Liber Acosta: la evaluación institucional como proceso de gestión para el cambio educativo

Liber Acosta, director de la sede Paysandú del Cenur Litoral Norte, compartió con referentes de instituciones de educación superior la experiencia de evaluación institucional y se refirió a las oportunidades de gestión para el cambio educativo.

El director de la sede Paysandú del Centro Universitario Regional (Cenur) Litoral Norte, Liber Acosta, presentó la experiencia de evaluación institucional en el marco del I Congreso Internacional de Formación en Gestión Educativa, con eje en la “Gestión y el asesoramiento pedagógico para la innovación y el mejoramiento educativo” organizado por la Escuela Normal Superior, del Núcleo Educativo, y la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario, en el marco de la Maestría en Gestión y Asesoramiento Pedagógico de las Instituciones Educativas. Acosta participó como invitado y presentó el trabajo: “La evaluación institucional como proceso de gestión para el cambio”.

En el congreso desarrollado en el Centro de Convenciones de la ciudad de Concordia, Provincia de Entre Ríos, Argentina, Liber Acosta presentó el proceso de desarrollo de autoevaluación institucional llevado a cabo por el Cenur Litoral Norte entre 2019 y 2023, refiriéndose especialmente a la dimensión Enseñanza y resaltó que actualmente se está trabajando en el diseño de un plan de mejoras que tomará en cuenta las oportunidades detectadas en el proceso de evaluación institucional.

Acosta presentó las particularidades del Cenur Litoral Norte como servicio descentralizado en el contexto de la Universidad de la República y detalló las características del proceso de evaluación institucional autogestionada que promueve la Udelar, considerando que el verdadero poder de estos procesos de evaluación es la mejora continua de la calidad de las Instituciones de Educación Superior, más allá de las propias acreditaciones o evaluaciones externas que se sucedan.

“Los objetivos del proceso de Evaluación Institucional (EI) del Cenur Litoral Norte fueron: conocer el estado de situación en el que se encuentra el Centro Universitario en cuanto a las actividades académicas y administrativas que en él se desarrollan, y buscar una mejora continua y sistemática. Asimismo, el proceso procuró generar insumos cuantitativos y cualitativos que permitieran identificar fortalezas y debilidades. A partir de ellos se realizó un diagnóstico y se procura lograr una planificación institucional, que es considerada necesaria en esta etapa de desarrollo. El proceso tuvo carácter participativo y apuntó a la meta de lograr una construcción integral”, explicó Acosta en la presentación.

Equipo técnico y comisión cogobernada

El proceso de Evaluación Institucional como práctica de gestión institucional fue desarrollado en sus distintas etapas por un equipo técnico, una comisión cogobernada (docentes, estudiantes, egresados) de evaluación institucional y un tribunal evaluador constituido por dos evaluadores pares externos e internacionales y un evaluador par externo nacional.

En este marco, el trabajo se organizó de acuerdo con las siguientes dimensiones: Contexto institucional, Enseñanza, Investigación, Extensión, Comunidad Universitaria e Infraestructura.
“Para cada dimensión se obtuvieron resultados a partir de la aplicación de formularios elaborados con el propósito de producir información cuantitativa y cualitativa, lo que permitió valorar cada dimensión en términos de fortalezas, debilidades y oportunidades o líneas para el plan de mejora”, comentó, anunciando que en la ocasión describiría las valoraciones obtenidas en la dimensión “Enseñanza”, y en particular en su componente “enseñanza de grado”, que fue estudiado y analizados a partir de información obtenida desde las coordinaciones de carreras, ciclos y tramos de carrera.

Fortalezas de la Enseñanza en el Cenur Litoral Norte

El director de la sede Paysandú, Liber Acosta resaltó que los resultados del proceso de evaluación institucional “muestran como fortalezas la valoración de la diversidad de carreras, perfiles y duración (carreras largas y cortas), lo cual puede acercarse a las expectativas e inquietudes de una población con intereses heterogéneos y diversas necesidades contextuales”. Resaltó también que se identificó además “una clara definición del perfil contextualizado de egresado en todas los planes de estudio de las carreras que se ofrecen y en su gran mayoría se observó una congruencia interna y sólida en relación con los objetivos de la formación y con los contenidos en los diferentes campos disciplinares”. Asimismo indicó que se evidenció como fortaleza “la adecuación de los diseños curriculares a la normativa vigente (ordenanzas), considerando especialmente las condiciones de flexibilidad, sobre todo en las opciones y elecciones de estudiantes en relación a sus intereses personales de formación; espacios de integración multi e interdisciplinares y en la relación teoría-práctica, en particular en las actividades preprofesionales, todo lo cual puede reflejarse en la transversalidad de los conocimientos en los diferentes recorridos curriculares”.

Entre otras de las fortalezas, Acosta rescató que “se destaca la actitud de pertenencia y compromiso manifestada por docentes, estudiantes, graduados y funcionarios. Se consideran valores fundamentales no sólo para afianzar el funcionamiento de la institución, sino también para su proyección”.

Debilidades que requieren atención

Entre las debilidades que surgieron en torno a la enseñanza, Liber Acosta reseñó que “casi la mitad de las carreras consideradas en el estudio no han realizado un relevamiento regional con respecto a las necesidades y demandas laborales a graduados y empleadores. En el caso de concretar este relevamiento para todas las carreras, sería necesario ampliar la participación a otros actores de la comunidad y región, no sólo graduados y empleadores sino referentes culturales, sociales, políticos, productivos, entre otros. Esta extensión de la participación ayudaría a identificar situaciones y construir problemas vinculados al mundo del trabajo, mundo socio-cultural, entre otros ámbitos”.

En el mismo sentido mencionó que si bien se identifican procesos de acompañamiento a estudiantes en toda su trayectoria en contextos de enseñanza y de aprendizaje áulicos comunes, “no se perciben con claridad procesos de apoyo para trayectorias diversificadas teniendo en cuenta características y diversidad de situaciones de estudiantes con discapacidad, privación de libertad, educación”. Además se citó como debilidad “la escasa incorporación de la investigación en espacios curriculares transversales” y se planteó que “quizás una forma de superar esta limitación podría resultar de incorporar a las diferentes disciplinas o espacios interdisciplinares, sus propios modos y metodología de producción de conocimientos; habida cuenta que en los procesos de enseñanza y de aprendizaje no sólo se aprehende el conocimiento-objeto sino también el modo en cómo se construye y cómo se enseña”.