel Cortazzo pudo ya de grande dedicarse a la que considera su vocación. “Cuando terminé secundaria fui a la Facultad de Humanidades; en aquel momento lo más parecido a esto que había era la Historia Nacional. No existía la Antropología ni nada por el estilo. Estuve tres años ahí porque me acuerdo que algunos decían ‘por qué no vas al IPA’. Pero no, yo no quería ser profesor, yo quería ser investigador”, y le quedó “la pulga en la oreja”.
Después de vivir mucho tiempo en Montevideo por razones laborales se trasladó al norte del país. “Cuando crucé el río Negro me encontré con una realidad que no había visto en ningún libro de historia. Trabajé como docente y trabajé en la Dirección Nacional de Arquitectura como supervisor general y eso me vinculó mucho a cuestiones patrimoniales, y después que me me jubilé me dediqué de lleno a este tema”.

PAYSANDÚ

Su primer vínculo con Paysandú fue, justamente, el trabajo encargado por la familia Morató sobre la Estancia Buen Retiro. “Estoy muy vinculado gracias a Dios con académicos brasileños, argentinos y paraguayos. Después que te zambulles en el tema le encuentras tantas cosas, porque esta cultura guaraní misionera o jesuítica guaraní es algo extraordinario”, aseguró.
Explicó que los jesuitas surgen “como una orden religiosa con el fin de combatir a la reforma, a Lutero, a Calvino y todo eso. Ellos misionaron por todo el mundo, en América del Sur tenemos misiones en Perú, en Colombia, en Venezuela; en América del Norte otro tanto, en Canadá y en México; no en Estados Unidos porque era protestante, evidentemente, porque venía de Inglaterra”. Además desarrollaron misiones en Japón, en China, en la India, agregó. “Pero la trascendencia de lo que se hizo acá es impresionante; cómo hubo esa conjunción entre esos europeos, que venían en tiempos del inicio y desarrollo del barroco, con aquellos pueblos originarios fundamentalmente guaraníes o guaranizados que estaban en un estadio neolítico. La verdad que muchas cosas se conjugaron.

YAPEYÚ

Explica Cortazzo que la gran estancia de Yapeyú “fue una mezcla etnográfica, en el sentido de que fueron guaraníes y guenoas, o minuanes, como le quieran poner, los primeros pobladores; que ya conocían el caballo, a diferencia de los guaraníes del norte” y fueron estos los que, en la Vaquería del Mar, solucionaron un gran problema que tenían los misioneros. “Porque una cosa era una aldea de cincuenta, cien personas, que la proteína animal la consigan en la caza y la pesca, y otra cosa cuando se agruparon en pueblos de seis, siete mil personas, que con la caza y la pesca no tenían proteína animal, y se desarrolló la ganadería”, señaló. Los vestigios de esta actividad “son únicos dentro de toda la macro región misionera. No lo tiene Paraguay, no lo tiene Argentina, no lo tiene Brasil; pero sí lo tenemos en Uruguay”.

ORÍGENES

En su primer artículo, Cortazzo hará referencia a los primeros pobladores de Paysandú. “La primera vez que aparece en un mapa mencionado Paysandú es un mapa del padre Quiroga, de 1749, y en 1750 surge el tratado de permuta, por el cual los reyes de España y Portugal coinciden en entregar, a cambio de Colonia del Sacramento los siete pueblos misioneros –que después recuperó Artigas–. Eso provocó un desbarajuste en toda aquella vida ordenada y reglamentada”. En ese momento una de las opciones que se presentó “porque los indígenas no querían pasar a dominio portugués, fue que se mudaran, y los de San Borja en principio aceptaron la mudanza y llegaron a lo que hoy es Paysandú. No precisamente donde está Paysandú, sino a la costa del arroyo San Francisco, y estuvieron viviendo durante diez meses. Fueron los primeros habitantes de Paysandú”, afirmó. El investigador asegura que hay muchas cosas más para contar “y ahora gracias a la paciencia de Morató llegamos a exhumar documentos de fines del siglo XVIII y principios del XIX, donde ya aparecen los corrales, los cercos y las poblaciones”. Con esto considera que se está rompiendo un mito respecto a los orígenes de los cercos y corrales de piedra que se encuentran, por ejemplo, alrededor del Castillo Morató. “Estamos desmitificando que hayan sido los estancieros brasileros que trajeron esclavos para hacerlos. Más allá de que también los vascos y los italianos, que sí hicieron, pero eso fue cuando apareció la oveja, ya a mediados del siglo XIX”, argumentó.