Les Luthiers inicia gira de despedida

Todo tiene un principio y todo tiene un final. Pero hay ciertas personalidades en el ambiente artístico que nos han acompañado toda la vida y, en el momento de la retirada uno se siente, al menos, descolocado. ¿Cómo puede ser que se termine? Es algo que debería durar para siempre porque siempre estuvo ahí. Pero no, también se termina.

Es así que el conjunto de instrumentos informales Les Luthiers anunció este jueves que la gira de su nuevo espectáculo Más tropiezos de Mastropiero será su retirada de los escenarios, después de 55 de una trayectoria intachable en eso de hacer humor con música.
La información fue dada en sus redes sociales. “Sentimos que, después de más de medio siglo de giras y presentaciones, hemos alcanzado nuestras metas; por lo que decidimos (Carlos y Jorge) decir adiós a nuestro público realizando una Gira Despedida por numerosas ciudades alrededor del mundo con nuestro último espectáculo estreno”.

Carlos es Carlos López Puccio y Jorge es Jorge Maronna, los dos integrantes históricos que continuaban presentándose, y cada uno de ellos agregó un texto personal a la despedida grupal. “Este año cumpliré 77 años, y Jorge 75. Nos sentimos muy vitales, y artísticamente creemos estar en nuestro mejor momento; pero a medida que nos acercamos a los 80 nuestros músculos y articulaciones nos anticipan que pronto comenzarán a presentarnos impedimentos”, escribió López Puccio.

Maronna agregó: “No va a ser fácil dar por concluido este maravilloso trabajo que disfrutamos desde muy jóvenes, y despedirnos del público que nos sigue y apoya, pero después de tantos años de aventuras Mastropiero merece descansar”.
Les Luthiers había sufrido la pérdida de sus dos integrantes más icónicos: el payasesco Daniel Rabinovich en agosto de 2015 y la voz de la razón, Marcos Mundstock, en abril de 2020. Carlos Núñez Cortés se había retirado en 2017.

Influencia y legado

La influencia de este grupo de más está decir que ha trascendido épocas, gustos, edades e incluso el propio ambiente humorístico. Muchas de sus cómicas frases ya son parte de la memoria colectiva de varias generaciones. El empecinamiento de Les Luthiers por las presentaciones en vivo y sus escasas apariciones –como grupo– en programas de televisión o en cine, convirtieron al conjunto de músicos y humoristas en un raro caso de artistas. Si se los quería disfrutar en su esplendor, había que verlos en un teatro.

En una época en que lo de la presencialidad se pone en cuestión cada vez más, eran la prueba viviente de que todavía en el presente el mejor espectáculo es el que se aprecia en vivo.

Por supuesto que la edad pesa, como dicen ellos y pesa también que, de los integrantes originales, solo quedan dos, por más que quienes sustituyeron a los que se fueron sean también notables humoristas. No es lo mismo sin Rabinovich y no es lo mismo sin Mundstock. Cualquiera que los haya visto sabe que los puntos más altos de sus presentaciones tenían siempre que ver con ellos dos.
Ahora que se comienzan a despedir, habrá que consolarse con lo que ya veníamos practicando hace mucho tiempo: la memoria. Porque todos recordamos punto por punto y coma por coma muchos de sus chistes y ocurrencias.

Cuando la última carcajada provocada por la última ocurrencia de lo que queda de Les Lutihers se apague en el escenario, habrá terminado toda una época irrepetible y única, formada a puro buen gusto y gracia. ¿Alguien se atreverá a recoger tal legado?