Afirman que es el “momento idóneo” para el desarrollo de proyectos sustentables

La Intendencia Departamental ofreció una charla sobre “Sostenibilidad y Cambio Climático”, a cargo de la experta en el tema Andrea Russi, de LSQA, quien aludió al compromiso global y metas en las que se enfocan los países, las decisiones empresariales en sintonía con las tendencias del consumidor que demanda cada vez más productos amigables con el medio ambiente, y el “momento idóneo” para el desarrollo de proyectos sustentables.
Realizó un abordaje de las estrategias de avance en el tema sostenibilidad, cambio climático y la huella de carbono, que hoy plantean nuevos desafíos. En tal sentido, identificó a este como un momento clave para embarcarse en proyectos sustentables, aunque para ello se hace necesario conocer todas las aristas del tema, que permitan adoptar decisiones criteriosas.
En su exposición hizo hincapié en las políticas macro que se llevan adelante en el concierto mundial, con el compromiso y la “cooperación” de los países para reducir las emisiones de aquellos gases que producen efecto invernadero, enmarcadas en el conocido “Acuerdo de París”, con metas que se establecen en cada país. Además, habló sobre el comportamiento del consumidor, que en este nuevo contexto demanda productos cuya producción no tenga impacto potencial en el calentamiento global. Las empresas, de su lado, demuestran su compromiso ambiental. “Los consumidores se preocupan por el ambiente y la demanda por productos y servicios sustentables, ha impulsado cambios en la economía”, subrayó, aportando el dato que “el 55% de los uruguayos eligen marcas que cuidan el medio ambiente”.
Entre sus conceptos dejó en claro que “el cambio climático es muy incierto; lo que no es incierto es el impacto”, que lo vemos en eventos climáticos, inundaciones, sequías, aparición de vectores, entre otros.

LA META DE 1.5 GRADOS

La meta de 1,5 ºC, consiste en llegar a ese máximo de aumento de la temperatura en 2050, con cero emisiones netas de carbono, entendiéndose no solo el dióxido de carbono (CO2), sino todos los gases que tienen efecto invernadero y compuestos que afectan a la capa de ozono, los que en su totalidad representan el 0,05% en la atmósfera.
Reflexionó que “lo que yo hago en mi comunidad no cambiará, pero sí el impacto”.

PROYECTOS SUSTENTABLES

“El control de las emisiones de CO2 es un mecanismo que sí podemos controlar”, observó la expositora.
Existe financiación con recursos que provienen de los países desarrollados para la “adicionalidad” de medidas que se deben adoptar necesariamente para llegar a esa meta en el 2050. Esos recursos están disponibles y en aumento, a medida que se acortan los plazos y se distribuyen entre aquellos proyectos que tengan los mejores recursos para acelerar los cambios.
En este sentido, y ante la consulta de EL TELEGRAFO acerca de cómo un pequeño o mediano empresario puede acceder a estos programas sustentables, aconsejó que estos, al igual que “un emprendedor o cualquier persona en general en el sector productivo o de servicios”, deberían “buscar aliarse con la competencia”, es decir, con todos aquellos que “sanamente compiten por un mismo mercado”.
En segundo lugar, “acercarse a las entidades que hay en el país, que desarrollan estos programas y que después hacen las evaluaciones”, del mismo modo que “a las universidades, a los centros de investigación” para “demandar el servicio” y encontrar respuestas, puntualizó. En tanto, para asumir los costos relacionados a “la verificación final, la evaluación de un tercero, si estás aliado, si son varios, se hace un programa piloto”.
A modo de ejemplo, “la Cámara de Industria fue un aliado perfecto que encontró el LSQA, que hace este tipo de programas, porque ellos tienen una gran cantidad de personas y empresas asociadas, entonces, se les planteó un programa para la huella de agua; fue muy interesante porque los costos se distribuyeron entre todos. En aquel caso eran pequeñas y medianas industrias, pero lo mismo podría aplicar para el sector pymes”, aseguró. En este proceso, es fundamental “la ayuda de los pasantes, conseguir la incorporación de la academia”, observó.

QUÉ PODEMOS HACER LOS CIUDADANOS COMUNES

“Hay bastantes estrategias pequeñas que puede ir incorporando” el ciudadano común en su rutina diaria, “y cada quien después en su ámbito de libertad personal decidirá si va a más profundidad con estas decisiones”, indicó.
“Por ejemplo, adquirir productos locales” y así reducir “el impacto del transporte de la cadena logística hasta tu hogar con lo que consumes”. Claramente, “el mundo no subsiste sin intercambio”, no obstante se pueden “identificar los productos con los que sí tengo oportunidad de favorecer la producción local”, lo que “ya es una opción de un impacto de huella (de carbono) por los combustibles”, sabiendo que otros, necesariamente “vendrán de afuera, y no es una huella que podrás reducir; lo que se conoce como el residual de carbono que no va a poder ser reducido”, explicó. Además, “hábitos de buenas prácticas en casa como no consumir luz extra”, servirá “por un tema de eficiencia energética y costos, pero también se relaciona y tienen su referencia con las emisiones”, apuntó.
La experta también consideró viable la implementación por parte de entidades de acciones que le permitan al consumidor conocer su huella de carbono (el indicador ambiental del volumen de gases de efecto invernadero emitidos por efecto directo o indirecto de las acciones de un individuo). Citó a modo de ejemplo publicar una tabla o ficha en un QR con los factores de emisión, de manera que el consumidor “sepa que cada vez que pongo gasolina lo puedo multiplicar por este número y está viendo cuánto voy a emitir”, y que es aplicable a tantas otras actividades de la vida diaria. “Capaz es un tema de organizarse, investigar en internet, poner a los niñitos un proyecto en el colegio”, de manera de “ir involucrándolos a todos”, concluyó.