Junta Departamental: un llamado a sala con un pasillo que transforma la manera de ver el mundo

Raro. Esa palabra define lo ocurrido anoche en la Junta Departamental durante el llamado a sala del intendente Nicolás Olivera, que estuvo presente junto al secretario general, Fermín Farinha, los directores generales de Obras, Horacio Mársico, Administración, Martín Thomasset, Promoción y Desarrollo, Eduardo Van Hoff; el subdirector de Servicios y coordinador del Cecoed, Fernando González, la directora de Promoción Social Guadalupe Caballero, la coordinadora del Departamento de Descentralización, Gabriela Gómez, y la asistente social Vanessa Rey.

Rarísimo. Quien convocó a sala fue el edil del partido Colorado David Helguera, quien no hizo preguntas porque dijo que “son temas muy extensos” y dividió su tiempo entre elogios y consultas generales. Quien aprovechó para tomar como blanco directo al intendente Nicolás Olivera y cuando este se retiró casi tres horas después de comenzado el llamado a sala, contra Fermín Farinha, los demás representantes de la Intendencia y de paso al “eterno aspirante a diputado”, aludiendo al edil Marcelo Tortorella.

Raro y poco comprensible. Porque los dos temas planteados se centraron en la acción del Cecoed (en realidad se referían al Comité Departamental de Emergencias, que es quien por ley toma las decisiones en situaciones de emergencia, que son llevadas a cabo por el órgano ejecutor, el Cecoed) antes, durante y después del pavoroso incendio forestal de fines de diciembre y comienzo de enero pasados, y la turbonada del 11 de julio. No se convocó a los integrantes de ese comité, solo a la Intendencia.

Y rarísimo porque el interpelante llevó adelante un llamado a sala “rebajado con soda”, por expresarlo de alguna manera. La oposición mayor sí, armada hasta los dientes, lanzó toda su artillería, hizo preguntas quirúrgicas (“¿a qué hora se reunió el Cecoed el 11 de julio?”) y también reiteró cuestionamientos en varias ocasiones.

Helguera, tras relatar lo acontecido en la zona de Piedras Coloradas, preguntó “cómo se prepara el departamento de Paysandú para el próximo verano que está anunciado como caluroso y seco” para luego consultar sobre las acciones de otros organismos como el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, el BROU, el Banco de Seguros del Estado y la Dirección Nacional de Bomberos.

Obviamente, el intendente subrayó que no podía dar algunas respuestas pues corresponden a otros organismos. Defendió la tarea desarrollada por el Comité Departamental de Emergencias y subrayó que en un operativo como el mayor incendio que se tenga noticia a nivel nacional, “siempre hay un jefe que en este caso fue ni más ni menos que el director nacional de Bomberos, Ricardo Riaño”.

SURGEN LAS PRIMERAS LLAMAS

Hasta ahí, la noche venía aburrida. Pero las primeras llamas ardieron cuando la bancada del Frente Amplio comenzó a hacer preguntas, comenzando por Natalia Martínez. “Asistimos a eventos totalmente diferentes. La noche del 30 (de diciembre) no había una sola autoridad local o departamental, salvo el alcalde Johnn Cáceres. Cuando comenzó la logística hacía dos días que el pueblo estaba apagándolo con lo que podían y como podían. Había además una sola ambulancia pero no había médico”.

Olivera salió al cruce indicando que “la edil tiene una seria confusión. Tengo fotos sacadas con el celular que prueban que en la noche del 30 de diciembre estábamos ahí; apenas nos enteramos, salimos. Se articuló con la policía el cruce de ruta, se interrumpió el tránsito, convocamos al director nacional de Bomberos, al Comité de Emergencias, con quien nos reunimos el 31 de mañana en la comisaría de Piedras Coloradas. Es distinto lo que sucedió y tengo pruebas de lo que digo”.

El edil del Frente Amplio Andrés Imperial fue el siguiente, repitiendo preguntas que ya habían sido respondidas.
Lo que siguió fue un paso de comedia del intendente departamental que irritó a la bancada del Frente Amplio y provocó risas en la oficialista. “¿Se escucha? ¿Me escuchan? ¿Se escucha?”, dijo aludiendo a que probablemente sus palabras no habían sido escuchadas previamente. Y como en una letanía repitió los datos que previamente había expresado.

Alejandro Leites, coordinador de la bancada del Frente Amplio, aseguró que “hacía un mes que se estaba pidiendo declarar emergencia hídrica por la seguía en los campos de Paysandú, que soportaban más de 30 días sin lluvia. Todo estaba dado para el desastre perfecto. ¿Por qué no declaró la alerta?”.

Nicolás Olivera vio de nuevo la pelota en el área chica y no perdonó. “Pensar que era previsible el incendio más grande en la historia del país es bastante rebuscado. Acá pasan cosas extrañas. Es como si de este pasillo para allá (el ala izquierda donde se ubica el Frente Amplio) se ve el mundo de una forma y de este otro lado (el ala derecha, donde se ubica el Partido Nacional) de otra. Todos sabían lo que iba a pasar, menos el intendente. Me parece rebuscado”, dijo antes de disparar a quemarropa: “era un bollo tirar una lancha al agua, era fácil pero para otros no lo fue, ¿ve cómo este pasillo divide la forma de ver el mundo?”, aludiendo a Leites quien fue director de Turismo en la Administración Caraballo y a la lancha donada por el Ministerio de Turismo que nunca pudo utilizarse.

LO QUE EL VIENTO NO SE LLEVÓ

Y así el resto de las cuatro horas que duró el llamado a sala, hasta que –otra rareza– David Helguera lo detuvo pidiendo el artículo 63, que da por suficientemente debatido un tema y lo cierra a la discusión.

Pero antes, en lo que refiere a la segunda parte del llamado, referida a la turbonada del 11 de julio, Helguera preguntó por los trabajos y aportes de la Intendencia. Nicolás Olivera, para evitar discusiones, gritos y acusaciones del segmento anterior, se despachó con 50 minutos de exposición explicando paso a paso, detalle a detalle todo lo realizado, el dinero invertido (más de 25 millones de pesos solo en materiales), el trabajo de 20 cuadrillas, de la brigada Agustín Pedroza del Sunca y un sin fin de datos que, por otra parte, ya había dado a conocer en dos conferencias de prensa.

Al final, antes de retirarse de sala para iniciar un viaje a Montevideo, expresó que “a veces la vehemencia me toma por asalto. Por estas venas corre sangre también. Habla de cuán consustanciados estamos con lo que hacemos. Podemos cometer errores, pero cuando fruto de la virtud del equipo las cosas se hacen bien, tengo que defenderlas. La vehemencia es directamente proporcional a la verdad, que es tozuda, que no puede modificarse”.
Fermín Farinha tomó su lugar como secretario general y respondió más cuestionamientos de los ediles frenteamplistas, en parte apoyado por el director general de Obras, Horacio Mársico.

Hasta que al final, como se dijo, Helguera tuvo piedad, o reconoció su propio cansancio y reparó en el hecho que debía volver a Guichón. Se dio por satisfecho y pidió el artículo 63. Así se despidió a la delegación de la Intendencia, Finalmente la bancada oficialista y la del Frente Amplio presentaron declaraciones, obviamente, totalmente opuestos. Para los unos las explicaciones fueron muy satisfactorias, para los otros no se explicó nada. En fin, otra jornada habitual en la Junta Departamental, donde lo importante es la lucha.