Día: 2 de abril de 2023

Empezó la semana de turismo y con ella la 56 edición de la Semana de la Cerveza de Paysandú. Históricamente desde 1966 la fiesta era financiada por la ex Norteña y la Intendencia Municipal hasta que lamentablemente la fábrica cervecera como tal dejo de funcionar dando paso a la multinacional AmBev. Desde entonces, la gente de Paysandú mediante la institución Intendencia de Paysandú asumió la responsabilidad de costear la fiesta sanducera. Nuestra fiesta se cubre con los aportes tributarios de cada vecino y cada vecina, por eso, es sano que desde la institucionalidad se den señales claras de cristalinidad y trasparencia a la hora de gestionar los dineros públicos, conceptos que lamentablemente este gobierno departamental las apartó del diccionario.

Hemos visto a través de los medios de comunicación, como con bombos y platillos las autoridades nacionales y departamentales en el sur del país, anuncian y promocionan una vez más, nuestra tan hermosa fiesta con animadores capitalinos, en esta ocasión un relator de fútbol que seguramente se llevará buena tajada de nuestros aportes tributarios. Pero lo más preocupante de todo esto es que se comienza a promocionar la 56 Semana de la Cerveza de Paysandú sin conocer hasta el momento de parte del gobierno departamental el cierre y los detalles del balance de la edición pasada.

Los sanduceros no hemos sido informados como corresponde, cuánto nos costó a todos la edición 55 de la Semana de la Cerveza y menos aún conocemos el detalle en qué se gastaron esos dineros públicos. En reiteradas oportunidades desde nuestro rol como ediles departamentales solicitamos la información correspondiente, pero nada de eso ha sido contestado a nuestra bancada por el gobierno departamental. (Nos contactaremos con ediles nacionalistas de Montevideo para ver si en este caso por tantos pedidos de informes no contestados también corresponde iniciar un juicio político).

No deseamos volver a las viejas historias cuando la información se perdía, cuando los balances no cerraban, cuando desaparecían por robo las computadoras, no queremos volver a eso, Paysandú no se lo merece. Por eso, entendemos que es de orden conocer la información en relación a que hace esta administración con los dineros de la gente, es obligación ético y moral del intendente departamental de Paysandú entregar los balances de nuestra mayor fiesta popular para que cada uno de los sanduceros conozca en qué se utilizan nuestros dineros y sobre todo en tiempos tan difíciles donde cada ciudadano hace un gran esfuerzo para pagar los tributos municipales.

Cada vez que exigimos que se rinda cuentas a la ciudadanía hay un silencio abrumador y un hermetismo tremendo en los dos ámbitos de gobierno departamental, tanto desde el ejecutivo departamental como desde la junta departamental, donde el común denominador es el ocultamiento de la información y coartar la participación democrática.

Fernando Rodríguez, edil departamental del Frente Amplio

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Hace unos meses que estamos bombardeados con noticias referentes a pasaportes “truchos” que se habrían estado expidiendo a rusos por una organización presuntamente delictiva. A esas noticias se sumó que en la misma estaba involucrado un ciudadano uruguayo, Alejandro Astesiano, que tenía la originalidad de ser integrante de la custodia nada menos que del Sr. presidente de la República.

Y de ahí en adelante, los pasaportes falsos pasaron a un segundo plano y casi todos los medios corrieron detrás del custodio, algunos por pasión profesional de informar, y otros por ver cuánto tenía que ver el Sr. presidente en la maquinación de esos pasaportes. Y ahí se pasó al comentario detallado que eso se hacía en una oficina montada en el despacho de Astesiano, ubicado en el cuarto piso de la casa de gobierno.

Con ese “combo” armado, apareció en escena otro personaje de reparto de aquel gobierno del Frente Amplio encabezado por el presidente Tabaré Vázquez: el sicólogo Gustavo Leal. Exfuncionario del Ministerio del Interior de ese gobierno a cargo del entonces ministro Bonomi y su subsecretario, el hermano del presidente Vázquez, conocido popularmente por “el perro” Vázquez. Su aparición en escena fue por una ocurrencia muy original que se le dio a Leal: ir a visitar a los padres de Astesiano a la Barra del Chui brasileña, no se sabe hasta ahora bien claro con qué finalidad. Lo que sí es diáfanamente claro, es que desde la aparición de Leal sobre el escenario, se enredó aún más la trama de esta verdadera “novela turca”.

Suponiendo que a alguien se le hubiese ocurrido usarlo para hacer ese mandado con finalidades disuasorias, ni ese alguien puede haberse imaginado que iba a salir tan bien. Tanto que Leal eclipsó nada menos que a Astesiano. Pero lo más importante de todo esto, fue que el Frente Amplio, entre la “viralización” de las correrías de Astesiano y los asombrosos viajes de Leal a Brasil, logró que, salvo pocas excepciones, los medios se olvidaran (¿?) de la actividad con visos delictivos que dio pie a todo el asunto: la fabricación de pasaportes falsos para que los rusos pudieran andar por el mundo exhibiendo un pasaporte uruguayo confiable, que sustituyera a sus pasaportes rusos, de cuya procedencia se desconfía en medio mundo.

Y la principal derivación resultó ser, que se fueron olvidando que esos pasaportes falsos, se estaban haciendo en pleno gobierno del Frente Amplio, según parece, desde el año 2009, pleno auge del desgobierno de Mujica. O sea que ahora, si se quisiera presentar la obra completa, insólitamente, se perdió, o por lo menos “no se ve por la neblina”, el capítulo más importante. El que relataba que por el tortuoso camino, hubo dos cónsules uruguayos en Moscú nombrados por los gobiernos del Frente Amplio, que parecen estar vinculados con la fabricación de los documentos truchos. Ante semejante “matute”, en vez de hincar el diente en eso para saber quiénes fueron los actores principales de la trama, con clara presunción delictiva, nos estamos enredando con los “extras”.

Pero el caso de los pasaportes, meollo del asunto, es sin lugar a dudas tan importante, que además de todo lo que antecede, provocó un conflicto nada más ni nada menos que dentro de la Fiscalía General de la Nación, entre su jerarca máximo y la Fiscal Fosatti a cargo del caso de los pasaportes hasta hace pocos días. Su subrogación, dispuesta por el fiscal general ha despertado grandes suspicacias en la opinión pública.

Todo debido a la mala invención distorsiva del exfiscal general Jorge Díaz, creador de todo un nuevo sistema penal donde los fiscales y jueces trocaron funciones y de ahí las cosas no están claras, por lo que se comenta públicamente. Nosotros en verdad sobre ese exfiscal lo único que recordamos es su perversa teoría de volcarnos encima, a los ciudadanos honestos, el estigma de ser los culpables de la delincuencia rampante que existía en los gobiernos frenteamplistas. Y esa no se la llevan los habitantes honrados, atacados abruptamente con esos dichos.

Terminando: es hora de que se centre la atención en saber quiénes promovieron e hicieron los pasaportes falsos para que los rusos anden por el mundo escudados por nuestros pasaportes, haciendo quien sabe qué uso con ellos. Ese es el cerno del árbol, lo realmente importante. Lo demás son las ramas. Casos circunstanciales que merecerán su estudio una vez sentenciado este otro.

Por ahora, como según parece, ya lo habría aconsejado Tarzán: “no nos vayamos por las ramas”.

Ing. Ramón Appratto Lorenzo

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Nuevamente a través de los medios el Sr. intendente de Paysandú opina sobre los sanduceros que se trasladan a la Argentina, la primera vez había sido el 15 de enero cuando refirió entre otras cosas que iban a “clavarse un surtido”. En esta ocasión se refirió a que los sanduceros que van a Colón en estos términos: “Son personas que hacen la fila arriba de un auto con aire acondicionado, van a hacerse las uñas, a la peluquería, a depilarse, a comprarse ropa, a cenar y a poner combustible, lo que menos hacen es comprar comestibles porque acá (en Uruguay) no les alcanza”.
En la primera oportunidad, los vecinos se manifestaron a través de un comunicado en el que señalaban sentirse sorprendidos, pues la realidad de las cosas es que la gran mayoría de sanduceros van a Colón porque aquí en Paysandú el dinero no les alcanza para adquirir los productos de la canasta básica. Nos causaba sorpresa sus expresiones, porque demostraban cierto desprecio hacia mucha gente e ignorancia de la realidad de los problemas económicos y sociales del departamento. Le explicamos al Sr. Intendente que mucha gente ni siquiera conoce Colón, porque van solamente a los comercios cercanos al cruce fronterizo, y no llegan a Colón. Sí Sr. Intendente, son muchos. Incluso le explicamos que han proliferado los remiseros informales que (sin aire acondicionado) por unos pesos llevan a gente que no tiene auto o moto, para que pueda hacer un surtidito (lo que permite la Aduana) e inmediatamente se vuelven para atrás.

Pero al parecer no leyó la respuesta, o no la entendió. Ahora se despacha con que hay sanduceros que van “a hacerse las uñas a la peluquería, a depilarse, a comprarse ropa… lo que menos hacen es comprar comestibles…”
Como autoridad política de primer nivel no son expresiones adecuadas, pues debe posicionarse desde el sitio que ocupa, lo cual implica que gobierna a todos, incluso a aquellos que defenestra.

Parecen más expresiones de conversación de personas de escasos conocimientos de todo lo que implica la frontera del punto de vista social y económico.

La situación económica, la carestía de las cosas, la falta de oportunidades laborales genuinas fomenta la necesidad de beneficiarse de precios más ventajosos en la Argentina. No compartimos que la mayoría de vecinos vayan solamente a hacer esas adquisiciones referidas por el intendente. La mayoría va por necesidad. Si bien hay mucha gente de buen pasar económico que también va a Colón, raramente la mayoría pertenecen al sector político del intendente. Por ello sería bueno que empezara por interiorizarse de cómo funciona socialmente la frontera.

Sergio Rodríguez Heredia

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