Meditación, estrés y diabetes

Muchos se estarán preguntando qué relación hay entre meditación, estrés y diabetes. De hecho, están íntimamente relacionados.
Los seres humanos funcionamos como un todo, en forma integral y por eso frecuentemente no nos podemos separar de las situaciones que nos rodean y que nos condicionan.

Esta concepción del ser total y su entorno motivó la búsqueda en especialidades médicas que tuviesen un enfoque integral del ser humano y así brindar una mejor respuesta a los pacientes.
La ciencia ha comprobado los enormes beneficios que nos brinda la meditación, destacando su importancia en la práctica para mejorar la salud y la calidad de vida de las personas. Durante los últimos años varios estudios demostraron relaciones muy estrechas entre estados mentales “equilibrados” y “la reducción del riesgo y la intensidad de varias enfermedades a nivel cardiovascular, metabólico, hipotiroidismo, diabetes, colon irritable, psiquiátricas, etcétera.
En 2006 el National Institute of Health (NIH) que es la agencia del gobierno de Estados Unidos responsable de las investigaciones médicas, reconoció formalmente la meditación como práctica terapéutica incluyendo el tratamiento de los problemas de salud relacionados al estrés y la diabetes.

El estrés o distrés, es uno de los principales problemas del siglo XXI debido a los efectos altamente negativos en la salud de millones de personas en todo el mundo, por lo que es motivo de tratamiento especial.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) hace referencia especialmente al estrés laboral como principal desencadenante de múltiples patologías como la hipertensión arterial, diabetes e infartos agudos de miocardio, entre otras. Según la American Diabetes Asociación (ADA) el estrés se presenta cuando algo hace que el cuerpo actúe como si lo estuvieran atacando. Las fuentes de estrés pueden ser físicas como lesiones o enfermedades, o pueden ser mentales, como problemas con su pareja, trabajo, salud o finanzas. Cuando se presenta el estrés, el cuerpo se prepara para entrar en acción. Esta preparación se llama respuesta de lucha o huida. En la respuesta de lucha o huida, el nivel de muchas hormonas aumenta marcadamente. El verdadero efecto es poner mucha energía almacenada (glucosa y grasa) a disposición de las células. Estas células luego se preparan para ayudar al cuerpo a enfrentar o alejarse del peligro. En personas con diabetes, la respuesta de lucha o huida no funciona adecuadamente. La insulina no siempre puede liberar energía adicional para las células, por lo que la glucosa se acumula en la sangre.

Varias fuentes físicas de estrés son amenazas a largo plazo. Por ejemplo, puede llevar meses recuperarse de una cirugía. Si bien la función de las hormonas del estrés es enfrentar el peligro a corto plazo, permanecen en alerta por mucho tiempo. Como resultado, el estrés a largo plazo puede causar que el nivel de glucosa en la sangre aumente.

También hay varias fuentes de estrés a largo plazo que son mentales. A veces la mente reacciona a un acontecimiento inofensivo como si fuese una amenaza real. Como el estrés físico, el estrés mental puede ser a corto plazo: desde tomar un examen hasta estar atracado en el tráfico. También puede ser a largo plazo: desde trabajar para un jefe determinado hasta cuidar a un familiar enfermo o anciano. Con el estrés mental, el cuerpo libera hormonas sin resultados. Luchar o huir no ayuda cuando el “enemigo” es la propia mente.
Para poder manejar este tipo de situaciones es que estamos brindando a los pacientes distintas formas de tratamientos que son muy fáciles de aplicar y gratuitas o poco costosas.
Las técnicas de meditación incluyen posturas específicas del cuerpo, concentrar la atención, o una actitud abierta respecto a las distracciones.

La meditación se emplea para aumentar la calma y la relajación, mejorar el equilibrio psicológico, sobrellevar enfermedades o promover la salud y el bienestar en general.
Los diversos tipos de yoga que se emplean con fines de salud combinan en general posturas físicas, técnicas de respiración, meditación o relajación. Las personas emplean el yoga como parte de un régimen de salud general, así como para tratar diversos problemas de salud.
El número de investigaciones sobre los enfoques de mente y cuerpo varía ampliamente dependiendo de la técnica practicada. Algunas de las técnicas más difundidas son el yoga y la meditación mindfulness (atención plena en español) que es muy empleada en los centros hospitalarios en Estados Unidos y Holanda. En 2016 una investigación en la Universidad de Brown de Estados Unidos concluyó que 35% de aquellos pacientes que practicaban mindfulness tenían mejores niveles de glicemia, eran menos propensos a padecer diabetes tipo 2.
Otras de las técnicas muy utilizadas es la meditación trascendental creada por el maestro Maharishi Mahesh Yogui (1917 -2008) existiendo más de 380 estudios de investigación realizados que demuestran los beneficios de esta técnica en el tratamiento de hipertensión arterial, depresión, ansiedad, estrés, diabetes.

También en 2015, la cardióloga e investigadora argentina Melina Huerin concluyó en sus investigaciones que el método alkymia disminuye notablemente los niveles de estrés y la presión sanguínea central.
Luego de años de búsqueda en metodologías, (además de la medicina alopática) que puedan ayudar a mejorar y sanar a los pacientes, les confieso que esta sin duda es la mejor.
Finalmente, por las razones que los seres humanos funcionamos como un todo y la evidencia de la ciencia, los invito a animarse a comenzar alguna de estas técnicas que sin duda alguna contribuirán en gran medida a estar saludables en todo sentido.
Dra. María Jiménez, médica diabetóloga