El Pit Cnt – FA y la confiscación jubilatoria

El filósofo Carlos Marx (1818-1883) estampó, en una de sus obras más famosas una frase que se transformó en un clásico de la literatura política: “Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo”. En la actualidad, casi todos los países del mundo, sin importar su forma de gobierno, podrían reemplazar la palabra “comunismo” por “jubilación” y a pesar de ello la frase de Marx mantendría una alarmante actualidad. En ese contexto, la reforma de los sistemas previsionales constituye algo tan inevitable como necesario, porque se trata de un “agujero negro” que consume las finanzas de los gobiernos, aumentando sus déficits fiscales y pone en peligro el sustento para quienes se retiren de su actividad laboral. Esos cambios incluyen, entre otros, el aumento de la edad para jubilarse, algo en lo cual están trabajando todos los países por tratarse de una tendencia global relacionada con temas tales como el aumento de la esperanza de vida, los cambios en la forma de trabajar y un nuevo mapa demográfico internacional, entre otros.

Uruguay no escapa a esa tendencia global y por ello se han aprobado recientemente cambios fundamentales en un tema tan sensible para toda la población. En efecto, tal como ha sido manifestado por el Poder Ejecutivo, “la ley 20.130 de 2 de mayo de 2023 creó el Sistema Previsional Común que tal como lo establece su artículo 1º está conformado por una pluralidad de pilares integrados, a partir de un régimen obligatorio de naturaleza mixta que recibe contribuciones y otorga prestaciones en forma combinada, una parte del retiro bajo la forma conocida como sistema de reparto o solidaridad intergeneracional y otra por el régimen de jubilación por ahorro individual obligatorio (…) En consecuencia, el Sistema Previsional Común está compuesto por más de un pilar integrado a partir de un régimen obligatorio de naturaleza mixta. El primer pilar está constituido bajo el régimen de solidaridad intergeneracional, de prestación definida y financiamiento en base a un esquema de reparto. El segundo pilar opera bajo un régimen de ahorro individual obligatorio. El tercer pilar está dado por los regímenes voluntarios y complementarios, mientras que se denomina pilar cero a las prestaciones conformadas por los instrumentos tendientes a garantizar niveles mínimos de protección social”.

Ante esa nueva legislación el Pit Cnt impulsa la recolección de firmas para llevar adelante un plebiscito contra la reforma de la seguridad social la cual fue aprobada recientemente por la Corte Electoral.

Como se ha dado a conocer por el portal de noticias Ámbito, “el plebiscito que impulsa la central sindical, que según encuestas hoy es validado por un 45% de los uruguayos, tiene entre sus ejes principales el fin de las AFAP, mantener la edad jubilatoria en 60 años y jerarquizar montos de jubilaciones y pensiones mínimas. En la papeleta, el Pit Cnt señaló que “quedan prohibidos los sistemas de ahorro individual con destino jubilatorio”, haciendo así referencia a las AFAP, considerando que deben finalizar sus actividades en un plazo máximo de dos años “contado desde la entrada en vigencia de la presente reforma”. En cuanto a la edad jubilatoria la ubica en los 60 años y establece que “ninguna jubilación ni pensión podrá ser menor al valor del salario mínimo nacional”. Ante esta situación, y tratando de no quedar “pegado” a la propuesta sindical, el Frente Amplio rápidamente “reculó en chancletas” y dejará en libertad de acción a sus votantes en relación con el plebiscito propuesto por el Pit Cnt.

La gravedad de la iniciativa de los sindicatos es tan clara que, hasta el propio presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira –expresidente del Pit Cnt–, sostuvo que “en un tema tan delicado había que buscar equilibrios”.

Como si todo eso fuera poco, el semanario Búsqueda informó que “la cooperativa Comuna, integrada por investigadores de ciencias económicas (principalmente economistas y contadores) analizó la propuesta de plebiscito por seguridad social aprobada por el Pit Cnt”. El trabajo llega a la conclusión de que la eventual enmienda constitucional “tiene efectos regresivos”, en tanto “beneficia más a quienes menos precisan ser beneficiados”, y advierte que sus costos “se concentrarán sobre todo en los sectores más vulnerables”.

La propuesta del de la central sindical es tan absurda como peligrosa y constituye una verdadera confiscación jubilatoria que pretende apoderarse de los ahorros de los trabajadores uruguayos en las AFAP para luego volcarlo al Banco de Previsión Social (BPS) y transformar ese “botín de guerra” en la “caja” con la cual dar rienda suelta al clientelismo político partidario que la izquierda cultivó en forma sistemática y continuada durante sus quince años de gobierno. El botín es tentador: miles de millones de dólares “de todos” y “de nadie” para quemar y aplicar en cuanta política demagógica se pueda ocurrir, “hasta agotar el stock” como lo demuestra la historia. ¡Se les hace agua la boca!

Es importante que esto quede claro desde el vamos: acá no estamos hablando de solidaridad intergeneracional ni de principios sociales de gran altruismo; acá estamos hablando de cómo un partido político y una central sindical buscan apoderarse de forma más o menos disimulada (pero claramente ilegal en todos los casos) de los ahorros de los trabajadores uruguayos. Ahí está “la madre del borrego”.

Lo que pretende en Pit Cnt y en forma más o menos solapada pero evidente hace el Frente Amplio es confiscar esos ahorros previsionales. Nótese que no estamos hablando de expropiar (que según el Diccionario de la Real Academia Española significa “Privar a una persona de la titularidad de un bien o de un derecho, dándole a cambio una indemnización) sino de confisca (o sea “apropiación por el Estado de la totalidad del patrimonio de un sujeto”); en la jerga común, un robo. Lo que se pretende es quedarse con lo que no es suyo: con el ahorro generado con el esfuerzo de otros que tuvieron que trabajar y “agachar el lomo” para tratar de asegurarse una vejez digna, algo que el Pit Cnt y el Frente Amplio están empeñados en que no ocurra.

Esta iniciativa del Pit Cnt es carente de fundamento y de una gran irresponsabilidad política, institucional y económica. No menos importante es lo que le toca al Frente Amplio por querer estar “en la misa y en la procesión” para ganar en todos los escenarios posibles y por sobre todo buscando el peor resultado posible para el país para beneficiarse electoralmente, algo que ya pasó en la aparición de aftosa en 2001, en la crisis financiera del 2002, en el coronavirus COVID-19 con el 2020 o con la crisis hídrica en el 2023.