Los 300 cajeros automáticos del BROU y la realidad del interior departamental

Con unos 300 cajeros automáticos en todo el territorio nacional, la red de distribución del Banco de la República Oriental del Uruguay (BROU) es la más grande del Uruguay, pero igualmente su presencia no llega a todos los rincones del país, e incluso demanda un aparato logístico tan grande como complejo para poder estar con los depósitos en aquellos cajeros “isla”, es decir que no están dentro de los locales de las sucursales.
Así lo indicó a EL TELEGRAFO Walter Freiría, gerente ejecutivo del área Red de Distribución del banco estatal, al considerar además que la bancarización dispuesta en su momento, por mejor que parezca en los papeles, ha chocado contra una realidad territorial y cultural que sobre todo en el interior departamental desvirtúa las disposiciones de seguridad informáticas y determina vulnerabilidades.

Consideró que todo lo señalado y manejado en cuanto a la inclusión financiera “se estrella ante la realidad territorial de nuestro país”, en tanto al circular menos efectivo más se requiere de los cajeros automáticos, que tienen una gran demanda naturalmente en los días de pago.
“En esos días de pago obviamente son los momentos en que más se recarga la transaccionalidad de los cajeros automáticos. Tenemos dos tipos de cajeros, los que están en las sucursales, donde tenemos el personal adentro en los horarios en que los recargan, en el momento que sea necesario, y los fines de semana, que son los días que pueden ser críticos y que se pueden llegar a agravar por la alta demanda. Hay guardia, pero muchas veces hay un timing entre el momento en que se vacía el cajero automático y el momento de reponerlo”, explicó. “Pero los más complejos son los cajeros isla, es decir los que no están en las sucursales, y más aún si están lejos. En el caso de Paysandú, hay uno instalado en Lorenzo Geyres y ahora se va a instalar uno nuevo en Piedras coloradas”, precisó.
Destacó que el abastecimiento de dinero de estos cajeros “se hace desde las bases. Nosotros tenemos una en Tacuarembó, otra en Salto, que es la distancia desde la que se los abastece. Se recoge al funcionario en las sucursales, se los sube al blindado, y por lo tato dejan de estar en las sucursales. Es todo un problema, de logística y de recursos”.
“Hay una planificación, naturalmente, por la que un día por ejemplo se lleva dinero a determinada sucursal, salen dos blindados, los choferes, con la guardia, se pasa por determinada sucursal, se le deja el dinero, en tanto otro día salen a recorrer cajeros, lo hacen y termina el circuito. Es una planificación diaria que a veces es afectada porque se rompe un vehículo, y de ahí el problema, porque se trastoca todo y hay que ver como se ubica en la planificación para poder cumplir con la atención”, reflexionó.
Destacó además el jerarca que ha podido constatar que en los lugares más alejados “mucha gente entrega las tarjetas de cobro a personas que les levantan el dinero en los lugares donde hay cajero, sobre todo choferes de ómnibus y parientes cercanos, a veces en el mismo almacén donde compran, a veces les dan la tarjeta a otra persona o a un familiar, y es como si les está dando la llave de la casa”.

“Lo mismo ocurre con las estafas de Internet, para que puedan hacerlo el titular de la cuenta le tiene que haber dado a alguien su clave, y en el caso de que puedan transferir dinero su número, lo que hace mediante engaño. Por ejemplo, le sale un mensaje con un virus que dice que si no actualiza los datos, se le cierra la cuenta o pierde el dinero, y cuando ingresa los datos, ahí se hace la estafa”, indicó el jerarca.
Precisó asimismo el entrevistado que el BROU tiene unos trescientos cajeros automáticos en todo el país, a la vez de subrayar el rol social del cajero instalado en el interior departamental. Citó el caso de la situación de la ruta 26, por ejemplo la zona que comprende Gallinal, Cerro Chato, Tres Bocas. Las anécdotas que se conoce refieren a que hay personas que recogen varias tarjetas de vecinos, se trasladan, sacan el dinero correspondiente a cada uno y se lo entregan en una bolsita a los destinatarios. En esta zona, a modo de ejemplo, los poblados no tienen más de 300 habitantes, algunos no más de 100 o 150, y resulta imposible instalar un cajero en cada lugar, y a veces tampoco uno hacia el que puedan dirigirse los vecinos.

Asimismo, el Directorio del BROU definió que se tiene que compatibilizar los recursos disponibles con las necesidades y en el marco de esta logística, para atender los cajeros isla en buena medida “se desguarnecen las sucursales, porque se sacan empleados para recorrer los cajeros. Se fijan por lo tanto criterios para optimizar la logística, y hay lugares a los que hay que ir específicamente un día y volver en el mismo día. A la vez faltan choferes para los carros de caudales y ello es así porque no se puede contratar gente, por lo que hay que optimizar toda una red y el punto es que además de la inversión en el cajero automático, hay que establecer un afiatado plan para poder llegar regularmente”, explicó el jerarca del BROU respecto a la problemática de los cajeros en el interior departamental.