SOLICITADAS: La megacausa de los pasaportes falsos

Hace unos meses que estamos bombardeados con noticias referentes a pasaportes “truchos” que se habrían estado expidiendo a rusos por una organización presuntamente delictiva. A esas noticias se sumó que en la misma estaba involucrado un ciudadano uruguayo, Alejandro Astesiano, que tenía la originalidad de ser integrante de la custodia nada menos que del Sr. presidente de la República.

Y de ahí en adelante, los pasaportes falsos pasaron a un segundo plano y casi todos los medios corrieron detrás del custodio, algunos por pasión profesional de informar, y otros por ver cuánto tenía que ver el Sr. presidente en la maquinación de esos pasaportes. Y ahí se pasó al comentario detallado que eso se hacía en una oficina montada en el despacho de Astesiano, ubicado en el cuarto piso de la casa de gobierno.

Con ese “combo” armado, apareció en escena otro personaje de reparto de aquel gobierno del Frente Amplio encabezado por el presidente Tabaré Vázquez: el sicólogo Gustavo Leal. Exfuncionario del Ministerio del Interior de ese gobierno a cargo del entonces ministro Bonomi y su subsecretario, el hermano del presidente Vázquez, conocido popularmente por “el perro” Vázquez. Su aparición en escena fue por una ocurrencia muy original que se le dio a Leal: ir a visitar a los padres de Astesiano a la Barra del Chui brasileña, no se sabe hasta ahora bien claro con qué finalidad. Lo que sí es diáfanamente claro, es que desde la aparición de Leal sobre el escenario, se enredó aún más la trama de esta verdadera “novela turca”.

Suponiendo que a alguien se le hubiese ocurrido usarlo para hacer ese mandado con finalidades disuasorias, ni ese alguien puede haberse imaginado que iba a salir tan bien. Tanto que Leal eclipsó nada menos que a Astesiano. Pero lo más importante de todo esto, fue que el Frente Amplio, entre la “viralización” de las correrías de Astesiano y los asombrosos viajes de Leal a Brasil, logró que, salvo pocas excepciones, los medios se olvidaran (¿?) de la actividad con visos delictivos que dio pie a todo el asunto: la fabricación de pasaportes falsos para que los rusos pudieran andar por el mundo exhibiendo un pasaporte uruguayo confiable, que sustituyera a sus pasaportes rusos, de cuya procedencia se desconfía en medio mundo.

Y la principal derivación resultó ser, que se fueron olvidando que esos pasaportes falsos, se estaban haciendo en pleno gobierno del Frente Amplio, según parece, desde el año 2009, pleno auge del desgobierno de Mujica. O sea que ahora, si se quisiera presentar la obra completa, insólitamente, se perdió, o por lo menos “no se ve por la neblina”, el capítulo más importante. El que relataba que por el tortuoso camino, hubo dos cónsules uruguayos en Moscú nombrados por los gobiernos del Frente Amplio, que parecen estar vinculados con la fabricación de los documentos truchos. Ante semejante “matute”, en vez de hincar el diente en eso para saber quiénes fueron los actores principales de la trama, con clara presunción delictiva, nos estamos enredando con los “extras”.

Pero el caso de los pasaportes, meollo del asunto, es sin lugar a dudas tan importante, que además de todo lo que antecede, provocó un conflicto nada más ni nada menos que dentro de la Fiscalía General de la Nación, entre su jerarca máximo y la Fiscal Fosatti a cargo del caso de los pasaportes hasta hace pocos días. Su subrogación, dispuesta por el fiscal general ha despertado grandes suspicacias en la opinión pública.

Todo debido a la mala invención distorsiva del exfiscal general Jorge Díaz, creador de todo un nuevo sistema penal donde los fiscales y jueces trocaron funciones y de ahí las cosas no están claras, por lo que se comenta públicamente. Nosotros en verdad sobre ese exfiscal lo único que recordamos es su perversa teoría de volcarnos encima, a los ciudadanos honestos, el estigma de ser los culpables de la delincuencia rampante que existía en los gobiernos frenteamplistas. Y esa no se la llevan los habitantes honrados, atacados abruptamente con esos dichos.

Terminando: es hora de que se centre la atención en saber quiénes promovieron e hicieron los pasaportes falsos para que los rusos anden por el mundo escudados por nuestros pasaportes, haciendo quien sabe qué uso con ellos. Ese es el cerno del árbol, lo realmente importante. Lo demás son las ramas. Casos circunstanciales que merecerán su estudio una vez sentenciado este otro.

Por ahora, como según parece, ya lo habría aconsejado Tarzán: “no nos vayamos por las ramas”.

Ing. Ramón Appratto Lorenzo