Hace no mucho tiempo, en plena pandemia, la preferencia por el trabajo remoto era amplia mayoría. Apenas un 3% de los trabajadores del mundo extrañaban sus trabajos en la oficina. Pero el tiempo pasó y fueron muchos los que vieron las consecuencias que traía el no relacionarse con sus compañeros, y, por supuesto, las empresas también se resintieron económicamente, por lo que no había mucho más que decir; había que volver al trabajo como se lo conoce desde que el mundo es mundo, o sea, a la manera presencial.
Claro que, como en toda crisis, hay alguien que se beneficia y las plataformas, encabezadas por Zoom se llenaron de dinero durante la cuarentena pandémica. Se podría suponer entonces que tales empresas no quieren por nada del mundo que la gente regrese a sus oficinas. Pero sería una suposición incorrecta. Porque en una decisión que ha sorprendido a propios y extraños, Zoom está pidiendo a los empleados volver a la oficina y hacer trabajo presencial.
La empresa de videoconferencias, luego del meteórico ascenso durante los confinamientos, ha batallado para mantener sus ganancias a medida que las personas fueron regresando a sus rutinas pre COVID-19.
Ahora Zoom está pidiendo que los empleados que viven dentro de un radio de 80 km de la oficina, trabajen en persona al menos dos días a la semana.
Hace pocos días Zoom dijo que el objetivo de implementar un modelo de trabajo híbrido es mejorar la interacción y la innovación dentro de los equipos.
Un portavoz de la compañía señaló que “como empresa, estamos en una mejor posición para utilizar nuestras propias tecnologías, seguir innovando y apoyar a nuestros clientes globales”.
Zoom Video Communications fue fundada por Eric Yuan, un ingeniero de software chino que anteriormente había trabajado en Cisco, donde desempeñó un papel importante en el desarrollo de la tecnología de videoconferencia WebEx. Yuan tenía una visión clara de mejorar la experiencia de las videoconferencias y hacerlas más accesibles y fáciles de usar.
En abril de 2011, Yuan fundó Zoom en San José, California. En abril de 2013, la compañía lanzó su plataforma de videoconferencia. Yuan quería enfocarse en la simplicidad y la calidad del servicio. Esto lo llevó a centrarse en el desarrollo de una plataforma que ofreciera videollamadas nítidas y sin interrupciones.
El verdadero punto de inflexión para Zoom se produjo en 2020 con la pandemia de COVID-19, lo que llevó a aumentar su valor seis veces. No obstante, a finales de 2021 su valor de mercado se había desplomado 100 mil millones de dólares.
Las razones
Claro que la pregunta obvia es ¿qué ventaja tiene Zoom en querer que los empleados vuelvan a sus oficinas?
Lo que ocurre es que de ninguna manera plantean un regreso total, algo que tal vez, con todos los cambios ocurridos, no vuelva a pasar. No solo hay mucho trabajo que se va a seguir haciendo desde la casa, sino que también en los propios trabajos, lo que la gran mayoría hace, es enchufarse a Zoom para acceder a videollamandas con colegas a decenas, cientos o miles de kilómetros de distancia.
Por supuesto que cualquiera puede decir entonces que eso lo pueden hacer desde la casa, pero al menos teniendo presencia algunos días a la semana, no pierden la interacción social que tanto se empezó a extrañar luego que se vio que la comodidad hogareña no suplantaba a la socialización tan necesaria tanto para trabajar como para vivir.
Pero no todas son rosas en este sistema híbrido entre lo virtual y lo presencial, ya que no son pocos los trabajadores que se quejan de la gran incomodidad que es el estar atendiendo una conferencia por Zoom mientras se escuchan todas las voces habituales en cualquier oficina. Sin embargo, como dicen los consultores que apoyan el sistema híbrido, hay que pasar por un período de adaptación como siempre que aparece un sistema nuevo.
De adaptaciones está hecha la Historia de la Humanidad, y esta es una más. Como en todas las grandes crisis hay cosas que llegan para quedarse y seguramente Zoom y otras plataformas serán algunas de esas cosas.
