El trauma acústico es una lesión que se produce en el oído como resultado de la exposición a sonidos fuertes y/o prolongados. Estos sonidos pueden causar daño en las células sensoriales del oído interno, lo que puede resultar en una pérdida auditiva temporal o permanente.
El grado de daño dependerá de la intensidad y la duración de la exposición al ruido. Por lo tanto, las personas que trabajan en entornos ruidosos, como los trabajadores de la construcción o los músicos, corren un mayor riesgo de sufrir trauma acústico.
Los síntomas del trauma acústico pueden incluir pérdida auditiva temporal o permanente, zumbido en los oídos (tinnitus), sensibilidad al ruido (hiperacusia), mareo y dolor de cabeza.
Si experimenta alguno de estos síntomas después de la exposición a un sonido fuerte o prolongado, es importante buscar atención médica.
La prevención del trauma acústico incluye limitar la exposición al ruido, usar protección auditiva adecuada (como tapones para los oídos o auriculares con cancelación de ruido), tomar descansos regulares de entornos ruidosos y mantener un volumen de sonido seguro al escuchar música o ver películas en casa.
El umbral para el trauma acústico varía de persona a persona y puede verse afectado por factores como la edad, la salud general y la duración de la exposición al ruido. Sin embargo, se considera que los sonidos por encima de 85 decibeles (dB) pueden causar daño auditivo con exposición prolongada.
A continuación, se muestra una lista aproximada de algunos sonidos comunes y sus niveles de decibelios:
Conversación normal: 60 dB
Aspiradora: 70 dB
Cortacésped: 90 dB
Taladro eléctrico: 100 dB
Concierto de rock: 110-120 dB
Motor de avión a reacción: 140 db
Es importante tener en cuenta que la exposición a sonidos fuertes y prolongados puede causar daño auditivo, incluso si el nivel de decibelios no supera los 85. Además, la exposición a sonidos más fuertes puede causar daño auditivo más rápido y severo. Por lo tanto, es importante tomar medidas para limitar la exposición al ruido y proteger los oídos cuando se encuentre en entornos ruidosos.
La gravedad de la hipoacusia se mide en decibeles (dB) y se clasifica en diferentes categorías, desde una pérdida auditiva leve hasta una pérdida auditiva profunda.
La pérdida auditiva se considera significativa cuando la audición se reduce en 25 dB o más en uno o ambos oídos. Una pérdida auditiva de 25 dB es aproximadamente igual a perder la capacidad de escuchar sonidos suaves o conversaciones normales. Dra. María Jesús Puche, consejera Regional Norte del Colegio Médico del Uruguay