El BROU espera sentencias judiciales, pero considera que su sistema no ha sido vulnerado

Director del Banco República Pablo Sitjar.

Para las autoridades del Banco de la República Oriental del Uruguay (BROU) los sonados casos de estafas de obtención de créditos con identificaciones falsas por vía informática, así como la extracción de dinero de cuentas individuales, son cometidos por hackers que no vulneran la seguridad del sistema de la institución, sino que han obtenido los datos de personas confiadas o que han descuidado la preservación de sus contraseñas o códigos, lo que ha sido aprovechado por las personas inescrupulosas que han cometido estafas por este tipo de operativo.

Así lo señaló a EL TELEGRAFO el director Pablo Sitjar, quien consultado por nuestro medio periodístico sobre esta situación que ha sido denunciada por decenas de clientes de la institución, precisó que el BROU decidió atenerse al pronunciamiento de la Justicia respecto a las denuncias formuladas, por cuanto como institución estatal no tiene la “discrecionalidad” de restituir dinero a los clientes si no se ajusta a la normativa por la que se rige el banco.

Sobre todo, se tiene la firme convicción de que las estafas obedecen a que lo propios usuarios han sido vulnerados en sus propias computadoras o en el uso de sus tarjetas por personas que conocen sus contraseñas o que pueden manejar sus dispositivos, a la vez de un alto componente de desconocimiento en el manejo informático favorecido por la inclusión financiera obligatoria.
Sitjar precisó que hay muchos casos que se están dilucidando en el ámbito judicial y que incluso en las últimas horas se conoció un caso de un cliente que retiró la acción judicial, porque asumió, en base a indagaciones efectuadas por él mismo en el proceso judicial, que en más de una oportunidad había revelado contraseñas y datos de su identidad electrónica y autenticaciones, por lo que terminó desistiendo del proceso.

El jerarca destacó respecto a esta problemática que “es un problema que el banco reconoce pero ocurre que con estas tecnologías que hay hoy en día logran ponerse en la computadora del cliente. Aunque el cliente puede aducir que han ingresado al sistema del banco en realidad no es así, y todo esto está en la justicia, que es la que va a dilucidar sobre el tema”.

“Los sistemas del banco no han sido violados, en primer lugar, y en segundo lugar debemos decir que de una u otra forma esto le está ocurriendo a todos los bancos acá y en el resto del mundo, es un fenómeno global, no específico del BROU, pero lo que pasa es que lo que ocurre en el Banco de la República, por el número de clientes y su proyección, tiene mucho más repercusión”, reflexionó.

“Además, con la inclusión financiera, muchos clientes que han ingresado al sistema fueron forzados a ingresar a trabajar con el sistema bancario sin el entrenamiento adecuado para ello. Sin dudas, esta operativa se hace mediante el ingreso a la computadora del cliente, le toman un crédito y después le retiran el dinero, o también otra modalidad es que pueden tomar una cuenta que no tiene dinero y la endeudan” señaló.

“NO PODEMOS HACERLO POR FUERA DE LA JUSTICIA”

Acotó que “a raíz de la pandemia, el banco tuvo que adecuar la operativa, como lo hacen todos los bancos del mundo, para que todo aquel que quiera tomar un crédito lo pueda hacer en forma electrónica. Una vez que se accede a la cuenta del cliente y éste tiene habilitada esa función para tomar un crédito, para el banco es el cliente el que está tomando el crédito, y del otro lado está tomando el crédito y está retirando el crédito. Es un problema enojoso, nosotros de ninguna forma pretendemos endilgarle la culpa a los clientes, pero siendo un banco público no tenemos los mecanismos para resolverlo por fuera de la Justicia, esa es la verdad. Quiere decir que no podemos discrecionalmente decir ‘yo creo que’”.

“Comercialmente a nosotros no nos hace bien, nos serviría que esto desaparezca, porque no nos hace bien, claramente. Podríamos volcar una cantidad de dinero y restablecer esas cuentas bancarias, pero somos funcionarios públicos y el banco no puede actuar así discrecionalmente. Ese es el tema, el intríngulis de la cuestión. Objetivamente esta cuestión no es buena para el banco, no es responsabilidad del banco, pero en los hechos afecta a clientes de la institución, sobre todo a clientela de edad mayor, ciudadanos que no tienen las mejores líneas de defensa”, consideró Sitjar. “El banco está consustanciado con el tema, y está esperando que la justicia falle, porque hay muchos clientes que han presentado la correspondiente demanda. Por ende, una vez que la Justicia falle respecto a esto la situación se va a clarificar y de repente a partir de allí se empieza a destrabar una solución”, señaló.

A raíz de ello el Directorio del banco fue citado a comisiones respectivas en el Senado y y nadie encontró una solución. “Hemos pasado por todas las instancias del Estado, y realmente nadie nos ha aportado una solución diferente lo que estamos haciendo nosotros, es recorrer el camino legal”, detalló.

Acotó que “desde hace unos años nos embarcamos en la inclusión financiera. En diferentes países lo hicieron de distinta manera, algunos más voluntarios, de alguna manera hubo un componente no coercitivo pero en los hechos lo era para no quedar fuera del sistema, y no era obligatoria, pero era”.

“Pero era obligatoria porque si no no se podía operar y una cantidad de gente, jubilados, tuvieron que empezar a cobrar con eso, le mandan la tarjeta al sobrino, con la contraseña, en fin, se dan muchas situaciones similares y ello se presta para los hackeos. Está el nieto al que el abuelo le da la tarjeta para cobrar y después le robaron en el cajero al nieto”, explicó.

“En el interior profundo los pobladores por ejemplo le dan al chofer del ómnibus para que les cobre, le dan en una bolsa de nailon la tarjeta con el código, por lo que toda esa seguridad informática, esa modernidad, se viene abajo ante la realidad. El discurso se derrite frente a la realidad territorial de nuestro país”, reflexionó el director del BROU.