Suicidio: una problemática que involucra a toda la comunidad

Por: Laura Ayoroa

Además del 10 de setiembre –día internacional– como el 17 de julio –día nacional– es necesario hablar a diario de la prevención de este flagelo. Y el eslogan para este año lo resume claramente: “Crear esperanza a través de la acción”.
La comisión departamental de prevención del suicidio reúne a los prestadores público y privado, además de instituciones que trabajan con referentes comunitarios y educadores en el aporte de estrategias a través de talleres. El disparador es la necesidad de llegar con la ayuda en el momento preciso, sin perder detalles ante una situación que puede configurar un intento de suicidio.
En este sentido, el Ministerio de Salud Pública (MSP) instalará aplicaciones en las puertas de las emergencias de todo el país, para registrar –en forma obligatoria– los datos de quienes intentaron autoeliminarse. Este nuevo sistema fue presentado por el subsecretario del MSP, José Luis Satdjián ante la comisión de Presupuesto integrada con Hacienda, que discute la Rendición de Cuentas en la Cámara de Senadores.
Actualmente hay subregistro de los casos de intento. Incluso, hay centros de salud que manejan la información en el papel. Y el intento, en sí mismo, configura un aviso que debe atenderse.

Para atender a las personas en situación límite está la Línea Vida, al número 0800-0767 y ASSE prevé que la información brindada por un usuario que solicita ayuda, sea derivada a su prestador. De hecho, el 52 por ciento de las personas que se quitaron la vida el año pasado eran usuarios de ASSE.
En forma paralela, el ministerio presentó la “Guía de posvención del suicidio con adolescentes”. La posvención es un cúmulo de acciones detalladas en la guía, dirigidas al duelo de los afectados con posterioridad a un suicidio, con el fin de mitigar los impactos en los supervivientes.
Esta guía capacita al personal de la salud para la prevención del suicidio en adolescentes y el seguimiento de sus entornos cercanos. Ante una situación definida como “alarmante”, el ministerio desplegará acciones en todo el territorio, con la instrumentación de una ficha obligatoria, de similares características a lo que ha sido el testeo de la COVID-19.

Lo mental

El médico de Familia y Psiquiatra de niños y adolescentes, Ricardo Fleitas, integra la comisión en representación de Comepa. En junio pasado, a través de una ordenanza del MSP, se re-convocó a esta comisión, con la tarea de promover la participación interinstitucional. Fleitas asumió en agosto pasado la coordinación del área “Lo mental de la salud”. “Hablamos de esta forma porque es un término del doctor en Psicología, Enrique Saforcada, quien en 1992 definió el concepto que busca integrar lo relacionado a los aspectos mentales de los biológicos. Porque habitualmente se refiere a lo biológico y se opone a la salud mental. Al hablar de ‘lo mental de la salud’ es forzar a la integralidad, porque debemos agregar factores sociales y ambientales”.
Explicó que “somos seres biológicos, pero las relaciones laborales y familiares afectan nuestras conductas. Es así como hay que integrar a la salud a otras especialidades médicas como pediatras o médicos de familia y no necesariamente siquiatras ni sicólogos”.

La mayor parte de las alteraciones se producen en los estilos de vida, las condiciones ambientales y laborales. “A partir de estos elementos, definimos en setiembre del año pasado que, con el retorno a la presencialidad, había una importante demanda en los centros educativos”.
Después de dos años, “muchos niños y jóvenes volvieron a la rutina y manifestaron malestares sicológicos. Aparecieron las crisis de pánico y los problemas físicos a causa de lo emocional. Así, saturaban las consultas que no daban abasto”.
Fleitas señaló que “optamos por salir a los centros educativos y hablar con educadores y entrenadores. Empezamos en setiembre con una forma definida de trabajo en prevención”.

Ciclos de actividades

En diciembre pasado, “ocurrió la muerte de dos adolescentes que concurrían a un centro educativo y un club de fútbol. Desde esos lugares pidieron ayuda para tratar de comprender lo ocurrido. Vimos que no alcanzaba para trabajar en una vez y nos llevó a planificar desde abril hasta noviembre, ciclos de actividades de prevención de suicidios”.
En abril empezaron con tres actividades de dos horas, con una frecuencia semanal. “Trabajamos con educadores, adscripción, dirección y técnicos de los liceos. Cada lugar se encarga de participar a otros docentes e instituciones cercanas. El Liceo 1 convocó a centros educativos de la zona oeste, escuelas, IFD e Inspección de Primaria. Los liceos 7 y 8, a los centros educativos de las zonas Norte y Este. Después, en Quebracho, convocamos al equipo de salud con todos los agentes de la comunidad. Al igual que en Guichón”.

Hasta ahora, se han efectuado siete de los nueve ciclos programados para este año, con la participación de unas 170 personas. “Seguiremos con Chapicuy, que es una de las tres localidades que elegimos, y finalizaremos con la Liga de Básquetbol”.
Al comienzo y al final de cada encuentro, presentan un formulario para conocer las expectativas. “Es un intercambio de información y formación para las personas que quieren saber cómo pararse frente al tema, cuando conocen a alguien con el deseo expreso del suicidio”.
El objetivo es “dotar de herramientas a los educadores y que sean asertivos porque es la mejor manera de brindar ayuda”.

Distintas conductas

El factor multidimensional del problema, cuenta con “factores de riesgo y factores protectores”. “De ese resultado, surge la conducta suicida con intentos de autoeliminación y conductas que no están bien tipificadas. Estas son denominadas ‘parasuicidas’, por ejemplo, cuando alguien maneja una moto a alta velocidad bajo los efectos del alcohol. Es probable que no tenga ni idea, pero su conducta es ‘parasuicida’”.
Por último, “hablamos de la crisis emocional y cómo enfrentarla. Son elementos formativos e informativos con buena recepción en los participantes, con mucho agradecimiento por la información recibida”.

Al finalizar el ciclo, harán una convocatoria amplia y “de esa forma veremos cómo continuamos. La propuesta el año que viene es la de trabajar directamente con los jóvenes y coordinar las consultas con un médico de familia o más especializada”.
Fleitas reflexionó que “a veces cuesta que la gente se anime a participar. Son temas vistos como lejanos, hasta que les toque. Lo cierto es que entre el 40 y el 50 por ciento de los participantes han tenido una experiencia cercana de un caso de suicidio. En cualquier caso, están presentes los mitos y los miedos vinculados a este tema, al hablar de la muerte. Es parte de la forma en que fuimos educados y hace que, a veces, no se logre hablar de la muerte ni de las ideas suicidas”.
En ocasiones, “se abre una puerta ante la pregunta ‘¿te sentís mal?’ para poder expresar lo que siente y que no compartía con nadie”.

Ni silencio, ni tabú

El subdirector del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), Alejandro Colacce, señaló que la campaña en dicha cartera se realiza a través del Instituto Nacional de la Juventud (INJU). “Ni silencio ni tabú, es una campaña nacional con la sensibilización sobre la salud mental y el bienestar sicosocial, dirigida a adolescentes y jóvenes. Se trata de buscar las alertas, dialogar, ayudar, derivar y tener una contención”. Explicó que “los padres pueden ingresar a la página y consultar las guías para adolescentes que señalan las alarmas que se pueden disparar. Porque es un tema muy sensible y no sabemos distinguir los focos”.
Actualmente, “se hacen más de 170 talleres a nivel nacional, con la participación de más de 5.400 adolescentes, en acuerdo con otras instituciones, en articulación con la Red de Atención Primaria (RAP), el MSP y Comepa. Es un tema que nos preocupa y nos ocupa, sobre todo por la alta tasa a nivel departamental. Por eso, pedimos la colaboración de la población. Se necesita la concientización y no hay que mantenerlo en silencio, sino comprender la situación”.

En Paysandú, los referentes territoriales del INU –Gilenna de los Santos y Mario Laguarda– explicaron que “Ni silencio ni tabú”, se lleva adelante en los centros educativos formales y no formales. “Hay una demanda abismal. Muchas instituciones se han acercado y se han comunicado para hacer los talleres. Se hacen dos por semana y hasta el momento vamos 8, con viajes incluidos al Interior departamental”, dijo de los Santos.
Este taller “cuenta con un kit de herramientas más visuales, desde la parte lúdica y con llegada a los jóvenes de otra manera”. Estimó que, hasta el momento, han participado unos 300 jóvenes.

Finalizará en octubre, “con un sondeo de todos los talleres que se hacen en el país. Será una devolución de la campaña con los técnicos territoriales del INJU, que seguiremos repicando los talleres”.
En noviembre organizarán una maratón 5K que cerrará la campaña por este año, integran la comisión departamental al tiempo que trabajan con Enlace Educativo del Mides.

Laguarda recordó que “el INJU es impulsor de esta campaña multisectorial. A todo esto se sumará la gira por las alcaldías Joven, con el INJU móvil que irá al Interior. Ya estuvo en Paysandú pero con el relanzamiento de la tarjeta Joven. Ahora circula por las alcaldías y a mediados de octubre estará en Guichón”.

Pedir ayuda

Giovanna Echamendi es referente en prevención del suicidio de ASSE, en la comisión departamental. Destacó la importancia de “involucrar a la comunidad porque no es un tema de salud, sino de la sociedad. Importa trabajar con todos los actores comunitarios, docentes, no docentes, instituciones educativas y referentes deportivos, donde se convocan los jóvenes. Al igual que los espacios donde asisten los adultos mayores”.
Es importante que “haya una persona a la que puedan aproximarse y pedir ayuda. En el Hospital hay una guardia los 365 días, 24 horas, con médicos siquiatras para los mayores. Si son menores de 14 años, ingresan por un pediatra y si la persona que requiere ayuda tiene más de 15 años, se deriva la consulta con un siquiatra de adultos”. Ese profesional valorará “si ingresa a sala por tratarse de un intento de suicidio grave. Si fuera el caso, ingresa al servicio de clínica y después se aborda la parte siquiátrica”.

Según Echamendi, “Paysandú tiene recursos que en otros lugares no hay. Por ejemplo, están nucleados en la puerta de emergencia si se tratara de casos graves. Además, existen aquellos casos que asisten a la semana de un intento. Y otros, que no lo dicen”.
El equipo comunitario de salud mental, atiende de lunes a viernes de 7 a 18 horas, con ingreso por calle Vizconde de Mauá.

Por encima de todos

La Dirección departamental de Salud lidera la convocatoria de la comisión de prevención del suicidio. El doctor Carlos Leoni ejemplificó que, “cada 40 segundos se suicida una persona en el mundo. Son 800.000 al año y por cada uno que lo hace, hay 20 intentos”. Paysandú tiene una tasa de 24 cada 100.000 habitantes, la tasa nacional es de 21 pero otros departamentos cuentan con cifras mucho más elevadas.

Consultado por las causas que llevan a una mayor cantidad de autoeliminación en varones que en mujeres, señaló que “hay una diferencia en a madurez o en solidez sicológica de la mujer, quien es mucho más estable que el hombre frente a los procesos de angustia. De lo contrario, por qué se matan cuatro veces más que las mujeres”, cuestionó. Comparó que, cuando en un año se eliminaron un total de 758 personas, en ese período “fallecen menos de 700 por cáncer de mama y mucho menos por accidentes de tránsito que fueron 434 el año pasado. Es una incidencia muy alta en la población, donde están todas las edades. Pero hay dos grupos bien diferenciados en el rango de mayores de 70 hasta 90 años. Si en Uruguay es de 24 cada 100.000, en esa franja es de 40 cada 100.000. Y el otro grupo, que es la población entre 25 y 39 años, es de 30 por cada 100.000. Además, se vio un aumento en la población adolescente”.

Consignó que la comisión se conforma por distintos actores, en tanto, es un fenómeno “multicausal. Y, además, no son las mismas razones en una población que en otra. Por ejemplo, las personas se suicidan más en el medio rural que en Montevideo que tiene 18 cada 100.000 y eso es por debajo del promedio nacional. Pero Treinta y Tres tiene 54, mientras Rocha con 52 y Lavalleja junto a Flores con 34 por cada 100.000 habitantes lideran las estadísticas”.

Resumió que “la situación del suicidio es grave porque, generalmente, las personas están sanas, Salvo cuando una de las causas entra dentro de las enfermedades terminales. Pero generalmente no tiene una enfermedad, sino que ha tenido una pérdida del bienestar de su salud mental. Perdió las ganas de vivir por el fracaso de un proyecto de vida o laboral.

Hay una cantidad de personas a nuestro lado que necesitan ayuda y todos podemos colaborar”.
En este sentido, abogó por la formación de los recursos humanos. “Hay que capacitar a las enfermeras, médicos de familia, maestras, profesores y docentes universitarios para que tengan la capacidad de escuchar y detectar a una persona con síntomas.

No es tarea del siquiatra únicamente, por eso el ministerio quiere capacitar en la detección del riesgo de suicidio”.
El jerarca recordó que “en el mundo solo hay 28 países con estrategias para tratar el suicidio. Y en América Latina, Uruguay está a la cabeza junto a Cuba por la altísima tasa de suicidios, al igual que Estados Unidos y Canadá. O sea, no es un tema de país chico o país grande. Ni de economías desarrolladas o países pobres. Tampoco se suicidan más los pobres que los ricos”.

Concluyó que “hay que tener en cuenta, también, que las drogas hacen perder la salud mental. Porque una persona ingresa con un estado de depresión, tanto por las drogas más conocidas como por el alcohol. Por eso, el suicidio tiene múltiples causas y hace falta la presencia y apoyo de todas las instituciones”.

Una app

La operadora sicosocial e ideóloga de la aplicación “Es vida” e integrante de la comisión honoraria de prevención del suicidio de Canelones, Carla Manrique, espera por la puesta en marcha de este dispositivo para celulares. La iniciativa fue aprobada hace más de un año y espera que salga de Presidencia de la República, para comenzar a utilizarse en la población.
“Tenemos el aval técnico de la app que se demoró nueve meses para su aprobación en Salud Mental del Ministerio, además de la aprobación de su contenido. Después, hubo que esperar dos meses más para la parte informativa. Ahora se enlenteció en el directorio de ASSE. Hemos solicitado entrevistas y no tuvimos respuestas y, aunque no tenemos la información oficial, no habría presupuesto para su instrumentación. Pero oficialmente no tenemos nada”.
Manrique definió que “seguimos haciendo lo mismo, lamentablemente”. Explicó que la app Es Vida, “es gratuita a nivel nacional y pensada para todas las personas, con hincapié en la población vulnerable que son los adolescentes y adultos mayores. Hay un público que, particularmente, no llama al 0800 0767 porque es difícil de recordar. Tampoco está en todos lados y la pregunta es por qué no se difunde a través de los medios de comunicación”.
Con la aplicación “es solo apretar un botón de pánico que lleva directamente a la línea. Además, tendrá las funciones de seguimiento y acompañamiento a los familiares para levantar la autoestima, con funciones motivacionales. Eso es para la primera fase y tenemos pensado agregarle más prestaciones en las fases siguientes”.

Manrique señaló que no le sorprende las elevadas cifras presentadas por las autoridades. “Avisamos que había un crecimiento importante. A través de Es Vida, estamos en todas las redes y es impresionante la cantidad de personas que nos escriben por situaciones familiares. Sabemos lo que pasa en todo el país por la cantidad de solicitudes de la app”.

La operadora sicosocial brinda talleres en todo el país desde hace 7 años. “La manera de prevenir es educar para identificar conductas suicidas. No solo puede hacer el personal de la salud, sino su entorno ante los cambios de hábitos y conductas. Nosotros trabajamos con la familia, amigos, compañeros de trabajo y vecinos. Ahora se sumó el Instituto Nacional de la Juventud (INJU), porque cada tres días se suicida un adolescente”.
Según Manrique, “el sistema falla en la accesibilidad para la salud mental. Se demoran las fechas de atención para sicólogos o siquiatras”.

Ayudame a crecer

Ayudame a crecer es un grupo de autoayuda que se reúne los viernes de 17.30 a 21 horas en el local de la mesa departamental de Fucvam (25 de Mayo 979), no integra la comisión departamental y lo hacen “en apoyo a quienes sufren depresión, ansiedad y estrés en su vida”.
La coordinadora del grupo, Sandra Lacuesta, explicó que “trabajamos en la línea del tiempo, el proyecto de vida y las regresiones que son muy importantes.
Hay que volver al lugar exacto en que las personas quedaron enfocadas, en la situación que vivió años atrás y que constantemente despierta con ese pensamiento en una situación de abuso, violencia u otro”. El grupo actual está conformado por unas 25 personas y “hacemos el seguimiento directo de cada uno de quienes están dentro del grupo. Además, hacemos llamadas de seguimiento a nivel nacional y departamental. Entablamos una relación con personas de todo el país y le brindamos ayuda basada en la resiliencia, sin fines de lucro”.

Definió que “las evaluaciones son buenas y si bien no somos sicólogos, ya pasamos por ese patrón porque tenemos familiares o amigos que se quitaron la vida. Estamos activos las 24 horas de los 365 años y nuestra línea es 092 543 614. Tenemos una página de Facebook, donde publicamos nuestro trabajo y seguimos los lineamientos de la Ley 19.529, o ley de salud mental”.
Lacuesta señaló que “en 21 años de existencia, no tenemos bajas y somos completamente voluntarios. Derivamos la consulta a un sicólogo, cuando la persona se encuentra más allá de nuestra ayuda”.