El insolito aumento de los casos de brucelosis “es la crónica de una muerte anunciada”, dijo Lauro Artía

“Es la crónica de una muerte anunciada”, sentenció a EL TELEGRAFO el doctor Lauro Artía, al referirse al aumento de casos de brucelosis en varias partes el país, y que ha determinado, como pocas veces se ha visto en plena zafra de remates de reproductores, que varias subastas se tuvieran que suspender, e incluso que destacadas cabañas no hayan concurrido este año a la Expo Prado y exposiciones del Interior, a causa de la aparición de la enfermedad en sus rodeos. “Desgraciadamente el tiempo nos ha dado la razón”, agregó el profesional sanducero, que es el vicepresidente del Colegio Médico Veterinario, creado recientemente. “El Centro Médico Veterinario de Paysandú (CMVP) a tenido una postura histórica, ya que desde que se suspendió la vacunación en el año 1996, a la fecha, hemos sostenido que la vacunación es la única manera que tenemos de protegernos de la enfermedad”, afirmó.
El expresidente y actualmente directivo del CMVP, explicó que “siempre estuvimos convencidos de eso, y a medida que pasa el tiempo estamos más convencidos aún”, aclarando que esto “no es un problema de gobiernos o la actual administración, sino que lo hemos mantenido pasando todos los gobiernos, distintos directores generales y técnicos por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP)”.

Entiende que “básicamente la política del MGAP ha sido siempre la misma en cuanto a la campaña, porque en realidad el plan de erradicación de la enfermedad técnicamente es correcto, porque no podemos reconocer la importancia de Valerie Reagan, asesora que ha venido desde Estados Unidos y referencia mundial, que analizó el Plan Estratégico para la Erradicación de la Brucelosis en Uruguay”. Pero para Artía, “de lo técnico a la realidad que tenemos nosotros en campaña hay un largo trecho. Entre lo que dice el Plan que se debe hacer y lo que realmente hacemos, es donde está la diferencia, y el productor queda totalmente desprotegido”. Reconoció que “nos ha tocado trabajar en más de una cabaña, en varios establecimientos, y más de un foco, por lo que prácticamente hemos convivido con la enfermedad, y con el tiempo más nos convencemos que la vacunación es la herramienta correcta”. El médico veterinario de la profesión liberal, indicó que la vacunación y sobre todo la RB 51, que tiene la ventaja de vacunar y revacunar animales adultos, mejorando el nivel de protección de la enfermedad –y esto es lo que debemos entender–, para disminuir las pérdidas por aborto que se previene con la vacunación”. Aclaró que “en el momento que se da el aborto, es cuando se produce el contagio. Cuando la vaca aborta, contamina pasturas, el agua, y siempre la contaminación es por boca, ya que se contamina el animal comiendo pasto o tomando agua”. Y aseveró que controlando los abortos “controlamos el contagio, disminuyendo la prevalencia y aparición de nuevos casos”.
Explicó que la vacuna “no tiene el mismo nivel de protección contra la enfermedad –contra los abortos–, que la infección. Podemos tener un rodeo completamente vacunado, y el animal se puede llegar a infestar, y puede ser positivo en las técnicas diagnósticos, pero lo seguro es que no va a abortar y no va a contagiar, lo que nos va a dar tiempo para detectarlo y sacarlo del rodeo, mandándolo a faena”.

El doctor Lauro Artía significó que en Estados Unidos se erradicó la enfermedad “vacunando”, y de ahí “la importancia de la vacunación, porque al evitar que la vaca aborte, evitamos que se contagie y lo vamos controlando”.

ASPECTOS A SABER

“El problema que tiene el Plan que se lleva adelante en Uruguay”, sostiene el profesional, “es que el período de incubación, entre que el animal se contagie –se contamine–, y se produce el aborto, puede ser de 2 años o dos años y medio, porque es una enfermedad crónica”. Sostuvo que “cuando se compran vientres no sabemos lo que estamos comprando. Depende mucho el estado de gravidez del animal, si está preñado o no, si es vaca adulta o una vaquillona. El animal puede venir con la infección, pero no está circulando en sangre, por ende las defensas no lo detectan y va a dar negativo en las pruebas diagnósticas, y cuando se preñe ese animal, la bacteria va por los tejidos reproductivos del animal hacia la placenta, la sangre la detecta, genera los anticuerpos y se hace positivo la vaca”. Sostiene que “son muy difíciles los diagnósticos, y ahí es cuando fallan los sistemas de vigilancia”.

RETICENTES A VACUNAR

“La realidad dice que los productores han sido reticentes a vacunar”, sostuvo el veterinario, refiriéndose a que durante un período de algunos años fue obligatoria la vacunación contra brucelosis en el departamento de Paysandú, pero el número de quienes realmente vacunaron apenas superó el 50%.

Precisó que “en donde trabajamos preconizamos la vacunación, defendemos y tratamos de concientizar al productor de la importancia que tiene. Una vez que el productor sufre la enfermedad, recién ahí empieza a valorar la importancia de vacunar”.

Vacunar obligatoriamente terneras

Para Lauro Artía se debe implementar “la vacunación obligatoria de las terneras con la RB 51 todos los años. Porque los productores son así, por más que está libre la vacunación, el productor no vacuna. En Paysandú en donde era obligatoria, costó implementarla y no se logró que fuera 100 por ciento”.

A pesar de eso, subrayó que “se logró controlar el foco, ya que hubo muchos focos y con el sangrado y vacunación se logró reducir la cantidad de casos”.

Sangrar 100%

“Tenemos bajos niveles de prevalencia, que es en lo que se ampara técnicamente el MGAP para no implementar una vacunación obligatoria”, explica Artía. Pero entiende que “al tener bajo porcentaje de positivos, sucede que para detectarlos tenemos que aumentar el nivel de búsqueda y los monitoreos a nivel de frigorífico y sangrar el 100% de las hembras en faena, algo que no se está haciendo”.

“En el Plan te dice que a medida que se baja la prevalencia se avanza hacia la erradicación, hay que aumentar más los sangrados y monitoreo de todos los movimientos a faena. Yo me pregunto: ¿estamos en condiciones de hacer eso?, ¿por qué no se está haciendo?”. Y vuelve a preguntarse si en Uruguay “¿está dispuesto el personal de los frigoríficos a sangrar el 100% de las hembras que van faena? Si no tenemos esas condiciones se debe utilizar otra herramienta, y aquí la vacuna es la manera de ponernos adelante de la enfermedad”.

Varias fallas

Sostiene Artía que son varias las causas en la que entiende la campaña está fallando. “Habemos muchos colegas que no hacemos las cosas bien; no se puede generalizar, pero por uno se generan los problemas”.

“Me consta que los laboratorios privados en general hacen las cosas muy bien. Pero en algún caso, aunque no tenemos la certeza, hay suspicacia de que no se están haciendo bien las cosas. Entonces, son las excepciones, pero esa excepción hace un daño muy grande, y cuando pasa lo actual, con muchas cabañas involucradas, realmente el daño es importante”.

Es importante, sostiene, “por la cantidad de establecimientos involucrados. Ahora habría que hacer sangrado del 100% de los movimientos que tuvieron esos establecimientos involucrados. Imaginate la dispersión de animales que hubo en el último tiempo a prácticamente todo el país. Habría que sangrar a todo el país”, aseveró. “Acá es cuando del papel a la realidad fallamos. Porque no tenemos las condiciones para investigar todos esos movimientos, ya que el MGAP no tiene la infraestructura y una unidad de epidemiología para estudiar todos esos movimientos y analizarlos, muestreando cada uno de esos animales vinculados al movimiento de esas cabañas”, dijo Artía.