Recambio de autoridades en UE pone presión a los plazos para un acuerdo con el Mercosur

Embajador de la Unión Europea en Uruguay, Paolo Berizzi.

El embajador de la Unión Europea en nuestro país, Paolo Berizzi, presentó un informe a modo de conclusiones sobre la reciente cumbre entre la Unión Europea y la Celac, desarrollada en el mes de julio en Bruselas. El intercambio fue oportuno para que el diplomático hiciese referencia a eventuales avances hacia la ratificación del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, aprovechando la presencia en esa instancia de las máximas autoridades de los países miembros de bloque sudamericano.

Berizzi confirmó que se celebró una reunión para hablar del tema en la que participaron el vicepresidente de la Comisión Europea y los cuatro cancilleres del Mercosur. En este ámbito, dijo, “se habló a la propuesta de instrumento adicional que la Unión Europea hizo el 7 de marzo al Mercosur, al cual hasta ahora no hubo respuesta”, en la que “la parte positiva” fue que todos los presentes “reconfirmaron que están verdaderamente decididos, comprometidos, a firmar el acuerdo”.

PROCESO

En el mes de junio de 2019 se arribó a un festejado acuerdo entre los técnicos negociadores de ambos bloques, que luego, en el 2020, fue ratificado por la parte política. Sin embargo en ese momento “la Unión Europea no quiso pasar a la firma, prefirió esperar, y después vino con un instrumento adicional sobre todo en materia ambiental”, recordó el embajador. Ese instrumento pasó a ser evaluado por los países del Mercosur el 7 de marzo pasado. Berizzi indicó que la Unión Europea dio este paso “aprovechando un alineamiento de las estrellas particularmente bueno este año, con varias presidencias del lado de la Unión Europea que apoyan el acuerdo, y la Unión Europea misma”. Sin embargo explicó que la situación puede variar “porque entre mayo y noviembre de 2024 tenemos elecciones y cambiamos todas nuestras instituciones. Para nosotros el 2023 es particularmente crucial para avanzar”, enfatizó. Recordó además que tras la presentación del acuerdo hubo “un primer encuentro de los negociadores” en el cual se llegó a establecer un calendario, que luego se borró “a pedido del Mercosur”. Ahora se discute al interior de los cuatro países del Mercosur una contrapropuesta para hacer a la Unión Europea, que fue adelantada por Lula a la presidenta de la Unión Europea durante su visita a Brasil. “Está perfecto, ahora por favor póngalo en papel”, fue la respuesta.

El diplomático se dice optimista respecto a que el acuerdo pueda prosperar. “Hemos visto en otros casos que cuando se quiere se puede, eso va a depender mucho de la contrapropuesta que va a hacer el Mercosur, pero faltan cuatro meses para el final del año, no hay cosas que no se puedan hacer”, dijo. La clave, entiende, está en la contrapropuesta que presente el Mercosur: si esta es de “abrir capítulos o no”. Afirmó Berizzi que el instrumento adicional propuesto por la Unión Europea “no reabre ningún capítulo negociado y cerrado en junio de 2019; si la contrapropuesta es abrir capítulos, pueden surgir más dificultades, pero ahí también no digo que esas dificultades sean imposibles”.

VENTAJOSO

El embajador considera que el acuerdo puede ser un instrumento muy importante para el Mercosur a efectos de captar inversión y en especial en materia industrial y en el sector de la tecnología. “En nuestra experiencia este tipo de acuerdos son el mejor instrumento para apoyar la reindustrialización, porque atraen muchas inversiones, atraen mucho en tecnología”. A modo de ejemplo, mencionó algunos países “que han crecido mucho en tecnología tras firmar acuerdos comerciales: Argelia se multiplicó por 9, Chile por 14, Egipto por 10, Albania por 6. Son datos, los acuerdos de este tipo terminan multiplicando las inversiones en un país. Lo que es bueno para nosotros y para el país”.
Por otra parte enfatizó en lo relevante que es la temática ambiental —en la que se basa el instrumento adicional presentado en marzo— para la Unión Europea. “Es fundamental porque el objetivo de nuestra política exterior no es la política comercial. Es decir, la política comercial europea es parte de la política exterior, entonces en la política exterior queremos ser un actor global, queremos contribuir a ganar los desafíos del cambio climático, y entonces vemos que nuestra política comercial tiene que contribuir a nuestra lucha contra el cambio climático”, señaló.