En los descuentos de 2022, el 30 de diciembre, último día hábil, fue aprobado el Plan de Manejo del Área Protegida Montes del Queguay mediante la Resolución Ministerial 1225/2022. Se trata de un documento clave, elaborado con la Comisión Asesora Específica, CAE, en la que están representados todos los actores con interés en el área. En el Plan se establecen las condiciones de uso y las acciones que se consideran necesarias para cumplir los objetivos de conservación. El área había sido incorporada al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), por el Decreto Nº 343/014, del 25 de noviembre de 2014.
Sumado a la aprobación de este Plan, el área dio otro paso trascendente en su consolidación con la designación de su primer director, cargo en el que se desempeña Elías Brum, quien anteriormente había ejercido como guardaparques y había sido su primer funcionario.
Brum indicó a EL TELEGRAFO que su trabajo justamente consiste en ocuparse de la ejecución de este Plan de Manejo, “que se ha venido trabajando hace tiempo con diferentes técnicos, profesionales, actores locales y demás”. Además tendrá que ocuparse de crear un Plan Operativo Anual “para ir cumpliendo los objetivos del Plan de Manejo, que lo que buscan es conservar diferentes objetos de conservación que fueron definidos”.
PERSONAL
Además de Brum en el área trabaja el guardaparque Federico Berrade. Son dos personas para ocuparse de la gestión de unas 20.000 hectáreas. El director dijo que hay que verlo como una etapa de desarrollo en la que hay que ir organizando la casa y apoyarse en los propietarios. “Es un área que básicamente son todos predios privados, lo que se realiza es mucha gestión en lo que tiene que ver con los permisos, ya sea de manejo ganadero, de ingreso para turistas, hay un registro que cuando un productor deja ingresar a alguien en el predio tienen que avisar a la dirección por medio de un WhatsApp y lo mismo cualquier información. Se va trabajando en eso también en conjunto con los productores, que básicamente son los dueños de la tierra”, señaló. Recordó que es un área protegida con recursos manejados, “que eso es lo principal a tener en cuenta, no es un área protegida cerrada, para que el área garantice su continuidad y los servicios ecosistémicos que presta requiere de un manejo y un ordenamiento de las acciones y las actividades que se realizan”.
PROGRAMAS Y ACCIONES
Los programas de trabajo incluyen acciones tanto dentro como fuera del área protegida. “Eso es lo que asegura mantener esos valores ecológicos del área”, indicó. Esos programas, que fueron definidos en el Plan de Manejo son: Mejoras de las prácticas ganaderas que contribuyen a la conservación de la biodiversidad; Ordenamiento y control de la caza; Protección y restauración del bosque; Control de flora exótica invasora y Ordenamiento del turismo como estrategia para la conservación de la biodiversidad y el desarrollo local.
Fuera del área el Plan de Manejo también tiene acciones priorizadas, tanto en la zona adyacente como en el entorno del área protegida, las que se organizaron en otros tres programas: Apoyo a instrumentos complementarios, relacionados con los planes de ordenamiento territorial; Generación de conocimiento y ordenamiento de la información para la gestión, que tiene que ver con la el apoyo a la investigación, imprescindible para la toma de decisiones, y Difusión del Plan de Manejo para audiencias claves.
Brun señaló que estos objetivos tienen dos miradas, una a 5 años, “al cabo de los cuales se evaluarán estos programas para ver cómo se sigue y otra mirada más a 20 o 30 años”.
COMISIÓN
La dirección del área se vincula con todos los actores, institucionales y de la población civil, “que tienen algo que ver o que pueden aportar a la gestión”. Lo hace a través de la Comisión Asesora Específica (CAE), el ámbito en el que se nuclean todos esos actores. La última reunión se celebró en diciembre, en la que, entre otros asuntos abordados se dio a conocer la contratación del director.
ZONIFICACIÓN
A efectos de la ejecución del Plan de Manejo se definieron dentro del área protegida zonas que determinan las posibilidades de intervención en mínima, baja, media y alta, como forma de ordenar las condiciones de uso y otros aspectos del plan.
“La zona de intervención mínima es aquella dirigida a conservar con el mayor grado de naturalidad los objetos de conservación del área natural protegida. La zona de intervención baja es aquella dirigida a que los procesos ecológicos se mantengan con la presencia de actividades humanas de bajo alcance, baja severidad y baja irreversibilidad”, detalló el Ministerio de Ambiente en su página. “La zona de intervención media es aquella dirigida a que los procesos ecológicos se mantengan con la presencia de actividades humanas de mediano alcance, mediana severidad y baja irreversibilidad. La zona de intervención alta corresponde a la zona ya intervenida significativamente dentro de la zona adyacente, correspondiendo una gestión enfocada a minimizar impactos negativos en otras zonas del área y comprende sectores destinados al soporte de la gestión del área y la realización de actividades necesarias”, agrega.
El plan regula determinadas prácticas en el área y establece casos sometidos a excepciones bajo determinadas circunstancias como tala de monte nativo, desarrollo de la pesca, la caza, construcciones y obras.