Encontraron una cría de lobito de río caminando por la calle

En la mañana del miércoles fue encontrado un lobito de río en una calle sanducera.
Andrés estaba por llegar a su trabajo al norte de la ciudad, alrededor de las 6 de la mañana, cuando observó asombrado que un animal pequeño caminaba por el medio de una calle. Creyendo quizás que se trataba de un cachorro de perro, se arrimó para ponerlo a salvo del tránsito que habría más tarde. Al acercarse vio a un pequeño lobito de río que no estaba ni cerca de lo que sería su hábitat natural. No dudó en llevarlo para su lugar de trabajo para brindarle los cuidados y contactar a quien pudiera ayudarlo en la tarea.

Así junto a otros compañeros, además de ponerlo a salvo y brindarle agua, se pusieron en contacto con colaboradores de Coendu (Conservación de especies nativas del Uruguay), uno de ellos el Dr. Germán Matosas, médico veterinario, quien al mediodía lo retiró del lugar para hacerle una evaluación de su estado de salud y dejarlo a su cuidado con todo lo necesario para que estuviera bien.

“Precioso bicho”

Se trata de una cría de lobito de río (Lontra longicaudis), ejemplar hembra de pocos meses (aún no hay confirmación del tiempo que puede tener) de vida que seguramente habrá estado amamantando hasta que por alguna ingrata circunstancia fue a parar lejos de su hábitat.

De adulto, el lobito de río mide entre 50 y 130 centímetros y pesa entre 5 y 12 kilogramos. Su cuerpo es alargado, su pelaje es suave y de un color pardo lustroso con garganta y pecho amarillentos. Sus patas son cortas y poseen membranas entre los dedos y fuertes garras. Su cola es cónica y finaliza en punta.

Se distribuye en América Central y Sudamérica (excepto en Chile), noroeste de México, Uruguay y noroeste de Argentina. Se lo puede ver en ríos, arroyos, lagunas y bañados.

El lobito de río es bastante solitario y de hábito diurno. Se alimenta de peces, crustáceos y moluscos pero ocasionalmente come pequeños mamíferos, aves, reptiles e insectos.

La hembra llega a tener de 2 a 4 crías durante la primavera, luego de una gestación de 55 a 70 días. Éstas son amamantandas durante los primeros 3 meses y se independizan al año aproximadamente. Su situación poblacional a nivel global se considera casi amenazado (Near Threatened) mientras que en Uruguay es una especie vulnerable.

El ejemplar encontrado

El ejemplar que está bajo los cuidados del veterinario Matosas, es una hembra que durante las primeras horas estuvo bajo un gran estrés pero de a poco se fue tranquilizando y ya come por sí sola. Recordemos que los animales silvestres deben vivir en su hábitat y en estos casos lo más conveniente es mantener cierta distancia para no “mascotizarlo”, de ser posible, y lleva un tiempo bastante largo para enseñarle las cosas que necesitará para valerse por sí mismo, de lo que en la naturaleza se encargan los padres.

“Al principio le tiré un trozo grande de pollo, tuvo que masticarlo bastante pero lo terminó. Ellos comen así, si agarran un pescado lo van comiendo de a poco. Tienen los dientes muy similares a los de un gato o un perro y significa que los molares están hechos para cortar la carne. Consumen básicamente proteínas así que tendremos que darle algún pez vivo para que vaya aprendiendo”, comentó Germán, quien además lo está medicando y aportando algunas vitaminas.
“Hoy estuvo muy activa, le dejé unas mojarras y las comió con muchas ganas así que se está encaminando más que bien”.

Destino

Matosas también explicó que está haciendo todo lo que se debe hacer para que el animal pueda criarse de una forma que logre sobrevivir sin problemas en caso de ser reintroducido en su hábitat. Evidentemente es muy pronto aún para saber el destino, pero la intención, en caso de que todo salga bien, es soltarla en un curso de agua, posiblemente en área protegida para darle un poco más de seguridad.
Es una tarea muy difícil, que insumirá mucho tiempo al veterinario pero se puede decir que el lobito que caminaba por la calle ya está completamente a salvo.